UN OJO
DE VIDRIO
Es el título de la historia que
relata las memorias de un esqueleto. Los sucesos dentro del panteón en que fue
enterrado y de lo que ve a través de un ojo de cristal que en vida nunca le fue
útil para ver.
Este libro de Castelao, particularmente
me ha resultado no sólo muy divertido, sino muy inspirador. Es de los pocos que
leo continuamente, a veces, hasta dos veces en un mes. Es un libro del que he
aprendido tanto, que me es difícil comentarlo, porque un pequeño párrafo trae a
mi mente más ideas de las que puedo manejar. Lo que más me ha gustado es el
estilo en que fue escrito que para mí es desenfadado, a veces sutil y a veces
completamente irónico.
No pretendo analizar un libro
que ya ha sido perfectamente analizado y comentado por escritores de
renombre. Lo único que quiero es
compartir algunos fragmentos que en lo particular a mí me han servido para generar
ideas, moldear mi escritura, hacer transiciones, o a veces incluso poder
encontrar un final a mis historias.
Algunos de los fragmentos son:
“cierto día me miró una vaca. “¿Qué opinará de mí?”, pensé yo, y en
aquél momento la vaca bajó la cabeza y siguió comiendo hierba. Ahora ya sé que
la vaca solamente dijo: “Bueno, total un hombre con anteojos”. Y a lo mejor yo
no soy más que lo que opinó la vaca”. Pág. 35.
“para mí
todos los esqueletos son lo mismo. Me pasa en este mundo de huesos lo que me
pasaba en el otro con los negros, que todos me parecían iguales. En cambio
ellos, entre sí, se conocen muy bien. Debe ser porque ellos son ciegos y yo
veo”. Pág. 41.
El último párrafo:
“los vampiros existen; pues entonces, por si sí o por si no, se debía
quemar a todos los caciques. Los caciques son capaces de hacerse los muertos
para seguir viviendo a costa de los desgraciados”. Pág. 60.
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