miércoles, 28 de febrero de 2018

EN EL MISMO PLANETA





EN EL MISMO PLANETA


El silencio se hizo grande, profundo.
Después del gran terremoto, un gran silencio.
La vulnerabilidad latía en el corazón asustado.
El miedo a quedar sepultado bajo toneladas de escombros.
La desesperación de perder un patrimonio, un techo.
Volver a empezar de cero, ¿cómo?
El trabajo de tantos años, reducido a escombros.
El dolor de los seres amados perdidos,
arrebatados de la vida en segundos.

La impotencia, la frustración, el enojo,
ante el robo descarado del gobierno.
Promesas de ayuda que no cumple,
Tarjetas bancarias clonadas o sin fondos

El despilfarro de dinero en spots publicitarios
Que simulan una reconstrucción que no ocurre
Grandes iglesias a punto de derrumbarse,
sostenidas con puntales para mantenerlas en pie
¿para qué?
Como un monumento al desinterés del gobierno,
en su pueblo, en su nación.



Hay un aliciente.
La ayuda del mismo pueblo para los damnificados
El apoyo de particulares y países
Que con sus propios recursos llegan a los afectados
Ofreciendo dinero para materiales de construcción.
Pero el dinero donado por países y particulares al gobierno,
para el pueblo, ¿dónde está?, ¿quién se lo ha quedado?

Y las escuelas que han sufrido severos daños,
Las que aún están en pie, con riesgo de derrumbarse,
De las que las instituciones de gobierno, quiere deslindarse,
Poniendo en las manos de los padres de familia
La responsabilidad de demolerlas o repararlas
O pretendiendo, a pesar de daños estructurales visibles
Que no pasa nada, que no hay ningún riesgo,
Que pueden ser utilizables.



Mientras el pueblo trabaja solidariamente
Mientras gente de lejanos países,
vienen y reconstruyen en los lugares de desastre.
El gobierno y sus instituciones,
subcontratan a empresas, y éstas a particulares,
sólo para justificar con tendenciosos dictámenes,
que los inmuebles escolares dañados
siguen siendo habitables.



Maestros de la colusión, del engaño y la mentira
A quienes no les importa la seguridad de los estudiantes
Poderosos funcionarios, directores y “profesionales”,
Sin valores, sin conciencia, sin civismo
Quienes participan y se benefician del juego de la corrupción
Mientras mantienen a salvo a sus propios hijos
En costosos y elitistas colegios particulares.
Después de todo, para ellos no es necesario
Invertir ni un centavo, en la seguridad de la prole.

La madre tierra se sacude
La madre tierra hace un llamado
A la conciencia de hombres y mujeres
Pero muchos no sienten, ni oyen
No comprenden que todos somos uno
Se empeñan en mantenerse separados
Creando un caos y un daño mayor que la naturaleza
Pero no hay lugar suficientemente lejano
Para huir, no iremos a ningún otro planeta.

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