miércoles, 31 de enero de 2018

VICKY



VICKY


Es una mujer muy trabajadora, tiene muchos años dedicándose a la terapia múltiple en rehabilitación física, proviene de una familia numerosa, nueve hermanos. Su madre siempre fue una mujer sumisa, sometida, dedicada exclusivamente al cuidado del esposo y los hijos. Desde que era muy joven, Vicky soñaba con ser médico, pero sus padres no podían costearle la carrera, así que cuando llegó terminó la preparatoria, tuvo que elegir algo al alcance de la economía de la familia.  Cuando fue a la universidad del estado a pedir informes, le  hablaron sobre una carrera que iba a iniciarse ese año, aunque nadie supo explicarle con exactitud de qué se trataba, le dijeron que era algo intermedio entre enfermería y medicina, eso fue suficiente para llamar su atención y elegir esa opción.



Ella es una mujer fuerte, de constitución robusta, alegre, disciplinada y muy paciente. Desde que comenzó a realizar sus prácticas profesionales y su servicio social en el ISSTE (instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado), se sintió muy feliz de haber elegido esa carrera, tenía un gran deseo de ayudar a sus pacientes y empatizaba fácilmente con ellos,  por lo que se esmeraba en su trabajo.

A los 23 años terminó su carrera y consiguió empleo en el mismo lugar que hizo sus prácticas. También, realizaba trabajos a domicilio con algunos pacientes, entre ellos, atendía a un niño de 10 años que por un accidente sufrió un traumatismo craneoencefálico y perdió movilidad en sus extremidades. El padre del niño era político e instaló en su casa una clínica para que su hijo fuera atendido por todos los profesionales que fueran necesarios. Así que un día del mes de agosto, en que trabajaba con el niño, un médico la observaba, al finalizar la terapia se acercó y le dijo que tenían que hablar sobre el paciente, a lo cual ella accedió sin ningún problema

El médico que venía de otro estado y se hospedaba en un hotel se llamaba Ernesto, el padre del paciente puso a su disposición un coche y un chofer. Ernesto le dijo a Vicky que pasaría a las ocho de la noche a su casa, para platicar en un restaurante, ella estuvo de acuerdo. Desde el primer instante Vicky se sintió  muy extraña con el doctor, al llegar al restaurante, él ordenó varios platillos y comenzó a hablar de lo que él hacía, pero en ningún momento comentó nada sobre el niño. Ernesto, también ordenó dos tequilas, lo cual sorprendió sorprendio a Vicky, pues en ese tiempo, esa bebida no era popular en esa ciudad. Después de más de una hora de charla y de ver que no hablaba del paciente, se sintió preocupada porque él había bebido alcohol, entonces le dijo que la llevara a su casa. El aceptó, pero al despedirse le dijo: “Ya no te voy a dejar ir porque te he estado buscando por todo el mundo y ya te encontré”. Al escuchar esto, pensó: “Este viejo está loco y borracho”. Él le dijo: “Se ve tu luz impresionante, paso mañana por ti para ir a comer”

Al día siguiente, un viernes, Vicky se fue a la casa de una señora mayor a la que cuidaba desde que ella tenía 10 años, dijo a su familia que si alguien la buscaba no dijeran a dónde fue ni cuándo regresaba. Cuando volvió, le dijeron que todo el fin de semana el doctor estuvo llamando por teléfono para preguntar por ella. Después de eso, Vicky no volvió a ver a Ernesto y continúo trabajando olvidándose del asunto.

El primero de diciembre de ese año, Vicky fue voceada en su trabajo para que atendiera una llamada telefónica, era Ernesto, quien la saludó y le dijo que en su ciudad se iba a dar un curso de terapia. Le preguntó: “¿no quieres venir?” Ella respondió  que salía de vacaciones justo al día siguiente, entonces él se ofreció: “Si quieres te inscribo”. Vicky aceptó, y al otro día consiguió su boleto de avión para ir al curso. Viajó el domingo y el doctor la esperó en el aeropuerto, la llevó al hotel y le dijo que la mañana siguiente pasaría  por ella a las ocho de la mañana.

El lunes ella estuvo muy arreglada para ir al curso, Ernesto llegó por ella y la llevó al centro de rehabilitación de la ciudad, el cual se consideraba el mejor y más avanzado del país, la presentó con la directora quien era  una amiga suya, y le dijo que Vicky estaba interesada en conocer cómo se realizaban las terapias de rehabilitación, en ese lugar. En ese momento Vicky se dio cuenta que Ernesto le había mentido, pues no había ningún curso. La directora la recibió amablemente, le mostró las instalaciones y le ofreció que podía ir cada día y ver las terapias que ahí realizaban. Ernesto la dejó ahí, y le dijo que la recogería a las dos de la tarde. Ella se quedó y conoció la forma de trabajo, que no le impresionó, pues no era tan bueno como ella se había imaginado.

A las dos de la tarde el médico la recogió del centro de rehabilitación, ella le dijo que eso no era ningún curso. Ernesto le dijo que se quedara y aprendiera lo que pudiera de ahí, y la invitó a que por la tarde lo acompañara a su consultorio y le ayudara a atender a sus pacientes. Vicky fue con él, les dio a los pacientes un pequeño masaje y platicó con ellos, al otro día, pidieron que estuviera ella cuando entraran a la consulta. Vicky se quedó una semana en la ciudad, cuando se iba a regresar a su ciudad, ya en el aeropuerto, Ernesto le dijo que se quería casar con ella.

En el mes de febrero volvieron a verse en un congreso y volvió a reiterarle su deseo de casarse con ella, aunque Vicky no tenía ningún interés ni sentía atracción por un hombre al que sólo había visto unas cuantas veces y que además era doce años mayor que ella. Pronto se vio involucrada, para sorpresa de todos sus amigos y familiares, en una relación que ni ella misma tenía prevista, con este hombre al que nunca fue capaz de oponerse, pues ella misma reconoce que en su familia todas las mujeres son sumisas,  miedosas y les es muy difícil tomar decisiones. Tuvo un padre muy autoritario, dominante y controlador, por lo que le era imposible defender su postura ante cualquier hombre.

Su familia alarmada ante la posibilidad de que estuviera tomando una decisión precipitada sobre un asunto tan importante, trató de hacerla reflexionar, sin que consiguieran hacerla cambiar de opinión. Ella misma no sabía por qué se dejaba llevar, pues dentro de sí, una parte estaba inconforme y quería decir su desacuerdo, pero parece que algo muy poderoso le impedía hacerlo. El mismo día de su boda, vestida con su traje de novia se miraba al espejo y se decía  así misma, que no quería casarse con un hombre a que no conocía, pero fue incapaz de decírselo  a él.   

Poco después Vicky se daría cuenta de que se había casado con una persona un tanto singular, su esposo estaba muy relacionado con personas que hablaban sobre temas esotéricos, hacían sanaciones energéticas, incluso, él mismo veía el aura de las personas y sanaba con reiki. Convivían con personas de diferentes países, que decían reconocer lugares sagrados donde se encontraban puertas a otras dimensiones, que se dedicaban de lleno a ese tipo de investigaciones y que incluso escribían libros sobre el tema.

Vicky no tenía queja de su esposo, pues él siempre fue un hombre, trabajador y cuidadoso que la apoyaba para que estuviera siempre actualizada en relación a la carrera que había escogido y parecía que realmente estaba enamorado de ella. Formaron una familia con dos hijos y la vida siguió su curso normal por 16  años. Una vida tranquila, sin sobresaltos, se habían adaptado muy bien.  Alguna vez, Ernesto le dijo que, desde que la vio supo que ella era la mujer con la que quería pasar el resto de su vida y que lo que le había atraído era el modo tan cuidadoso y paciente con que la miró atender al niño.

Un día sin embargo, él comenzó a estar enfermo, al realizarle estudios descubrieron que tenía cáncer, comenzaron con el tratamiento, pero la enfermedad estaba muy avanzada, así que en muy poco tiempo, él murió y ella quedó sola a cargo de sus dos hijos. En la misma semana en que murió su esposo Vicky volvió a su trabajo. Durante los años anteriores había trabajado sólo en las horas que sus hijos iban a la escuela, pues su esposo decidió que así fuera, por lo que en días festivos, cuando había junta en la escuela de sus hijos o alguno de ellos estaba enfermo, ella los atendía.

Desde que Ernesto murió Vicky se dedicó por completo al trabajo y a sus hijos. Siempre una mujer muy disciplinada y con dedicación y esfuerzo, fue sacando adelante a sus hijos. Establecida en un consultorio propio, trabaja todos los días e incluso, a veces, los domingos. Su trato profesional, amable, alegre, discreto y muy humano, pronto le ganó bastantes pacientes, de tal modo, que siempre tiene ocupada la agenda. Sus hijos crecieron y empezaron su educación profesional. Los dos son hijos muy disciplinados, ordenados y aplicados a su estudio. Ambos son conscientes del esfuerzo con el que su madre les proporciona cuanto requieren y sienten un gran respeto y admiración por ella.

Desde que se quedó sola, Vicky nunca pensó en la posibilidad de volver a casarse. En su familia todos han tenido sólo una pareja, misma con la que se han casado. Incluso, cuando ella era joven y asistía a las bodas de sus amigas, estaba segura que no se casaría nunca y probablemente, así hubiera sido, si no se cruza en su vida Ernesto.

A sus cincuenta años, sin embargo, era consciente de una cosa: no tenía seguridad social, ni tendría pensión a la edad de jubilarse. Su esposo siempre trabajó por su propia cuenta y tampoco le dejó ninguna pensión.  Y si bien aún era una mujer muy fuerte y saludable, era un asunto que le preocupaba. La reciente y súbita enfermedad de una amiga, le había hecho notar que si a ella le pasara  lo mismo, no tendría atención médica asegurada, ni tampoco el dinero propio para pagar los gastos de ningún tratamiento.

El hecho de que en su familia de origen, todos hubieran tenido únicamente una pareja con la que habían contraído matrimonio, tal como ella lo hizo, quizás era la razón de que no hiciera ningún intento de encontrar una nueva pareja, a pesar de que era joven. Vicky decidió trabajar sobre ese aspecto de su vida en terapia  y ser capaz de superar ese patrón que se había repetido de generación en generación. Quería librarse de él por ella misma y porque sus hijos estaban ya en edad de tener también una pareja y no deseaba que ellos inconscientemente estuvieran presos del mismo patrón familiar. Después de abordar el tema en una constelación familiar en noviembre de 2016, decretó para misma, que encontraría un esposo que pudiera compartirle su pensión. Y ahí empezó la magia.

Dentro su trabajo, Vicky conversaba con todos su pacientes, algunos de ellos los atendía de varios años, y algunos también eran familiares entre sí. Un día, el señor Mauricio, al que conocía desde hace ocho años, le platicó que buscaba a una persona para casarse y heredarle su pensión, pues él estaba ya jubilado y consideraba que su pensión era muy buena, por lo que le parecía que sería un desperdicio que nadie pudiera beneficiarse de ella, cuando él ya no estuviera. Mauricio había estado casado,  su exesposa tenía la pensión de su actual marido. Además su actual pareja, con la que ya tenía algunos años de convivencia, no quería casarse con él debido a que ella disfrutaba de su pensión de viuda que era el doble de la pensión de Mauricio, por lo que vivían en una relación libre muy discreta.  Al escuchar esto, Diana,  la asistente de Vicky le dijo al señor Mauricio, en forma de broma, que se casara con Vicky para que le dejara la pensión. 

La familia del señor Mauricio estaba al tanto de la intención de heredar su pensión a alguien, y todos, le habían sugerido algunas personas para que contrajera matrimonio, pero, por distintas circunstancias  a él no le habían parecido adecuadas ninguna de las personas. El señor Mauricio tuvo una cirugía y un por unos meses no visitó el consultorio de Vicky, cuando volvió, Diana le dijo: “¡qué sorpresa señor Mauricio, creímos que ya se había muerto y que Vicky se había quedado sin la pensión!”.

A partir de entonces, siempre que el señor Mauricio iba a su terapia, bromeaban sobre el tema. Pronto, sus familiares también consideraban que Vicky era la persona ideal para casarse con él y  beneficiarse de la pensión. Una hija del señor Mauricio también era paciente de Vicky, así que en broma, comenzó a llamarla mamá, ella, desde luego continúo con el juego. Cada vez que la hija del señor Mauricio requería de alguna terapia al llamaba por teléfono decía: “Hola mamita, fíjate que tengo tal dolor en tal parte”. A lo que Vicky contestaba: “Pues no está bien que teniendo una mamá terapista, tengas ese dolor, vente acá para que te atienda”. El saludo y la conversación en la terapia eran en el mismo tono, aludiendo siempre al matrimonio entre Vicky y el señor Mauricio.

Así se siguieron los meses, en los que Vicky había decretado y visualizado cada día: “Va a llegar un señor mayor que se va a casar conmigo para dejarme su pensión”. Fue un día de enero de 2017  que el señor Mauricio le dijo: “¿Cuándo nos casamos? Ella respondió: “Cuando usted quiera”. Entonces él dijo que se casarían el mismo fin de semana. Así que al día siguiente acudió a la oficina de registro civil para averiguar los requisitos para su nuevo matrimonio. Entre los documentos requeridos se encontraba el acta de divorcio, lo cual era un problema, pues cuando el señor Mauricio se divorció, estaba tan enojado, que nunca se presentó a recoger su acta. Ahora tendría que hacer los trámites correspondientes para obtener ese documento.

Mientras tanto, en el consultorio Vicky, recibió la llamada de su nueva hija, pidiéndole una cita para su madre, quien había estado casada con el señor Mauricio. El día de la cita, la exesposa del señor Mauricio  se presentó a la consulta, y de la manera más cordial saludó a Vicky, agradeciendo el excelente trato que había dado a su hija y  dijo, que  le parecía la mujer perfecta para casarse con el señor Mauricio y heredar su pensión. Ya su hija, le había platicado un poco sobre la situación de Vicky, que era viuda y había trabajado mucho para sacar adelante a sus hijos.

Vicky no sabía cómo darles la noticia a sus hijos, pues no sabía cómo habrían de tomarlo. Su hija se sorprendió, pero estuvo de acuerdo en que era  algo bueno para su madre. Un día, Vicky se sentó con su hijo y le habló: ”Hay una persona que quiere hacerme un regalo, pero para poder recibir ese regalo, tengo que casarme”. Su hijo muy sorprendido le dijo: ”¿Te va a regalar un carro?” Ella le respondió, “no es algo mucho mejor”,  y le explicó, que su matrimonio era sólo para recibir la pensión cuando el señor Mauricio ya no estuviera, pero que en realidad su vida sería la misma, ella seguiría en su trabajo y en la casa con ellos, y el señor Mauricio con su pareja, con quien tenía una relación firme y estable. El hijo entendió que su madre tenía razón, pues en realidad le estaban haciendo un regalo, ella tendría una pensión y seguridad médica ante cualquier emergencia.
    
Un día, la exesposa del señor Mauricio llevó a consulta a su hija y  le preguntó a Vicky cómo iban los preparativos, ella le dijo que tenía que arreglar primero lo del acta de divorcio, pues el señor Mauricio no la había recogido cuando era el momento. Entonces la ex esposa, dijo que no había problema porque ella tenía su acta y se la haría llegar lo más pronto posible al señor Mauricio, para que pudiera casarse.

Cuando el señor Mauricio se volvió a presentar, Vicky le dijo que ya sus amigas le habían hecho la despedida de soltera, pero que él ya la había dejado como novia de rancho; vestida y alborotada. Por su parte el señor Mauricio, ya con el acta de divorcio en sus manos, continúo con los trámites para la boda, dejando en claro que el matrimonio era por bienes separados

Esa misma semana el señor Mauricio y Vicky se estaban casando. Ella por su parte, llevaba puestos unos aretes que la exesposa del señor Mauricio le había regalado para la ocasión. Diana y la hija de Vicky fueron los testigos de ella en la boda y al señor Mauricio, lo acompañaron dos de sus amigos.  

Así de una manera tan rápida y para júbilo de todos, el señor Mauricio y Vicky se casarón. Ninguna amiga de ella fue invitada, pues todo ocurrió tan rápido, que nadie se enteró sino hasta varios días después.  Después de la boda todo siguió como antes, con excepción de que el señor Mauricio, comenzó el proceso de registro de Vicky como su esposa, para asegurarle el derecho a atención médica y la pensión. Actualmente Vicky tiene su carnet en orden, para cualquier emergencia, aunque por fortuna, no lo ha necesitado.


Esta es una historia real, una historia de magia, en donde un hombre tuvo el deseo de compartir con una persona trabajadora y honesta, una pensión  que es el fruto de su trabajo. Un hombre que pensó en beneficiar a una mujer que mereciera ese regalo. La historia de una mujer que tuvo la confianza y la fe suficiente para crear y manifestar en la realidad lo que otros podrían considerar sólo un sueño o una ilusión. Quizás todos los seres humanos podemos crear una realidad mejor la que tenemos, realizando acciones, para ayudarnos los unos a los otros.