domingo, 1 de septiembre de 2019

MARTHA




MARTHA

El corazón está roto, no es fácil sanar un corazón lastimado. En unos días será el aniversario de la pérdida de su hija, de ese nuevo ser que esperaba con mucha ilusión, y que de no ser por la negligencia de los médicos tal vez, estaría con ella.

Hace tres años Martha estaba embarazada, treinta y un semanas de gestación, se suponía que aún no era tiempo de dar a luz, pero el seis de septiembre comenzó a tener los síntomas del parto, a las nueve de la noche sus familiares la llevaron al hospital de Pahuatlán de Valle, en el estado de Puebla, fue recibida, pero se le comunicó que tendría que ser trasladada a otro hospital, debido a la falta de ginecólogo, anestesiólogo y pediatra en esa unidad.

Se solicitó el servicio de ambulancia para trasladarla de emergencia al Hospital General de Huachinango, ubicado en el estado vecino de Hidalgo, para ese momento Martha había perdido mucho líquido, pues se había roto la fuente. Pero la respuesta a la solicitud de emergencia, fue que no había ambulancia, ni chofer. Ante esa situación, un empleado llamó por teléfono a la comandancia de policía de Pahuatlán para pedir ayuda y realizar el traslado, pero una vez más, no hubo ayuda, la respuesta fue que no había gasolina ni chofer.

Martha, estaba ya en labor de parto, y la familia desesperada por la falta de atención de las instituciones,  decide llevarla por sus propios medios al hospital de Huachinango, llegando a él en la madrugada del siete de septiembre. Martha es ingresada y es revisada por personal médico a las dos de la mañana, en ese momento se solicita un ultrasonido para saber las condiciones en que se encontraba el producto, sin embargo, el mismo no se realizó de inmediato. Ella estuvo ahí, sin recibir la atención profesional que el caso requería, tomando en cuenta que sólo tenía treinta y un semanas de gestación, por lo que el bebé sería prematuro, requiriendo atención especializada.

Fue hasta las 8:57 de la mañana, momento en que fue atendida nuevamente, habían pasado casi siete horas desde su ingreso, tiempo en que las condiciones del producto se habían complicado.



El ultrasonido que debió ser tomado urgentemente, se realizó hasta las diez de la mañana, ocho horas después de haber sido ordenado. Mismas horas que el bebé llevaba sufriendo oligohidramios severo, poniendo en riesgo su vida. Además de la disminución importante del líquido amniótico, había compresión del cordón umbilical, poniendo en alto riesgo la vida del bebé. Es hasta ese momento, después de ocho horas de asfixia por el cordón umbilical, que los médicos, deciden realizar una “cesárea urgente”. Y a pesar de tener conocimiento del sufrimiento fetal, la cesárea se practicó hasta las 12:30 de la tarde y no de manera urgente como correspondía.

La bebé nace y sobrevive apenas dos horas y media, el reporte médico señala: muerte por “asfixia perinatal severa” y “síndrome dismórfico”. Situación que pudo evitarse de haber recibido una atención médica a tiempo. La recomendación de la CNDH para el entonces gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle fue que proveyera de servicio de ambulancias y chofer disponible todo el año. Cabe señalar que este gobernador tenía su servicio particular incluso un helicóptero, mismo que pagaba con dinero del erario público. Y mientras él y su familia disfrutaban de todos los privilegios que otorga el dinero, en los servicios públicos del estado no había ni siquiera lo más indispensable.

Pero ¿quién es responsable de todas las negligencias? Es cierto que, Martha no recibió una atención adecuada y a tiempo en un hospital al que llegó de otro estado. En realidad no se trata sólo de negligencia sino de una gran corrupción y desvió de fondos del erario, pues si el gobernador tiene para su uso personal un helicóptero, los hospitales deberían tener todo lo necesario para la atención no sólo de las mujeres, sino de todos los usuarios, dinero hay, y mucho, tal como lo ha demostrado la estafa maestra, sólo que está en donde debiera sino en las cuentas de los políticos y “servidores públicos” de esta nación.



Pero la historia no termina ahí, Martha una mujer indígena, que no habla el idioma español, según hacen constar sus familiares, fue obligada a ponerse un Dispositivo Intrauterino (DIU), como método anticonceptivo. Ella misma denunció ante la CNDH que una doctora le dijo que “no saldría de ahí hasta que le pusieran en DIU”. Situación que no fue para nada tomada en cuenta por el obispo de Puebla, monseñor Víctor Sánchez Espinosa, quien le negó toda atención y la acusó de haber provocado, la pérdida de la vida de su hija, con el pretexto de la pobreza y la condenó a la excomunión por no oponerse a la colocación del DIU.

La CNDH emitió sus recomendaciones para los gobernadores de ambos estados, pero este caso no es el único, de hecho, las negligencias médicas en la labor de parto son reiterativas, según lo reporta el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), en un informe que va de todo el año del 2014 a junio de 2015, donde 266 mujeres denuncian violencia obstétrica,  en los hospitales estatales de Guerrero, Morelos, Ciudad de México, Puebla, Hidalgo, etc. Denuncias que, la mayoría de las veces, quedan en el olvido.

Ser pobre, ser mujer y ser indígena en este país, no es fácil. La violencia, el abuso golpea a los más vulnerables. Y la vida sigue, a pesar de las heridas y del dolor, la vida tiene que continuar.

ELEUTERIO



ELEUTERIO

Eleuterio es un hombre mayor, su vida no ha sido nada fácil, de niño tuvo poliomielitis, sus piernas resultaron afectadas, debido a ello camina usando dos bastones, una de sus piernas es más corta que la otra y usa un aparato ortopédico en ellas para poder movilizarse.  No es fácil desplazarse de un lugar a otro en estas condiciones, pero él lo hace siempre con determinación. Va de su casa a su trabajo y en general a todos lados, pues esto no ha sido un limitante en su vida. Desde pequeño tuvo una gran fortaleza para sobreponerse a las adversidades que la vida le iba presentando.



No tiene lástima de sí mismo y toma su dificultad de locomoción como lo que es, una dificultad de locomoción. Y se sobrepone a ella de la misma forma que se sobrepuso a las burlas de algunos compañeros cuando fue niño y estuvo en la escuela, con coraje, un coraje que le da fuerza, que lo sostiene y que en toda su vida le ha servido para salir adelante. Su vida ha sido una batalla constante para ganar un lugar que en esta sociedad no es fácil tener para personas con determinadas dificultades.

Su condición no le impidió tener una pareja, contraer matrimonio y tener hijos. Hijos a los que ama y a los que desea hacer fuertes, por lo que constantemente les dice lo que él considera es su filosofía de vida, de manera dura y a veces despiadada. Que la vida no es fácil para los débiles, que, la vida no es un cuento de hadas, que tienen que luchar por sí mismos, sin esperar nada de nadie, ninguna ayuda, pues para él, ni dios, ni la magia de la vida existen. Nunca existieron él lo dice siempre la vida es cruel, por eso hay que ser fuerte y no dejarse engañar por las mentiras de la religión y de la existencia de dios.
Para él dios no existe, es sólo una invención del hombre débil, una invención de un ser superior que le ayude a resolver los problemas que por sí mismo no puede resolver, una invención que le ayude a enfrentar sus miedos y las religiones usan esta invención para manipular a las masas. La religión es un medio para controlar a la gente, para volverla sumisa, obediente por lo que hay que alejarse de las religiones, que están basada en mentiras.

Desde que sus hijos eran muy pequeños, decidió mostrarles, lo que él cree la realidad de la vida: dios no existe, ni ninguno de los seres mágicos, ni los milagros, ni santa Claus, ni las hadas, ni los duendes, para Eleuterio, todos son invenciones de gente débil. Constantemente repite esto, pero en su voz no hay un convencimiento. En su voz, que lucha por mantener fuerte para que no se quiebre, lo que se escucha es mucho enojo, mucha frustración, porque en su vida dice todo ha sido muy duro, no existió nada de magia. Lo que su voz esconde es mucho dolor. Un dolor que no quiere reconocer, porque no quiere reconocer su vulnerabilidad. Y va por la vida con una coraza de fortaleza que cuesta trabajo sostener.

Lo he escuchado muchas veces, al igual que todas las personas que lo conocemos, porque a él le gusta mucho hablar de sí mismo, de lo duro que es su vida, de la lástima que la gente le tiene y que él no acepta. De la lástima que le tenía su propia madre, por la que él aún está enojado. El habla, habla y habla pregonando su sabiduría que él siente está por encima de los demás, pocos se atreven a debatirle algo, pues su memoria es privilegiada y ha leído miles de libros, una persona muy ilustrada, sus argumentos se acompañan siempre de alguna cita de algún filósofo o escritor reconocido. Se solaza de cuanto ha leído y toma esos argumentos como propios, apoyados en la lógica irrebatible de la ciencia y el conocimiento.
Lo escucho, entiendo su enojo, su frustración, su dolor, su desilusión, no tengo nada que debatir con él. Es su realidad, la que él ha conocido, la que le enseñó la vida. Tal vez, algún día la vida le muestre algo más, como me lo mostró a mí. Llegará su tiempo, en que él pueda descubrir que hay mucho más, de lo que el ser humano puede concebir, pero este no es el momento todavía. Lo sé porque estuve ahí, en ese momento en que no podía mirar más allá.

Es cuestión de tiempo, y aunque él no pueda verlo, un ser superior vela por él, un ser superior lo acompaña cada día de su vida, como a todos los humanos. Un ser que lo mira con infinito amor y vela su sueño, un ser que tiene la paciencia de la eternidad para esperar que él lo note y solicite su ayuda.

No hay prisa, es cuestión de tiempo.


CARTA A MI CREADOR




CARTA A MI CREADOR

Amado padre que estas en todos lados siempre, me miras desde las estrellas, me abrazas con las ramas de los árboles, me acaricias y consuelas con un tibio rayo de sol en la mañana, con la suave caricia del viento, con el aroma de las flores y plantas.

Tú estás ahí, en cada cosa que existe, a veces, tus ángeles me dan tus mensajes, hacen caer plumas blancas desde el cielo para mí, me acompañan, me protegen y siento su amorosa energía, su calor sanador. Tantas milagrosas manifestaciones he tenido de ti, que la duda de tu existencia es absolutamente imposible.

Me acompañas yo lo sé con total certeza, y sin embargo, hay momentos en que las cosas se ponen complicadas en mi vida y  si yo no hubiera tenido tantas pruebas de tu existencia, pensaría que no existes o que me has abandonado, tal como antes lo creí por mucho tiempo. Pero no es así, yo lo sé, aunque mi naturaleza humana me hace desesperarme y quisiera que las cosas no fueran tan complicadas, pero lo son.

Y ya me lo has dicho más de una vez a través de diferentes mensajeros y de diferentes maneras: yo lo elegí. Sí, lo creo, pero no lo comprendo y desde mi limitada visión humana yo muchas veces me pregunto, ¿por qué elegí una vida tan dura? Me respondo, que seguramente estaba borracha. Puedo decirlo así, desde que sé que tu amor es incondicional e infinito.

Me pregunto si puedes reírte conmigo de mis ocurrencias, en realidad, no puedo imaginar la respuesta, pues tu has visto de todo, en todos los tiempos, en todos los mundos, en todas las creaciones que hiciste, que no sé si todavía hay algo que puede sorprenderte. No sé si eres un poco como yo, con un poco de falta de memoria. Que he escrito varios textos y pasa mucho tiempo sin que los lea, pero ayer, entré a mi página y estuve leyendo mucho de lo que he ido creando con tu ayuda, en verdad algunas cosas las había olvidado, no del todo, pero pequeñas partes sí. Y entonces entré a esa página como una espectadora más, no como la escritora, sino la lectora, y es muy intenso, a veces demasiado.

Hay cosas que duelen mucho, muy profundamente, aunque gracias a la escritura y su poder sanador y reparador,  duelen mucho menos tiempo, puedo leerlas sin sufrir, sólo sintiendo la emoción intensa. Eso lo descubrí hace mucho tiempo, escribir lo que duele, es una liberación en un nivel profundo. Por eso escribir ha sido tan importante y valioso para mí, no sólo por el impacto que tiene en las vidas de quienes leen mis textos, que eso es tema aparte.

Releer mis propias historias, refuerza en mi los aprendizajes que he tenido con ellas,  me hace reconocer mi propia fortaleza, mi valor, mi entereza, mi sensibilidad para construir esas historias. Llena mi alma de gozo el poder compartir un aprendizaje muy personal a otras personas desconocidas que requieren de él. Pues todos mis seguidores son personas altamente sensibles y con conciencia. Ellos son verdaderamente seres especiales, y muchos de ellos aún no lo saben, recién empiezan a descubrirse, de la misma forma en que yo me he ido descubriendo y reconstruyendo a través de la escritura.

Es casi el día de mi cumpleaños, me hace bien reconocer estos logros personales. Saber que en medio del dolor que he vivido, este ya no es el eje de mi vida, saber que puedo sobrepasarlo, dejarlo en segundo o en último plano cuando es  necesario. Saber que entrar a esa parte dolorosa de mi vida es como echarme un clavado en un pantano, entrar en una ciénega oscura, tocar fondo de inmediato, y salir, salir muy rápido, salir limpia, sabiendo que esa no es mi vida, que no tiene por qué serlo, que el dolor puede ser una elección, una elección que no necesito, que no me frena, que no me atrapa, que puedo darle un cuerpo, una forma, ponerlo al frente y decirle que él no está al mando, que soy yo quien elige. Y elijo las enseñanzas, los aprendizajes que el dolor me dio, no lo elijo a él, nunca más.

A veces, el dolor se intensifica, pero no, ya no puede doblegarme, sé que es una sensación pasajera, una sensación de mi cuerpo, este cuerpo que es mío, pero que no soy yo. Yo que soy mucho más, que estoy al mando de él, ordeno a mi cuerpo regenerarse todas las noches, siempre, y él obedece, tal como debe de ser. Tardé mucho en aprender, por años me identifique con mi cuerpo, creí que eso era yo, como muchos aún lo creen. Pero tú, me mostraste tantas cosas, hasta que comprendí que no hay nada que no pueda cambiarse, que no hay nada que no pueda obedecer a una hija de dios.

Comprendí que no es una blasfemia considerarme tu hija, tu hija amada, y recién ahora estoy descubriendo el poder que me diste, el poder de crear como tú, el poder de ordenar a mi cuerpo, a las cosas.

Es solo el principio, a veces la mente condicionada por las creencias religiosas, los miedos, se atraviesa y dice que esto no es posible, pero yo qué sé cuan tramposa es la mente, esa mente educada, domesticada, manipulada, estoy aprendiendo a cambiarla, a cambiar esos pensamientos limitantes. Entonces pongo especial atención en cómo quiere entramparme, ya no es tan fácil, pero reconozco que hay que estar siempre muy atenta a esos pensamientos y saber contrarrestarlos. En fin, es mucho el trabajo que aún tengo que hacer, para desaprender todo lo que no me sirve a mi evolución.

Pero necesito mucho de tu ayuda, demasiado, en verdad ahora creo que esta vida me ha mostrado que sin ti  no soy nada, y contigo todo es posible. Ahora mismo las cosas económicas no van nada bien. El cambio de gobierno que se esperaba sería benéfico para las mayorías más necesitadas en muchos aspectos no lo es. Hay demasiados cambios que tienen que hacerse, muchos ajustes y en el inter me he quedado sin algunas de mis fuentes de ingresos, por causas totalmente ajenas a mí. No es fácil, pero he sobrevivido. No sé cuánto tiempo dure esto, y para mí  ya es demasiado, no puedo evitar sentir la presión de todos los asuntos que se tienen que resolver, pero pongo mi situación en tus manos, porque de verdad desde donde yo estoy, no veo para donde. Aunque dentro de mí, sé que no me abandonas y que de alguna forma esto pasará y voy a estar bien, porque estoy tomada de tu mano.

En fin, esto no es una queja, ya sabes que entre otras cosas, la escritura es para aclararme  y ordenar mis propias ideas. Ayer tuve un sueño, creo que es algo que va a ocurrir, no tengo idea del cómo, pues siempre me sorprendes. A veces creo que te diviertes conmigo poniendo en mi vida las cosas que me son más inesperadas e imposibles. Pero todo ha sido, desde hace algunos años, para bien. Años de aprendizaje intenso y cuando creía que nada más podía sorprenderme, ¡guau!, otra vez tú. sí, otra vez, demostrándome la posibilidad de lo imposible. Sí, tal como lo dice Alicia, la del país de las maravillas.


Llenaste mi vida de milagros, de magia, de tantas sorpresas que nunca creí que existieran, que fueran posibles, y que yo, sí, ¡yo!, llegaría a tener. Espero que sigas dándome esa clase de sorpresas. No es fácil una vida con limitaciones, pero me has mostrado algunas vidas donde he tenido todo, incluso en el aspecto económico, así que esta vez, me tocaba algo diferente, al menos por un tiempo, espero.

En fin, dejare mi escritura aquí, el deber me llama, tu sabes todo lo que necesito, y sé que encuentras la manera de hacérmelo llegar, aún con cosas que sin ser imprescindibles, son valiosas para mí. Sí, como ese disco, edición especial, autografiado y dedicado para mí, por mi cantante favorita. Ahí lo tengo, como un gran tesoro, manifestación de que los deseos del corazón siempre se cumplen, aún, cuando parezcan imposibles. Gracias. Gracias. Gracias. Por todo lo que continuamente me haces llegar.

Atte. Atenea