viernes, 29 de diciembre de 2017

CARTA A MIS LECTORES VI



CARTA A MIS LECTORES VI
DICIEMBRE DE 2017

Llegó diciembre, el mes de los recuentos, el que para muchos es triste porque marca el fin de un ciclo, pero es también el mes de las celebraciones. Como desde hace ya algunos años, ha sido un placer escribir sabiendo que en varios puntos del planeta tantas personas esperan mis letras.

Agradezco profundamente toda la información, videos, fotos, canciones, conferencias, documentales, libros, revistas que me hacen llegar tan oportunamente. Así como ustedes han disfrutado de mis creaciones yo también he pasado momentos muy gratos revisando y viendo el material que recibo de los distintos lugares, del arte que cada uno de ustedes crea en los distintos espacios en que se mueve, música, naturaleza, pintura, fotografía, poesía y escritura. Es asombroso descubrir tanto talento por todo el mundo.

México vivió una sacudida violenta, la madre tierra nos demostró lo vulnerable e indefensos que somos ante su poder, se evidenció un México que parecía no existir, pero que en un momento de crisis brillo intensamente en la oscuridad. Un pueblo solidario, que es capaz de superar adversidades, un pueblo trabajador, que no se rinde. Como nación hay un profundo orgullo por la juventud que demostró su valor, organización, eficacia y solidaridad. Una lección valiosa nos dejó esa sacudida, más allá del miedo inmediato, queda un sentimiento de solidaridad, de colaboración, un recordatorio de lo que es más importante en nuestras vidas: nuestra familia, nuestros seres queridos. Por un momento se borraron las diferencias, para experimentar que todos somos seres humanos y que unidos podemos superar cualquier situación.

La impresión general es que los temblores van a continuar, una gran mayoría lo ha asimilado y aceptado tal cual. Asumiendo nuestra incapacidad para hacer nada ante el poder de la naturaleza. Hay un deseo de acercarse más a la familia a los amigos, de olvidarse de rencillas sin sentido, de disfrutar intensamente de cada momento, sabiendo que nuestra existencia no es eterna. Una minoría continúa aterrada ante el miedo de perder la vida o quedar atrapado en los escombros de algún derrumbe, viendo en un fenómeno natural el apocalipsis. 

Agradezco a la mi creador el regalo de la vida que me otorga, la salud y todas las bendiciones que he recibido a lo largo del año. Muchas sorpresas agradables, entre ellas el continuar escribiendo y ser leída por tan gratas personas que me hacen saber de las acciones que toman para colaborar en crear un mejor mundo para todos. Es cierto que en algunos aspectos, parece no haber un gran avance como humanidad, pues la guerra, discriminación, explotación, segregación, abuso y persecución continúa en tantos lugares del planeta, no obstante, pequeños cambios, pequeñas elecciones harán poco  a poco la diferencia.   

Cuando nuestros propósitos de inicio de año, no sean sólo de beneficio personal, estaremos creando un mundo mejor. Hoy hay ya una gran cantidad de personas que se preguntan: ¿cómo puedo contribuir a mejorar este mundo?, ¿Cómo puedo ayudar a los demás? Las acciones son múltiples por doquier. Fotógrafas que montan exposiciones de los verdaderos superhéroes de nuestra sociedad: los inmigrantes que realizan los trabajos más pesados, los periodistas que realizan su labor de información aún con riesgo de su propia vida, los luchadores sociales, hombres y mujeres que altruistamente colaboran en albergues para atender a personas marginadas, los que trabajan en proyectos de limpieza de la contaminación del mar, todos desde sus lugares y con sus talentos y recursos propios.

Si nos proponemos tan sólo una acción para beneficio de la mayoría, los resultados serán asombrosos. Se producirá un efecto dominó que definitivamente nos implicará a todos. Los invito a sumarse a la cadena de acciones que mejoren nuestra vida en general. Todos tenemos algo con lo cual contribuir.

Un saludo a todos los lectores de todo el mundo que cada día son más, a todas las organizaciones y colectivos que trabajan intensamente para el bien general, a todos los artistas que me comparten su obra y me hacen pasar momentos verdaderamente gratos. A lo largo de estos años hemos compartido tantas cosas, algún día fui cuestionada sobre mi decisión de regalar mi producción literaria a través de este blog, pues una gran mayoría elegiría no hacerlo. Muchos argumentan no tener dinero para hacer algo como esto, en realidad yo tampoco lo tengo, y a pesar de ello, lo hago. Algunas veces no he podido escribir por falta de computadora, pero aunque mis manos no puedan escribirlas temporalmente, mi mente está siempre trabajando en las nuevas ideas o en las formas de concretar las historias que quiero contar. Es verdad, no recibo ninguna retribución económica por mi escritura, pero la satisfacción de lo que muchos de mis lectores me comparten es tan valiosa, que es un motivo más que suficiente para seguir escribiendo y compartiendo. Algunos me llamarán idealista, poco práctica, es irrelevante. Lo cierto es que lo hago porque puedo, porque quiero y porque es una experiencia maravillosa la forma cómo ha ido evolucionando y las implicaciones que ha tenido.

Un saludo para todos los pequeños seguidores de este blog, en verdad que he disfrutado tanto sus comentarios, cartas y dibujos. Gracias por hacerme saber de la existencia del ratón Pérez y del dragón de los dientes. Qué alegría que el hada de los dientes, haya motivado tantas respuestas, incluso de las mantis sagradas. Me he reído tanto con sus cuentos tan geniales y espero que cesen las disputas sobre quién de todos es el mejor. Sí, aquí en México quien originalmente se hacía cargo de los dientes eran el ratón, pero actualmente son muchos los niños que son visitados por el hada de los dientes. Algunos niños me compartieron que ya pudieron cobrar su dinero atrasado y espero que en este momento todos los niños hayan recibido el pago de sus dientes, ya sea por el ratón, el hada o el dragón. Aunque he sabido de algún ratón que no pudo entregar el pago debido al ataque de alguna mascota de la casa en que vive un niño. En fin, espero que todo salga bien, y si algún padre recibió el pago se lo haga llegar al niño que le corresponde. Pediré al ángel de la guarda de los niños que ayuden a que quienes aún no tienen su dinero, puedan recibirlo.

Los invito a perseguir sus sueños con entusiasmo y esperanza. Deseo que puedan llenar de amor y alegría sus corazones tanto que les sea imposible no compartirlo. Que su alma y su espíritu esté tan llena que puedan sentir que no les hace falta nada, que se sientan tan confiados y seguros y desaparezca la necesidad de comprar y acaparar cosas en exceso.

Muchas gracias a todos, por compartir parte de su vida, de su trabajo, de sus historias y de su tiempo para leer lo que escribo.

Que el amor, la paz y la esperanza permanezca por siempre con nosotros.

Gracias

Gracias

Gracias


Atenea del bosque

VIAJE A LAS ALTURAS



VIAJE A LAS ALTURAS


Es un hermoso día, con un cielo azul intenso y un viento fresco, decidimos ir a un recorrido en la sierra, toda la familia está muy emocionada. Preparamos nuestros suéteres, gorros y abrigos. Es la primera vez que visito ese lugar, creo que soy la más entusiasmada. En el valle hay un sol intenso, pero a la sombra la temperatura es fría. Tengo puesto un suéter, y llevo un abrigo, sé que en la parte alta, es aún más frío, así que decido llevar un suéter extra, a pesar que mi abrigo es muy cálido.

Nos subimos al coche y comenzamos el recorrido, en verdad todo es hermoso. En el valle, podemos ver las formaciones onduladas de la montaña a ambos lados de la carretera, esas suaves ondulaciones parecieran haberse formado después del paso de una ola gigantesca, eso es lo que imaginé desde la primera vez que las vi.



Comenzamos el ascenso entre curvas que bordean la montaña, la vegetación semidesértica  de cactus y nopales se va quedando atrás para dar lugar a pequeños arbustos con flores amarillas, blancas y lilas. Después de unos minutos, aparecen árboles de encino frondosos, más adelante, los primeros pinos, y en aproximadamente veinte minutos sólo tenemos abundantes pinos a cualquier lado que miramos. Avanzamos durante una hora más por la sinuosa y estrecha carretera, no hay muchos carros, lo cual hace nuestra travesía rápida.



Ya en lo alto, leemos un letrero que dice: “comienzan pueblos mancomunados”. Hay indicaciones de caminos que conducen a pequeñas poblaciones, nuestro objetivo es un pueblo llamado: “Benito Juárez”, el nombre del único presidente indígena que ha tenido esta nación, autor de una popular frase que ha trascendido el tiempo y las fronteras: “Entre los pueblos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”. Parte de mi motivación para visitar este lugar, fue conocer la sierra donde este presidente nació y creció cuidando ovejas, un pueblo llamado Guelatao. Lo cierto es que a ese pueblo se llega por una carretera distinta y es un poco más lejos, pero es la misma sierra.

Vemos letreros de pueblos con nombres en lenguaje zapoteco principalmente, aunque hay uno llamado Nevería, me parece curioso, me pregunto a qué se debe ese nombre, pues no me imagino que alguien pueda poner un negocio de venta de nieves a esa altura, donde hace tanto frío. Después me entero que su nombre se debe a que hace varios años la gente de esa localidad, construyó, unos contenedores en donde el agua se congelaba y después bajaba al valle a vender esos trozos de hielo, cuando aún no había empresas que se dedicaran a la fábrica de hielo.



Ya cerca de nuestro objetivo, observamos muchos magueyes a lo largo de la carretera, ésta es también una zona donde la gente produce pulque. Finalmente aparecen a nuestra vista algunas casas, que son construidas al borde de las profundas cañadas. Descendemos del coche cerca la Agencia Municipal y un comedor comunitario, fuera del cual se encuentra un mapa de la zona, indicando los lugares que se pueden visitar y las actividades que pueden realizarse.

Una vez fuera del auto, sentimos el frío, todavía tenemos señal en los teléfonos celulares, alguien checa la temperatura, siete grados, el viento es suave. Nos acercamos al comedor para pedir servicio, está muy lleno, tenemos que esperar a que se desocupen un par de mesas. Tan pronto como es posible entramos al local, pues ahí es más cálido que afuera. Ordenamos nuestro desayuno y esperamos, no hay una gran variedad de alimentos y el servicio es muy lento, después de una hora por fin, nos sirven la comida.

Terminamos y nos dirigimos  a la zona del mirador, la tirolesa y el puente colgante, el cielo todavía está despejado. Pagamos la entrada, y volvemos a subir al coche, pues la distancia a recorrer aún es larga, aproximadamente,  kilómetro y medio hacia arriba. Con ese frío y a esa altura, difícilmente podríamos hacer el recorrido a pie. El camino es muy estrecho, sólo cabe un coche. Por fortuna, sólo encontramos una camioneta en sentido contrario en todo el trayecto.  Después de aproximadamente cinco minutos llegamos a un espacio plano, al frente se levanta un peñasco, más al fondo hacia la izquierda se mira la cañada, su profundidad es incalculable. El cielo aquí no se mira, una espesa cortina de niebla desciende rápidamente acompañada de ráfagas de viento que hacen silbar las hojas de los pinos.



La humedad se condensa rápidamente en el follaje de los árboles y empiezan a escurrir gotas de agua, el frío es intenso, quema la piel de nuestra cara y manos. Nos preparamos para el último ascenso hasta donde se encuentra el mirador, una estructura metálica desde donde dicen, se mira todo el valle de Oaxaca y sus poblados. Lo que tenemos que subir son apenas unos treinta metros, bordeamos el peñasco, por un camino que se ha tornado resbaladizo por el agua que escurre y las agujas de pino que se han acumulado. Doy algunos pasos y me detengo a recuperar la respiración, estamos a más de tres mil metros de altura y hay poco oxígeno.

En menos de cinco minutos estamos arriba, hay varios peñascos, sobre uno de ellos se levanta el mirador, que tiene una escalera para subir. Todo el metálico y está escurriendo agua, el frío es intenso, nuestras manos se enfrían rápidamente apenas las exponemos al aire. Nadie lleva guantes, no esperábamos está temperatura tan baja, así que todos protegemos nuestras manos en las bolsas de nuestros abrigos o pantalón. Sólo las sacamos cuando es imprescindible apoyarnos de algo, o para tomar fotos. Es imposible subir al mirador, nuestras manos se congelarían al contacto con el metal, por lo demás, serían inútil, no podemos ver nada. La densa niebla apenas permite ver unos diez o veinte metros hacia adelante. Todo el blanco, prácticamente, estamos dentro de una gran nube, que nos cimbra con sus fuerte ráfagas y que humedece la ropa que llevamos puesta, afortunadamente, mi abrigo es impermeable.



Nos tomamos fotos, miramos y sentimos el poder de la naturaleza. Las fuertes ráfagas nos hacen tambalearnos continuamente, tenemos que extremar cuidados, pues todo está resbaloso, nuestras piernas tiemblan un poco por el frío. En nuestro camino encontramos unas hermosas flores amarillas, rosas y violetas. Me sorprende cómo en este clima tan frío puede florecer algo tan delicado. Hacia el oriente, se encuentra el lugar desde donde se lanzan en la tirolesa, hay un joven atrevido que hace el recorrido, es el único. Caminamos hacia el puente colgante que mide aproximadamente cuarenta metros de largo y se encuentra en perfecto estado. Dudo sobre hacer el recorrido o no, pero me digo a mi misma que no vine de tan lejos para no hacerlo. Un letrero indica que por seguridad no deben estar en él más de siete personas. Algunas personas vienen de regreso, decido esperar a que lleguen a la orilla, para no tener que cruzar con ellas a medio puente.

Respiro profundo antes de comenzar, con las manos a los lados sobre el cable me equilibro al caminar, pues el puente está en continuo movimiento ocasionado por el desplazamiento de las personas que van delante mío. A medio camino alguien toma una selfie, yo no me atrevo a tanto, mantengo la vista el frente para no marearme por el movimiento. El cable de acero está tan frío que quema mis manos cuando lo rozo mientras avanzo. Para mi sorpresa, a medio recorrido, las violentas ráfagas de viento desaparecen, coincide con que estoy sobre lo más profundo de la cañada, miro un poco hacia abajo, pero no hay mucho que ver, sólo la densa arboleda de pinos casi desdibujada por la niebla.  Ese cambio de clima súbito me hace sentir que estoy en otra dimensión, o dentro de una esfera protegida del frío inclemente.



Llego al otro lado, estamos sobre un peñasco en donde también la temperatura es más cálida que del otro lado del puente, tal vez, se deba a que la roca estuvo expuesta al sol hasta hace poco que no había niebla. Pero, ahora miro a todos lados girando sobre mi misma, todo es blanco, como si la niebla hubiera devorado todo el bosque. El viento continúa silbando. Me quedo aquí, un momento, sola, como si estuviera sola en este gran planeta verde, majestuoso, imponente. Entiendo perfectamente porqué los españoles no pudieron nunca doblegar a los nativos de esta sierra, ellos se enorgullecen de haber conservado su libertad. Hasta hoy día, quien gobierna en estos pueblos es el mismo pueblo.

Este es el México intacto, con su naturaleza imponente, donde sólo hombres y mujeres fuertes pueden vivir. Puedo respirar la libertad y la grandeza de esta tierra que no ha sido mancillada, me siento agradecida por ello, por estos bosques densos que han sido cuidados y defendidos por los pueblos nativos que los habitan. Aquí donde ellos se organizan y gobiernan para sí mismos. Siento un profundo respeto y admiración por esta gente que trabaja en beneficio de todos.

Estoy tan a gusto aquí, pero me llaman de regreso, de aquél lado el viento los azota con violencia, me despido con agradecimiento por tener la posibilidad de esta experiencia. El frío intenso hace que tengamos que bajar al pueblo, ha sido una visita breve pero única y extraordinaria, literalmente ha sido un viaje a otro mundo, una experiencia que espero volver a repetir.

En el pueblo el cielo está despejado y con sol, la temperatura es soportable, consultamos el mapa, no es muy claro en cuanto a las indicaciones, tratamos de orientarnos aunque sin mucho éxito. Elegimos al azar un sendero para realizar una caminata, nos dirigimos hacia abajo por un camino de terracería, que después nos enteramos conduce hasta Teotitlán del Valle, un pueblo en donde hacen hermosos tapetes artesanales de lana.




Caminamos veinte minutos admirando el paisaje antes de regresar por otro camino más angosto rodeado de pinos, el olor es tan agradable. Recogemos frutas, tomamos fotos de las plantaciones de flores y finalmente encontramos la escuela primaria, por esa única calle volveremos al punto de inicio. El viento empieza a ser muy fuerte y con ráfagas violentas como en la zona del mirador. La niebla comienza a descender y a cubrirlo y mojarlo todo. Es tiempo de irnos o en pocos minutos estaremos mojados. Así llegamos al final del paseo y comenzamos es descenso por esta inmensa sierra.         

EL TAXISTA



EL TAXISTA


Es un día con demasiado tráfico, la reparación interminable en un tramo de la autopista hace la circulación lenta y desgastante. Se hace tarde, tengo prisa por llegar a un sitio, entonces al notar lo imposible del paso, comienzo a caminar a la orilla de la carretera, buscando algún sitio más despejado y un taxi libre. Después de avanzar algunos metros, veo aproximarse un taxi disponible, saludo al chofer y hablamos para acordar el costo del servicio de traslado, es accesible y dentro de las tarifas establecidas.

Lo abordo y él avanza buscando la zona más despejada mientras pide informes a través de su radio sobre las avenidas que no están bloqueadas. Me pregunta por dónde irse, le sugiero dos posibilidades, indicándole, que tome la que considere más conveniente. Le pregunto si conoce el recorrido, me dice que sí, aunque tiene poco tiempo de estar trabajando en el taxi. Comenta sobre lo frío del clima, es cierto, hay un frente frío que ha hecho bajar la temperatura drásticamente a grados muy por debajo de normal para esta zona. Sigue platicando sobre distintos temas comunes hasta llegar a contar sobre su propia vida.

No menciona su nombre, pero es un joven moreno de cabello muy negro y ligeramente ondulado, muy pulcro y sobrio en su vestimenta, que aparenta tener poco más de veinte años, una persona muy respetuosa, que se expresa con fluidez. Me comenta que vino a esta ciudad que considera muy segura y tranquila en relación al lugar desde donde es originario: Guerrero. Un estado en donde la violencia ha alcanzado niveles incontrolables.

De alguna manera le he inspirado confianza y me dice que en el lugar donde vivía, del cuál, tampoco dice el nombre, él se dedicaba al cultivo de la amapola. Es una actividad que en su pueblo es cotidiana, es decir todos se dedican a ella. Me explica que la planta de mejor calidad es la que se cultiva en las zonas más altas de la sierra, aunque pocos producen en esta zona, pues es donde hace más frío. Es una planta, relata, que requiere muchos cuidados, que hay que estar atendiendo constantemente para evitar que se llene de maleza. Un trabajo intenso que se realiza en grupo, pues no es algo que pueda hacer solo una persona. La forma de trabajo, es asociarse, con amigos o familiares, gente de su confianza, con la que invierte su capital y con la que se divide las ganancias a partes iguales. Pues ahí, reitera, esa es la forma de trabajo, se ayudan entre sí y todos se benefician por igual, no existe prácticamente el campesino asalariado, todos son socios, pero si alguien quiere trabajar como peón se le pagan trescientos pesos, lo cuál, es tres veces y medio más del salario mínimo recién aprobado en la ciudad.

Esa es la forma en que la gente de esa zona trabaja y vive, así obtienen dinero para sus casas y todas sus necesidades. Comenta que el cultivo de la planta, lo considera normal, pero que cuando ha platicado a personas de esta ciudad, sobre su anterior actividad, lo miran con asombro y miedo. En realidad él sólo se dedicaba al cultivo y una vez que se recogía su cosecha, la vendía por treinta y cinco mil pesos.

Las cosas ahí, dice, son claras y directas. No comprende porque su actividad puede ser considerada mala, si es una forma de vida para todos, si trabajan en la confianza y la ayuda común, si todos se benefician y respetan. Ahí, dice todos tienen que respetar, no es como aquí, que un chofer, señala los buses de transporte colectivo, puede rebasar y manejar sin tener cuidado y respeto por los pasajeros, poniendo en riesgo la vida de todos. Allá, puntualiza, si alguien hace eso, le dan un tiro, y se acabó el problema, el mal se arranca de raíz, así que todos respetan.

Ahorita, todo se puso violento, se empezaron a pelear las plazas, pero antes no había ningún problema, todas las cosechas se vendían al jefe de la zona y ellos se encargaban de lo demás. Ahora, el gobierno ha armado comunitarios, me dice, ¿si sabe lo que son los comunitarios? Le digo que no del todo, entonces me explica, son policías comunitarios, así les llaman, pero es gente que el gobierno arma, para sacar de las plazas a quienes no estén con ellos. No son las policías comunitarias que en algunos pueblos han nacido por necesidades propias y para la defensa y seguridad de los pobladores, sino gente que el gobierno arma para defender la plaza.
Antes, todo era tranquilo, para asegurar que no hubiera ningún problema con la siembra o en la entrega de la cosecha, se llegaba a acuerdos con los jefes, con los meros jefes, se les hacía una comidita, se les mataba un animalito, un chivo o un cerdo, y todo quedaba arreglado, pero ahora, hay muchas matanzas, ya no se puede vivir ahí. Por eso él se vino de su pueblo, a buscar una oportunidad y tiene poco tiempo de trabajar en el taxi. Él es una persona honesta y trabajadora, que sólo busca una forma de ganarse la vida. Las personas que cultivan en la sierra, son gente tranquila, que se dedican a la siembra solamente, que no se meten en problemas, ni roban, ni matan. 

No entiende, dice, como se les considera delincuentes, si no roban a nadie, si viven de su propio trabajo, si no saquean al país, sino al contrario, se ayudan los unos a los otros. No como aquí, dice, que los políticos saquean al pueblo y al país, siempre están robando. No dice, allá no se permite eso.


Casi llegamos al fin del viaje, falta un tramo corto, pero nuevamente caemos en un embotellamiento, avanza demasiado lento, estoy muy cerca de mi objetivo, así que decido seguir a pie escasos cincuenta metros,  pago su servicio y le doy las gracias mientras desciendo del coche. Su plática, sin duda es tema de reflexión, sobre la relatividad de lo bueno y lo malo, sobre la justicia e injusticia, sobre el robo legal e ilegal que hacen los gobiernos a su nación a través de reformas, impuestos, salarios miserables para la población en contraste con elevados salarios y bonos de reyes para gobiernos, diputados y senadores, saqueos y corrupción. En fin, un tema del que todavía queda mucho por hablar.   

domingo, 24 de septiembre de 2017

19 DE SEPTIEMBRE

19 DE SEPTIEMBRE


19 de septiembre de 1985, un gran terremoto sacude a la república mexicana, el epicentro en las costas de Guerrero, la capital del país se ve devastada. Miles de construcciones se vienen abajo matando al instante a miles de personas y dejando atrapadas a otras tantas. La reacción del gobierno, es lenta, poco eficente e incapaz de satisfacer las demandas de ayuda. La población civil responde de inmediato, sin importar riesgos, hambre o cansancio, con sus propias manos retiran escombros  de edificios, casas, escuelas en un intento desesperado por rescatar a los sobrevivientes.



Los parques se llenaron de cadáveres desconocidos, algunos fueron localizados por sus familiares, otros fueron a dar a fosas comunes. La cantidad real de personas muertas, desaparecidas en los escombros que jamás fueron rescatadas o recuperadas, es imposible de conocer. A los pocos días el olor a putrefacción era insoportable y las ratas pululaban entre los escombros alimentándose de los cuerpos muertos. Muchos años fueron necesarios para recuperarse, las muestras de ayuda y solidadridad de muchas naciones no se hizo esperar, y a pesar de su intención, mucha ayuda no llegó nunca a quienes verdaderamente la necesitaban.

19 de septiembre de 2017, como todos los años posteriores a 1985, las escuelas primarias realizaron un simulacro de terremoto, actividad institucionalizada con el propósito de entrenar a los niños en cómo protegerse durante un sismo. La posibilidad de que un terremoto de grandes proporciones ocurriera en al misma fecha, en el mismo país era casi imposible, pero ocurrió. La mayoría de los niños y maestros hicieron lo esperado ante tal evento y sacaron rápidamente a los alumnos  de los salones, concentrándose en los puntos más seguros previamente identificados, evitando pérdidas humanas. Pero no pudieron evitar el llanto y terror mientras escuchaban a la tierra rugir y moverse bajo sus pies, al ruido de los edificios derrumbándose, a los cristales rompiéndose. Los padres ansiosos y temerosos en medio del caos, llegaron tan pronto como les fue posible.

Después del terremoto muchas escuelas han quedado inservibles, a punto de derrumbarse, si bien la cultura de prevención dio sus frutos, pues las pérdidas humanas son mínimas en relación a las ocurridas en el de 1985. En esta ocasión los daños mayores ocurrieron fuera de la capital, en el estado de Morelos, Puebla, Tlaxcala, estado de México, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, ultimos tres estados que han sido devastados por el anterior temblor del 7 de septiembre. En Morelos muchas iglesias completamente derrumbadas, otras a punto de hacerlo, constituyendo un riesgo potencial para la población cercana.



La respuesta de la población de toda la república fue inmediata, siendo como en el terremoto anterior, la principal fuente de ayuda. Los mexicanos han aprendido muchas lecciones, entre ellas, que del gobierno y sus instituciones no pueden esperar gran cosa. Con el conocimiento de que gobierno del estado y DIF acaparan la ayuda y no la hacen llegar a quien lo necesita, una gran mayoría los ha pasado por alto, llevando  por su propia cuenta y directamente lo que han conseguido acopiar, a las comunidades afectadas. De tal modo, que muchas comunidades estan siendo auxiliadas sufragando sus necesidades más inmediatas y recibiendo al ayuda para retirar escombros.




Sin embargo esta tarea es enorme para la población civil, han unido esfuerzos para instalar centros de acopio y se han organizado entre familiares, amigos y conocidos, hombres y mujeres, principalmente jóvenes universitarios, de preparatoria y secundaria que con casco, guantes y herramientas, sin hacer caso a sus diferencias colaboran para una causa común, preparando alimentos, formando brigadas de trabajo y haciendo llegar la ayuda. Mientras el gobierno impasible a la tragedia llena sus bodegas con la ayuda que llega de otros estados, víveres y ropa que empaqueta con el sello el gobierno del estado, para después pretender que gastó millones de pesos en los damnificados. Pero hoy no es facil engañar a toda la población del mundo, por las redes circulan ya videos de sus irregularidades y fechorías.



El obispo de la ciudad de Cuernavaca denunció a través de un video que tres trailers con víveres y ropa fueron desviados y acaparados por el DIF, siendo que los esperan en las casetas y con la ayuda de las patrullas de la policía del gobierno, los escoltan a sus bodegas, siendo que algunas están completamente repletas. Choferes de trailers con ayuda proveniente el estado de Michoacan denuncian igual situación, haciendo mención que la orden fue dada por la esposa del gobernador Graco Ramírez y quien es presidenta del DIF Morelos. Igual ocurre en el eropuerto del estado de Morelos, donde ayuda enviada por avión ha sido retenida, a pesar de que personas de Veracruz y México esperaban su llegada con camiones propios para trasladarla directamente, a las comunidades afectadas.   La población civil se acerca a los centros de acopio del gobierno para alertar a quienes traen su ayuda a estos lugares y evitar que sigan acaparando las miles de cosas que continuamente llegan. Y enla ciudad de México sucede igual situación en las instalaciones del DIF a donde un ciudadano ha tenido el valor y corage para presentarse y exigir que le den la ayuda que ha sido donada del pueblo, para el pueblo, que las donaciones no deben de ser reetiquetadas con el logo del gobierno y que sus procedimentos burocráticos son ineficientes ante la emergencia de las comunidades. Agregando que no debe politizarse las donaciones y exhortando a los ciudadanos a exigir sus derechos, pues bien se sabe, que estas donaciones se reetiquetan para ser utilizadas durante las próximas campañas políticas, para condicionar los votos, y repartir migajas a sus agremiados

Por las redes sociales circula la petición firmada por millones de personas para que el presidente de la república destine a los daminificados los millones de pesos que se otorgan a los partidos políticos para la simulación de elecciones. Pues una gran mayoria es consciente del fraude electoral, con el que incluso Enrique Peña Nieto asumió la presidencia del país, es consciente de las falsas promesas y saqueo de los políticos que llegan al poder.  Los mexicanos no desean gastar millones de pesos del erario público en publicidad de partidos políticos que carecen de propuestas  serias para el bienestar de los ciudadanos.

¿Será esta respuesta de la población civil y de los jóvenes ante el estado de emergencia del país, la organización solidaria, la conciencia y evidencia de la clase gobernante de diputados, senadores, gobierno y sus instituciones, que sólo se enriquecen en sus puestos políticos, sin trabajar realmente para el pueblo, con sueldos, prestaciones y bonos dignos de reyes, que reciben pensiones vitalicias y que heredan sus puestos a sus familiares, y que recientemente aprobaron una reforma constitucional para poder reelegirse y seguir enriqueciéndose impunemente, el primer paso, para un proceso de liberación de ésta clase de parásitos que ha hundido al país en la miseria durante décadas? Un país con gente trabajadora, a la que denominan despectivamente como prole, pues de ella abusan, pero que no tendría que vivir en la miseria en un país con tantas riquezas naturales, que son mal explotadas, y para beneficio de unos pocos. Sólo el tiempo dirá si México está listo para seguir organizado y exigir lo que es su derecho propio.

En Tepoztlán Morelos, el diputado Francisco Navarrete, anterior presidente municipal, se acercó a los jóvenes del centro de acopio y distribución, para ofrecer una cuenta recién abierta para recaudar fondos para los damnificados, ofrecimiento que fue rechazado pues es de sobra conocido la falta de calidad moral de los políticos morelenses. Los jóvenes que en su mayoría provienen del Distrito Federal se han mostrado eficientes en el acopio y clasificación de la ayuda que reciben, y que de inmediato es trasladada sin la ayuda de ningún intermediario a las comunidades más afectadas. Desde el centro de acopio de Tepoztlán se ha enviado ayuda a Jonacatepec, comunidad campesina severamente afectada a donde se requiere todavía mucha ayuda, y comunidades aledañas de Ocuituco, y Tlayacapan. En la misma zona cercana al volcán Popocatepetl hay comunidades más retiradas y de díficil acceso a donde la ayuda no ha llegado. Pues cabe mencionar que la ayuda del gobierno estatal es ninguna, al contrario, gracias a órdenes del mismo, la ayuda proveniente de otros estados y prometida por el obispo de Cuernavaca a Jonacatepec no llegó.



Las televisoras no han hecho presencia en ninguna de estas comunidades y se limitan a transmitir el rescate del conocido colegio Enrique Rebsamen derrumbado en la ciudad Capital del país. Colegio que recientemente se supo pertenece al cardenal primado de Mexico, Norberto Rivera Carrera, quien haciendo uso de su poder, relaciones políticas y con la complicidad del Estado, y custodia de soldados del ejército, dieron prioridad al rescate de sus cajas fuertes y reliquías religiosas de su propiedad  que se encontraban en ese edificio. Razón por la que no permitieron qu el equipo de rescatistas japonés interviniera en las maniobras.



El gobierno del estado tampoco hace presncia en las comunidades, pues su principal ocupación es acaparar la ayuda proveniente de los demás estados de la república mexicana. Sin embargo, una familia de millonarios empresarios mexicanos, dueños de gasolinerías se presentaron en Jonacatepec con vehículos todo terreno para prestar su ayuda, ellos también prefieren colaborar directamente, y por su propia cuenta y fondos, colocaron de inmediato un dique para evitar que el derrumbe del cerro llegue hasta las casas que se encuentran al pie del mismo. Mientras que el ejército mexicano se presentó el viernes 22 solamente con un jeep con víveres. Lo que ha llegado hasta los pobladores ha sido a través del centro de Acopio de Tepoztlán.



El reto para México es grande, muchas escuelas, iglesias, casas, edificios públicos han quedado inservibles, se ha anunciado  que hay fondos para el desastre, fondos de los que la ciudadanía sabe, no todo se emplearan para lo que fueron destinados. La corrupción y saqueo de la clase gobernante no tiene freno. En las televisoras se transmite solamente el rescate de los alumnos atrapados en un colegio y algunos edificios de la capital del país. Pero los estados más afectados no han sido auxiliados por el gobierno del estado. La ayuda que ha llegado ha sido de la población civil que a través de las redes sociales se informa continuamente de cuáles son las comunidades que aún no han sido auxiliadas. En la ciudad de Cuernavaca la comunidad universitaria de la UAEM también ha instalado un centro de acopio y distribución confiable, desde donde todo el día se envía ayuda a comunidades que aún no la han recibido. La organización es eficiente y van realizando un censo diario, para saber que es lo que aún se requiere y en dónde.

Algunas empresas particulares aprovechan para abrir cuentas bancarias supuestamente para los damnificados. Pero mucho del dinero recaudado no llegará a quien debería llegar, este evento se aprovecha para hacer donaciones a nombre de ciertas instituciones, con cantidades de dinero que después les devolverá el fisco, empresas que no aportan económicamente nada, sólo el nombre. Recaudan fondos del bolsillo de la población civil, y  entregan parte en nombre de su empresa, como si fuera suyo, como si hubiera salido de sus arcas, mientras las cuentas personales de los dueños, crecen.

Un gran reto, para un gran país, para verdaderos guerreros, para los jóvenes que han respondido al llamado de urgencia con su trabajo voluntario. Y la clase política, evidenciándose como lo que desde hace ya muchos años es. Una verdad conocida por muchos mexicanos y olvidada por otros, por lo que la misma población civil hace un llamado a todos los mexicanos, para que verifique que la ayuda llega realmente a quienes la necesitan. México se sostiene gracias a los ciudadanos, no gracias a la clase política gobernante, sino más bien, a pesar de ella.

Todas las personas y naciones que deseen ayudar a los miles de damnificados deberán de asegurarse de no hacerlo a través de las instituciones gubernamentales ni bancarias. En tragedias anteriores ocurridas en otros países, organizaciones internacionales y personas con poder económico han prestado su ayuda sin intermediarios,construyendo casas, asegurándose de que sus recursos sean utilizados para los verdaderamente más necesitados. Un ejemplo que como ciudadanos y naciones debemos seguir si queremos construir un mundo mejor, evitando que los fondos  lleguen a las manos de inmorales y codiciosos oportunistas que llenan sus arcas personales y lucran con la tragedia humana.   


Hoy México ha demostrado que es una nación guerrera y solidaria, que no necesita ni merece la clase de gobernantes que tiene.  

EL GRAN TERREMOTO




El GRAN TERREMOTO

…y un gran terremoto sacudió la tierra, derribando iglesias y templos, ante los ojos atónitos de sus fieles.



Dios habló de tantas maneras a sus hijos, pero ellos no escuchaban, los falsos maestros no les permitían escuchar más verdad que la suya.

Y derribó el símbolo de la apariencia, de lo irreal, de lo que no es, de lo que jamás ha sido, de lo que hay que dejar para llegar a él.



Lo derribó para evitar la falsas creencias, los falsos líderes, las falsas idolatrías. Para recordarle al hombre, una verdad tantas veces dicha, pero no escuchada, que no requiere de templos para acercarse a él. Que no requiere de sacerdotes intermediarios para escuchar a todos los hombres que son su creación, para recordarles que puede llegar a todos.



No más negocios en su nombre, porque no quiere ni necesita de la simulación, de los falsos cultos, de las costosas fiestas y castillos en su nombre. Porque dios no tiene las carencias humanas, porque es más grande que todo lo que es posible ver, de todo lo que es posible imaginar. Porque dios no tiene las limitaciones del hombre.

Sólo desea experimentarse en el corazón del hombre, en  la bondad y el amor a los demás. Experimentarse en la alegría de dar incondicionalmente, en la alegría de construir y crear.
Y dio a sus hijos la oportunidad de ayudarse incondicionalmente, de protegerse los unos a los otros.

Como tantas veces, puso en las manos de los hombres, la posibilidad de elegir entre amar y dar confiando en la abundancia que para todos hay, o la posibilidad, de robar, saquear y acaparar, sintiéndose separado de lo que realmente son, parte de Dios.


Y aquellos que oyeron sin escuchar, que mirarón sin ver, siguieron asistiendo al templo en ruinas, siguiendo a los falsos líderes, sin mirar nada más, sin mirar hacia sí mismos, robando y saqueando a sus propios hermanos, sin descubrir su propia magnificencia como parte de dios.

jueves, 31 de agosto de 2017

SIEMPRE A MI LADO SIEMPRE




SIEMPRE A MI LADO, SIEMPRE


Se que estás ahí padre, y mi corazón anhela estar a tu lado
Un dolor profundo en el corazón me hace desear tu abrazo,
Sentir tu calor envolver todo mi frágil cuerpo
Y sentir que no estoy sola, que no me abandonaste nunca

Y mi corazón llora la distancia que nos separa,
Por el momento triste en que me alejé de ti
Por esa fria y oscura noche en que no te sentí
Aunque ahora yo sé, que siempre ahí estabas.

Hoy comprendo la necesidad de esta distancia,
Hoy comprendo que siempre me cuidas y proteges
Aún en los momentos díficiles y dolorosos
Tú y tus ángeles estaban siempre ahí.

Mi dolor era tan grande y llenó de oscuridad mi alma
Te busqué desesperadamente sin poder encontrarte
Hoy mi frágil cuerpo, casi está rompiéndose
Y tu me sostienes, tú eres mi soporte, tú eres mi aliento.

Un ángel enorme camina a mi lado custodiándome
Tus hermosos ángeles sanadores rodean mi cama cada noche,
Y con amor reparan todo lo que en mi debe repararse
Me das el milagro de la vida cada día en un cuerpo frágil

Y yo cumplo tu voluntad padre, tu voluntad que es la mía
Pero qué duro es habitar este lastimado cuerpo.
Y mi corazón sabe que no puedo ni debo fallarte
Padre no me abandones, dame tu fuerza.

Llena mi corazón de paz, tranquilidad y paciencia.
Hazme llegar mensajes claros con tus amados angeles
Dime amado padre que no me  estoy equivocando
Dime que estoy haciendo lo que tú de mí quieres.

Quedate conmigo siempre, hazme sentir tu presencia
Llena con tu luz y tu amor infinito mi alma
Dame la fortaleza y entereza para no derrumbarme
Siempre a mi lado padre, siempre a mi lado, siempre.

ANGUSTIA


Angustia


Son las horas aterradoras, no dormiré, no podré dormir por nada. Aunque lo intente, aunque trate de relajarme, no lo lograré. No hay modo de hacerlo, nadie en mi lugar podría hacerlo. Es una angustia terrible, una ansiedad que me hace morderme los labios repetidamente. No encentro el modo de calmarme, trato de tener en la mente una imagen de algo hermoso, algo que me haya hecho muy feliz, dicen que eso funciona. Pero no tengo recuerdos hermosos, sólo oscuridad, sólo dolor, sólo miedo, sólo angustia.



Las horas oscuras, pasan lentas, y no logro pegar un ojo, he dado vueltas de un lado a otro. Esta es mi última noche bien, si a esto se le puede llamar bien, las siguientes noches después de que despierte serán mucho más terribles. Hoy no me deja dormir la angustia y la incertidumbre, pero mañana, mañana no me dejará dormir el dolor. 

Amanece, por fín amanece, el momento se acerca rápidamente, nada puede detenerlo, nada puede evitarlo, todo mi ser se niega a aceptarlo, no quiero. Esa es la verdad que quisiera gritar a a todo pulmón, gritar a los cuatro vientos, que no quiero, que no quiero más, que me dejen en paz, solamente eso quiero, que me dejen en paz, por favor, sólo en paz.



Tengo un deseo enorme de salir corriendo, de huir para siempre, de correr lejos, muy lejos, donde nadie me encuentre, donde nadie pueda alcanzarme, donde nadie pueda obligarme a hacer esto, esto que no quiero. De verdad quiero correr, correr, pero sé que no podría llegar lejos, nada lejos, todo está cerrado, todo está vigilado, hay un policía cuidando la puerta de acceso, la única puerta que da a la calle. Lucho contra este impulso natural de huida, eso es, una huida. Deseo con todo el corazón huir de esto, dejar de ser como un cordero que es llevado al sacrificio, llevado al matadero. Así, me siento, eso soy.

Pero, a nadie le importa lo que siento, a nadie le importa lo que pienso, nadie me preguntó si yo quería esto, ellos decidieron por mi, siempre han decido por mi. Y ni siquiera me explican, nadie me explica nada, pero yo sé muy bien lo que viene, yo sé muy bien de qué se trata todo esto, no es la primera vez que pasa.

A cada segundo que transcurre mi angustia crece, invade todo mi cuerpo, y la lucha contra mí misma es más díficil, soy como una animal acorralado. Deseperadamente miro hacia arriba, tratando de encontrar una respuesta, tratando de encontrar ayuda. Y sólo hay un gran silencio.

¿Dónde esta mi Dios?, ¿dónde está?, ¿por qué no viene en mi auxilio?le súplico desesperadamente, quiero encontrarlo,pero dentro de mi corazón hay un vacío profundo, doloroso. Y sólo encuentro el silencio, el vacío. Nadie me responde. Dicen que alla arriba, en el cielo, está dios, el creador de todo. Y yo le súplico, le súplico que me ayude, que me evite este dolor. No entiendo nada. ¿por qué tiene que pasarme esto?, ¿por qué a mí? Quisiera no estar en este cuerpo. Quisiera no vivir. Que se acabe esto, que se acabe muy pronto. Pero el reloj sigue su curso, nadie puede evitarlo, nadie puede salvarme, no hay  un dios.

El momento está tan cerca, son las siete de la mañana, afuera estan las enfermeras, en el trajineo de cada día, ayudan a las pacientes a levantarse, a lavarse la cara, a peinarse antes de llevarles el desayuno. Para mi no hay desayuno, desde ayer en la noche no tuve merienda y el último vaso de agua a las seis de la tarde. Llega la enfermera conmigo, me da los buenos días, para mi no hay buenos días, es una sentencia de muerte. Sé a lo que viene, sé de lo que se trata, no es la primera vez.

Me pide que me descubra la espalda, va a limpiarme con un líquido antiséptico, es amarillo y está muy frío. Ella toma las tijeras y con ellas moja un pedazo de algodón en la solución antiséptica, con movimientos mecánicos y rápidos me limpia la espalda. Y yo no pueo evitarlo, tiemblo de frío y de miedo, comienzo a sollozar, sabiendo que es inevitable, que no puedo escapar. Ella termina de limpiarme, me seca la espalda y me da una bata azul, me recoge el cabello y me pone un gorro. Ha comenzando el ritual antes de ir al sacrificio.

Ahora sí es inevitable, todo mi ser lucha contra esto, pero no importa lo que yo diga, mi voz no será escuchada, no será atendida. No puedo evitarlo, esta angustia me asfixia, me ahoga, siento que estalla dentro de mí. Y el llanto se desborda incontrolablemente, lloro, lloro y lloro. . entonces la enfermera interrumpe su trabajo mecánico, parece darse cuenta que no soy un objeto, mi llanto se hace notar que soy un ser humano que siento. Pero ella sólo trata de cumplir su trabajo, de terminar a tiempo con mi preparación para llevarme al quirófano.



Me dice que me tranquilice, que no es la primera vez, que yo debería de estar tranquila porque sé de qué se trata. Y precisamente porque sé de qué se trata es que estoy como estoy, quién no sabe de qué se trata es ella. No tiene la mínima idea de lo que me espera, jamás ha estado, y probablemente jamás estará en mi lugar. Pero yo sí sé lo que me espera y es algo muy doloroso, algo que ella no puede imaginarse.

Dentro de mí, algo muy profundo se revela, algo que tiene vida propia, un impulso muy fuerte, como la erupción impetuosa de un volcán, y se revela en una frase que nadie escuchará: no quiero, no quiero que me operen. Y entonces, lo digo, lo digo con mucha fuerza. Ella no me escucha, nadie escucha lo que estoy diciendo, tratan de decirme que me calme, que todo es por mi bien. No me escuchan, nadie me escucha, viene otra enfermera a tratar de calmarme, pero nadie me escucha. Tratan de que sea yo quien escuche. Quieren que yo acepte y escuche que esto es por mi propio bien. Pero yo estoy convencida que no es por mi propio bien, dentro de mi, algo me dice que no es así.

Las veces anteriores, me dijeron lo mismo, que era por mi propio bien, que iba a estar bien, pero no estoy bien, por eso estoy aquí otra vez, porque no estoy bien. Sus promesas no se cumplen. Las cosas no suceden como ellos dicen, la mejoría es mínima y es demasiado dolor para una pequeña mejoría.
  
Muy cerca de mi cama está la mesa metálica, en  la que llevan los medicamentos y materiales de curación de habitación en habitación. Ahí se encuentra un equipo de suero y una sonda. El hora de ponerme la sonda. Es un momento vergonzoso y doloroso. La sonda para orinar es algo verdaderamente espantoso, una tortura, no hay otro modo de definirla. No quiero que me la pongan, me obligaran a orinar a través de ella y eso es tan doloroso. No quiero que me la pongan, pero lo que yo quiera no importa. Me dicen que es necesario, no sé para qué. Podrían evitarme este dolor, pero no lo hacen. Me la ponen. Desde ese momento no orinaré, no por mi propia voluntad, me aguantaré lo más posible. No quiero sentir ese ardor terrible al orinar. Me siento incapaz de moverme como si me hubieran puesto una estaca en el alma.

Ya no hay nada que hacer, nada de lo que yo diga importa, de cualquier modo harán conmigo lo que quieran, mi voz no cuenta, no tengo voto sobre lo que hacen en mi misma, sólo me toca aceptar, aceptar contra mi propia voluntad y sufrir las consecuencias. Eso me espera sufrir el dolor, la inmovilidad, la incomodidad, no hay nada, absolutamente nada que yo pueda hacer.

El reloj sigue su curso, llegó la hora, es el momento en que la enfermera viene  con una camilla, me dice que me pase a ella, me cubre con las sábanas y me asegura con un par de cinturones, ahora se dispone a trasladarme al quirófano. Me lleva por esos pasillos tan blancos, tan relucientes, tan fríos y  avanzamos sin que nada ni nadie pueda impedirlo.

Es una habitación completamente blanca, hermética y muy fría. Hay varios médicos y enfermeras. Su trato es impersonal, mecánico, frío, distante. No sé si es más fría la habitación o su trato. Cubiertos con sus gorros, cubrebocas y guantes, apenas puedo mirar sus ojos. No tienen un aspecto humano. Ellos no me miran, sólo hablan entre sí de lo que tienen que hacer. Verifican que todo y todos estén listos.

 Escucho el agua cayendo de un grifo, estoy completamente inmovilizada en la camilla, la ansiedad y el terror crece, sollozo cada vez más desesperada. No hay manera de evitarlo, yo lo sé, estoy completamente inmovilizada. Nadie me escuchó afuera cuando gritaba que no quería, aquí nadie me mira siquiera. Para ellos no soy una persona, sólo soy parte de su trabajo. La luz de la enorme lámpara del techo lástima mis ojos llenos de lágrimas. Siento que me ahogo, me falta el aire, ni siquiera puedo respirar bien, quisiera sentarme para poder respirar mejor, pero eso es imposible, estoy atada con cinturones de seguridad.

Me pinchan el brazo para ponerme el suero, el ritual casi llega  a su fin, paso a paso, es una confirmación de lo inevitable, una reafirmación de mi impotencia, de la desesperanza de escapar, de mi desilusión de que alguien pudiera salvarme. No hay escapatoria, no hay modo de que alguien me escuche, de que alguien me tome en cuenta, han decidió por mi. Lo que yo sienta, lo que yo quiera, no importa, sólo tengo nueve años y sé que nadie va a escucharme.

La enfermera, me asegura la aguja con cinta adhesiva, lo hace con gran precisión y destreza, cuando termina avisa que estoy lista. Yo escucho las voces de todo el equipo, aunque no veo a nadie, se acerca el anestesiólogo y con una jeringa inyecta mi suero, de inmediato empiezo a sentirme relajada, siento como se me cierran los ojos, los párpados me pesan demasiado, no puedo evitarlo, se cierran, ya no hay nada, solo oscuridad, oscuridad y silencio.

 y silencio…