EN EL MISMO PLANETA
El silencio se hizo grande,
profundo.
Después del gran terremoto,
un gran silencio.
La vulnerabilidad latía en el
corazón asustado.
El miedo a quedar sepultado
bajo toneladas de escombros.
La desesperación de perder un
patrimonio, un techo.
Volver a empezar de cero,
¿cómo?
El trabajo de tantos años,
reducido a escombros.
El dolor de los seres amados
perdidos,
arrebatados de la vida en
segundos.
La impotencia, la
frustración, el enojo,
ante el robo descarado del
gobierno.
Promesas de ayuda que no
cumple,
Tarjetas bancarias clonadas o
sin fondos
El despilfarro de dinero en
spots publicitarios
Que simulan una
reconstrucción que no ocurre
Grandes iglesias a punto de
derrumbarse,
sostenidas con puntales para mantenerlas
en pie
¿para qué?
Como un monumento al
desinterés del gobierno,
en su pueblo, en su nación.
Hay un aliciente.
La ayuda del mismo pueblo
para los damnificados
El apoyo de particulares y
países
Que con sus propios recursos
llegan a los afectados
Ofreciendo dinero para materiales
de construcción.
Pero el dinero donado por
países y particulares al gobierno,
para el pueblo, ¿dónde está?,
¿quién se lo ha quedado?
Y las escuelas que han
sufrido severos daños,
Las que aún están en pie, con
riesgo de derrumbarse,
De las que las instituciones
de gobierno, quiere deslindarse,
Poniendo en las manos de los
padres de familia
La responsabilidad de
demolerlas o repararlas
O pretendiendo, a pesar de
daños estructurales visibles
Que no pasa nada, que no hay
ningún riesgo,
Que pueden ser utilizables.
Mientras el pueblo trabaja
solidariamente
Mientras gente de lejanos
países,
vienen y reconstruyen en los
lugares de desastre.
El gobierno y sus
instituciones,
subcontratan a empresas, y
éstas a particulares,
sólo para justificar con tendenciosos
dictámenes,
que los inmuebles escolares
dañados
siguen siendo habitables.
Maestros de la colusión, del
engaño y la mentira
A quienes no les importa la
seguridad de los estudiantes
Poderosos funcionarios,
directores y “profesionales”,
Sin valores, sin conciencia,
sin civismo
Quienes participan y se
benefician del juego de la corrupción
Mientras mantienen a salvo a
sus propios hijos
En costosos y elitistas
colegios particulares.
Después de todo, para ellos
no es necesario
Invertir ni un centavo, en la
seguridad de la prole.
La madre tierra se sacude
La madre tierra hace un
llamado
A la conciencia de hombres y
mujeres
Pero muchos no sienten, ni
oyen
No comprenden que todos somos
uno
Se empeñan en mantenerse
separados
Creando un caos y un daño
mayor que la naturaleza
Pero no hay lugar
suficientemente lejano
Para huir, no iremos a ningún
otro planeta.
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