jueves, 31 de diciembre de 2015

EL AMANECER



EL AMANECER


Son las cinco de la mañana, la oscuridad es total. Me levanto y me abrigo, tomo mi lámpara y comienzo a caminar por un sendero serpenteante que se eleva sobre la ladera del cerro. Camino sin prisa, me detengo constantemente para recuperar el aliento. Sonrío para mí misma. Voy a lograrlo una y muchas veces más. Aquél médico que dijo que no había cura para mí, ahora me parece la persona más estúpida e ignorante del mundo. Su limitado conocimiento le impide ver la infinidad de posibilidades de sanación que hay en nuestro universo.


Me detengo brevemente durante el ascenso, cada uno o dos minutos, cuando siento que el oxígeno me es insuficiente. Tengo conmigo un gotero de oxígeno líquido, un terapeuta de medicina alternativa me lo recetó. Y en verdad es efectivo. Tomo diez gotas debajo del paladar y casi instantaneamente, siento mi cuerpo recuperarse.


Después de aquélla bronquitis de más de dos meses, mi capacidad respiratoria era insuficiente. Pero poco a poco, el oxigeno líquido, mis ejrcicios de yoga y muchas cosas más me permitieron recuperarme, contra todo pronóstico médico.


Después de cinco años de haber recibido ese terrible diagnóstico, mi salud está mucho mejor que antes. Ahora no enfermo más de bronquitis, apenas si tengo uno o dos resfriados leves al año, puedo comer nieve o tomar bebidas frías aún cuando el clima es frío sin enfermarme. Resisto los cambios bruscos de temperatura sin problema.


Me alegro de no haberme dado por vencida, de buscar todas las opciones, hasta encontrar las que podían ayudarme. Y agradezco a Dios el haber puesto en mi camino a todas las personas sabias que tuvieron la disposición y generosidad para brindarme su ayuda. Mi situación era en verdad terrible, enferma, sin dinero y sin poder trabajar. Si es verdad que hoy no tengo riquezas, apenas lo necesario para vivir, pero estoy lo suficientemente fuerte para trabajar. No puedo trabajar demasiadas horas, pero puedo hacerlo. Estoy viva, mucho más de lo que ese soberbio e ignorante médico dijo que estaría.
Cada vez que subo una montaña lo pienso, pienso en que lo haré todavía muchas otras veces, hasta que verdaderamente no tenga el suficiente aliento para hacerlo. Haré las cosas que desde hace muchos me gusta hacer, y otras que no sabía que podía hacer tan bien. Como la escritura, ese talento que ni siquiera imaginaba que podía desarrollar tan rápidamente y que fuera a gustar tanto a tanta gente.


Hoy he venido a disfrutar el amanecer sobre el mar. Desde este cerro puedo ver hacia el este una playa, y a mi derecha el infinito mar. Las olas van y vienen con su ritmo tranquilo. La oscuridad es densa, pero esta bien para mí, puedo escuchar los ruidos de la naturaleza tal cual son, sin los ruidos humanos y de todos los aparatos que ha creado.


En el oscuro mar puedo mirar algunas luces de color azul fluorescente, se desplazan de un lado a otro. Imagino que es un pez desconocido para mi. El mar luce tranquilo, y a pesar de ello, las olas se estrellan con violencia en las rocas. Me gusta este sonido. Siento la brisa fresca y salada sobre mi rostro. Pienso que este es un buen lugar para encontrar a Dios. ¿Que prueba más grande necesito para sentir su presencia, aparte de esta belleza?



Anoche antes de dormirme, caminé por la playa. Mi alma nunca se llena de sentir mis pies hundirse en la arena tibia y mojada. La oscuridad, permitía ver las estrellas tan grandes y tan cerca como nunca antes las había mirado. Las miré por mucho rato, deseando que este momento durara para siempre, con una inmensa alegría y con tristeza también, porque no sé si algún día volveré a tener una oportunidad igual.


Poco a poco el día comienza a clarear, la oscuridad se difumina y aparece una ligera niebla. De pronto, todo se queda en silencio, las olas parecen estar en suspenso. Ni un solo sonido. El mar se queda quieto. Lo cual me sorprende enormemente. Sobre la cima del cerro que está al frente se comienza dibujar un resplandor rosado. Es el sol, que lentamente se asoma.
Primero un punto, después una línea, un medio arco que se eleva hasta convertirse en un medio círculo de un color rosa intenso. Finalmente se asoma todo el sol. Curiosamente, en ese momento vuelve a escucharse el vaivén de las olas. Y entonces lo entiendo…esa quietud, era una reverencia, un saludo ante la aparición del astro mayor.


Los rayos pintan las olas de color dorado. Me quedo mirando cómo se desplazan las olas siguiendo una linea lateral a la playa. Y entonces los reflejos dorados sobre las crestas dibujan una serpiente desplazándose hacia el este. Una serpiente dorada, nadando sobre las olas. De inmediato me viene a la memoria Quetzalcóatl, la serpiente emplumada que según una antigua leyenda se fue por el mar.
El sol sigue subiendo rápidamente, y en tanto se eleva sobre la montaña pierde su color intenso. Sus rayos comienzan a calentar mi piel, mientras el viento y la brisa mecen mis cabellos. Estoy aquí respirando la brisa salada, sintiendo el tibio calor del amanecer. Este es un momento que guardo en mi memoria con todo detalle. Sigo mirando la serpiente dorada, hasta que no se ve más, cuando el sol se eleva más alto, los reflejos se vuelven plateados y la serpiente ya no puede mirarse.

Guardaré este recuerdo, y si vuelvo a enfermar y estar en cama, esto será un aliento, para no vencerme. No es la primera vez que las cosas se ponen difíciles, pero ahora tengo una gran certeza. No es para siempre. Todavía me esperan nuevas playas y cientos de kilómetros de arena tibia mojada. No siento mas desesperación, dejo que las cosas sucedan,  tranquilamente. Toda enfermedad o mal momento, se irán a su tiempo. Sólo espero, con calma, espero que estas horas díficiles se vayan. Espero… aguardo por más momentos como éste.  

CARTA A LOS LECTORES IV



CARTA A MIS LECTORES IV

Queridos lectores, un año más de compartir con ustedes. Es cierto que es taI vez he escrito menos que los años anteriores y a pesar de ello, el blog sigue circulando alrededor del mundo. He recibido los más hermosos comentarios que jamás habría esperado recibir, desde los lugares más lejanos y en las más diversas lenguas.

Se bien que ustedes están pendientes de mis publicaciones y esperan con ansías las novedades. Pero, por motivos personales y económicos no me fue posible mantener el ritmo de mis publicaciones. No obstante, nuevos seguidores se unieron al blog. Agradezco la solidaridad de todos ustedes por la situación que atraviesa el país. Me agrada que me compartan algunos escritos que surgen cuando me leen. He recibido poemas, fotos, frases de contenidos sabios y profundos, mandalas, oraciones y la alegría que mis textos despiertan en uds. Recibí de una lectora unas palabras para Nestora Salgado, que quiero compartir aquí:

“Tu voz es un eco de sombras,
un reproche que me nombra.
En esta noche de llantos,
entre gritos silenciados
 y  giros de fantoches.
Tu voz es un punto y aparte
que se esconde de mis ojos”.

De la misma,  forma hubo una gran muestra de solidaridad para los padres de los estudiantes masacrados y desaparecidos de Ayotzinapa y para sus compañeros que continúan incansablemente su lucha y que no están dispuestos a rendirse hasta que se haga justicia.

Personalmente, tuve el honor de entrevistarme con una delegación de ellos, quienes nos compartieron directamente su testimonio sobre lo que aún sigue pasando en su lucha en Ayotzinapa. Y por supuesto también les hice llegar las palabras y muestras de solidaridad que se han dado en muchos países, y que ustedes mismos me han enviado.



Los recientes comentarios me hacen saber que en muchos lugares del mundo hay gente maravillosa que hace algo por sí mismo y por los demás, que tratan de crecer sanamente física y espiritualmente, que se reúnen para ayudarse, compartir y hacer oración para mejorar las cosas en el mundo. Cualquier cosa que cada uno haga, por insignificante que parezca puede llegar a tener una gran trascendencia.  

Este año se suman lectores de Polonia, Canadá, Chile, Paraguay, Argentina, Italia, Mali, Rusia, España, Perú, Brasil y Cuba, gracias por dejármelo saber a través de sus comentarios, fotos, poemas que me envían constantemente. 

Les mando saludos a todos mis seguidores junto con  mis mejores deseos, para este y los siguientes años por venir.

Atenea del bosque

LAS LUNAS



LAS LUNAS


Es el penúltimo mes del año. Se aproxima una reunión siempre esperada con mis amigas.  Un grupo al que me incorporé hace cinco  años. Tuve el honor de ser invitada a compartir en él por su propia fundadora.  Si bien la invitación la recibí en el mes de marzo de 2010, sólo pude coincidir en las fechas hasta el mes de diciembre para poder asistir.


Cuando recibí la invitación, no imaginé la grata sorpresa que me esperaba ahí: las amigas más maravillosas y queridas que he podido encontrar. Ellas se autonombraron a sí mismas las lunas, porque la reunión se realizaba el sábado más cercano a la luna llena.





Aquél diciembre en que acudí por primera vez, conocía únicamente a la fundadora y a dos de ellas las había saludado un par de veces. A las demás las fui conociendo con el tiempo. Todas ellas mujeres profesionistas y por cierto, muy exitosas. Una reunión sólo de mujeres, sin llevar hijos, ni esposos, esa era la única condición.


Un grupo en el que  no se trataba sólo de divertirse, sino también de compartir conocimientos, experiencias, ayudarnos en nuestros problemas, realizar meditacion. Comenzábamos a las cinco de la tarde con un ritual de apertura en el que nos integrábamos como grupo y como parte del universo. 


Reconociéndonos como seres únicos, especiales, espirítuales.


Después de esto, se iniciaba una actividad que alguna de nosotros ofrecía a las demás. Los temas  de lo más diverso. Yoga kundalini, lectura del I ching, risaterapia, clowns, el cuerpo físico, el cuerpo mental, el cuerpo emocional, el cuerpo psicológico, el cuerpo espiritual, lectura de cartas de ángeles, en fin muchos temas, los cuales todos estaban enfocados a mejorar nuestra vida.


La tercera parte de la reunión era para compartir aspectos de nuestra vida personal.  Cada una tenía un espacio de más o menos siete minutos para contar lo que quisiera compartir. Enseguida las que escuchábamos le hacíamos sugerencias, le dábamos nuestro apoyo o ayuda, según se requiriera.  Y la última parte estaba enfocada a degustar los bocadillos, ensaladas, pasteles, vino, postres que cada una una llevaba.


A lo largo de estos años hemos compartido mucha alegría, pérdidas, triunfos, cambios, dolor, enfermedad, siempre con un gran apoyo. Desde el año  pasado las reuniones han cambiado, sin que por ellos nuestro vínculo afectivo haya disminuido. No siempre podemos coincidir todas, aunque lo intentamos. La fundadora se ha mudado de la ciudad y no siempre nos acompaña, pero seguimos compartiendo con ella con el mismo entusiasmo.


En este grupo todas nos hemos sentido apoyadas y queridas. Cada una de nosotros ha  crecido notablemente en distintos aspectos de su vida. Algunas hemos hecho  cosas que antes eran impensables, por ejemplo, yo comencé a escribir y abrí un blog con la intención de hacerme un hábito de escritura. Mis demás compañeras también han hecho cosas muy distintas, siempre para bien.


En noviembre pasado fue nuestra última reunión. Por primera vez, decidimos hacer una fogata y cocinar en ella nuestros bocadillos. Como siempre todas llegamos muy entusiasmadas.  Notamos que faltaban algunas cosas para cocinar. Mientras tres de nosotras encendimos la fogata, dos de ellas fueron a la tienda.


Con el fuego encendido nos sentamos alrededor. Una de nuestras compañeras trajo una sorpresa. Un rebozo que desde la india comenzó a circular en un grupo de mujeres, para hacer una oración por una petición personal, familiar y mundial. Dicho rebozo lleva ya algunos años viajando por el mundo y llegó a nuestra ciudad en un grupo de meditación de una amiga luna, quien lo pidió para honrarlo en nuestro círculo.


El propósito era que cada una de nosotras lo tuviera entre sus manos en tanto las demás cantaban una oración, para hacer una petición personal, familiar y mundial. Tres vueltas dio el rebozo en nuestro circulo, para que cada una hiciera sus tres peticiones.


Las palabras que entonamos fueron: govinde, mukande, udare, pare, hariang, kariang, nirname, akame. Cuyos significados respectivos son sostenedor, liberador, iluminador, infinito, destructor, creador, sin nombre, sin deseo.  En este mes de diciembre, un lector de mi propio país me escribe las mismas palabras diciéndome que este es un lenguaje de hadas. Si esto es así, entonces me toca compartirlo con ustedes.


Así pues,  en nuestra reunión de lunas, después de hacer nuestras peticiones con el rebozo, compartimos algunas experiencias personales, más tarde la comida y finalmente cantamos y bailamos hasta que llegó la hora de irse.
El rebozo que estuvo en nuestras manos es una muestra de que en diferentes lugares del mundo hay grupos de mujeres creciendo. Así como el año pasado, que en España un grupo celebró su reunión y cerró su circulo con la música del blog.


Prueba de ello, es también un poema que escribió una lectora y que quiero compartir, especialmente a los círculos de mujeres de todo el mundo y que particularmente a mí, me remite al libro de Clarissa Pinkola, “Mujeres que corren con lobos”:


“ Soy la hija de un pasado de mujeres que encendieron el fuego,
que regaron la tierra con su sangre,
que parieron con placer y nutrieron con sus pechos.
Soy hija de los hombres que honraban el vientre de mis abuelas
Y nos sabían serpientes, lobas, hermosas
Soy hija de las mujeres-bosque
Que corrían desnudas por la tierra mojada y mojaban sus vientres con ella
Soy hija de las mujeres-madre
Que amaban a los árboles como a sus hij@s
Y ofrecían su cuerpo como alimento
Soy la mujer que recuerda
Soy la mujer que corre desnuda por el bosque
La loba
La que se arranca la ropa
Y se da cuenta que también respira por el útero
Y por los brazos
Y por los pies
Y por el pecho
Y que la ropa es la red, la trampa
Soy la que sabe que la tierra cura
Y abre las piernas y se cura con ella
Ungüento sagrado
Mujer sagrada mujer de luz
Mujer de sombra
Diosa de la muerte y de la vida
Que lleva en su vientre el recuerdo
Recuerda en tu vientre, mujer
Recuerda en tu vientre
Recuerda en tu vientre
Y enciende la hoguera… “


Un año más, que cierra la navidad con una hermosa luna llena, con algunas lobas que dejan crecer y crear a su fuerza, a su pensamiento, a su imaginación,  a los deseos del corazón y a los sueños. Como el círculo de lunas que nació del sueño de la fundadora. Un sueño en donde podía tener a sus mejores amigas juntas, un sueño al que yo llegué y del que aún formo parte. Un sueño que se mezcló con el sueño de otras mujeres que mandaron un rebozo al mundo para hacer oración.



Por eso quien quiera que seas, escucha dentro de ti, los deseos de tu corazón y realiza tus sueños, porque juntos haremos el más grande y hermoso sueño que pueda haber. Ni siquiera… puedes imaginarlo.