CARTA
A MI CREADOR
Amado padre que estas en todos lados
siempre, me miras desde las estrellas, me abrazas con las ramas de los árboles,
me acaricias y consuelas con un tibio rayo de sol en la mañana, con la suave
caricia del viento, con el aroma de las flores y plantas.
Tú estás ahí, en cada cosa que
existe, a veces, tus ángeles me dan tus mensajes, hacen caer plumas blancas
desde el cielo para mí, me acompañan, me protegen y siento su amorosa energía,
su calor sanador. Tantas milagrosas manifestaciones he tenido de ti, que la
duda de tu existencia es absolutamente imposible.
Me acompañas yo lo sé con total
certeza, y sin embargo, hay momentos en que las cosas se ponen complicadas en
mi vida y si yo no hubiera tenido tantas
pruebas de tu existencia, pensaría que no existes o que me has abandonado, tal
como antes lo creí por mucho tiempo. Pero no es así, yo lo sé, aunque mi
naturaleza humana me hace desesperarme y quisiera que las cosas no fueran tan
complicadas, pero lo son.
Y ya me lo has dicho más de una vez
a través de diferentes mensajeros y de diferentes maneras: yo lo elegí. Sí, lo
creo, pero no lo comprendo y desde mi limitada visión humana yo muchas veces me
pregunto, ¿por qué elegí una vida tan dura? Me respondo, que seguramente estaba
borracha. Puedo decirlo así, desde que sé que tu amor es incondicional e
infinito.
Me pregunto si puedes reírte conmigo
de mis ocurrencias, en realidad, no puedo imaginar la respuesta, pues tu has
visto de todo, en todos los tiempos, en todos los mundos, en todas las
creaciones que hiciste, que no sé si todavía hay algo que puede sorprenderte.
No sé si eres un poco como yo, con un poco de falta de memoria. Que he escrito
varios textos y pasa mucho tiempo sin que los lea, pero ayer, entré a mi página
y estuve leyendo mucho de lo que he ido creando con tu ayuda, en verdad algunas
cosas las había olvidado, no del todo, pero pequeñas partes sí. Y entonces
entré a esa página como una espectadora más, no como la escritora, sino la
lectora, y es muy intenso, a veces demasiado.
Hay cosas que duelen mucho, muy
profundamente, aunque gracias a la escritura y su poder sanador y
reparador, duelen mucho menos tiempo,
puedo leerlas sin sufrir, sólo sintiendo la emoción intensa. Eso lo descubrí
hace mucho tiempo, escribir lo que duele, es una liberación en un nivel
profundo. Por eso escribir ha sido tan importante y valioso para mí, no sólo
por el impacto que tiene en las vidas de quienes leen mis textos, que eso es
tema aparte.
Releer mis propias historias,
refuerza en mi los aprendizajes que he tenido con ellas, me hace reconocer mi propia fortaleza, mi
valor, mi entereza, mi sensibilidad para construir esas historias. Llena mi
alma de gozo el poder compartir un aprendizaje muy personal a otras personas
desconocidas que requieren de él. Pues todos mis seguidores son personas
altamente sensibles y con conciencia. Ellos son verdaderamente seres
especiales, y muchos de ellos aún no lo saben, recién empiezan a descubrirse,
de la misma forma en que yo me he ido descubriendo y reconstruyendo a través de
la escritura.
Es casi el día de mi cumpleaños, me
hace bien reconocer estos logros personales. Saber que en medio del dolor que
he vivido, este ya no es el eje de mi vida, saber que puedo sobrepasarlo,
dejarlo en segundo o en último plano cuando es
necesario. Saber que entrar a esa parte dolorosa de mi vida es como
echarme un clavado en un pantano, entrar en una ciénega oscura, tocar fondo de
inmediato, y salir, salir muy rápido, salir limpia, sabiendo que esa no es mi
vida, que no tiene por qué serlo, que el dolor puede ser una elección, una
elección que no necesito, que no me frena, que no me atrapa, que puedo darle un
cuerpo, una forma, ponerlo al frente y decirle que él no está al mando, que soy
yo quien elige. Y elijo las enseñanzas, los aprendizajes que el dolor me dio,
no lo elijo a él, nunca más.
A veces, el dolor se intensifica,
pero no, ya no puede doblegarme, sé que es una sensación pasajera, una
sensación de mi cuerpo, este cuerpo que es mío, pero que no soy yo. Yo que soy
mucho más, que estoy al mando de él, ordeno a mi cuerpo regenerarse todas las
noches, siempre, y él obedece, tal como debe de ser. Tardé mucho en aprender,
por años me identifique con mi cuerpo, creí que eso era yo, como muchos aún lo
creen. Pero tú, me mostraste tantas cosas, hasta que comprendí que no hay nada
que no pueda cambiarse, que no hay nada que no pueda obedecer a una hija de
dios.
Comprendí que no es una blasfemia
considerarme tu hija, tu hija amada, y recién ahora estoy descubriendo el poder
que me diste, el poder de crear como tú, el poder de ordenar a mi cuerpo, a las
cosas.
Es solo el principio, a veces la
mente condicionada por las creencias religiosas, los miedos, se atraviesa y
dice que esto no es posible, pero yo qué sé cuan tramposa es la mente, esa
mente educada, domesticada, manipulada, estoy aprendiendo a cambiarla, a
cambiar esos pensamientos limitantes. Entonces pongo especial atención en cómo
quiere entramparme, ya no es tan fácil, pero reconozco que hay que estar
siempre muy atenta a esos pensamientos y saber contrarrestarlos. En fin, es
mucho el trabajo que aún tengo que hacer, para desaprender todo lo que no me
sirve a mi evolución.
Pero necesito mucho de tu ayuda,
demasiado, en verdad ahora creo que esta vida me ha mostrado que sin ti no soy nada, y contigo todo es posible. Ahora
mismo las cosas económicas no van nada bien. El cambio de gobierno que se
esperaba sería benéfico para las mayorías más necesitadas en muchos aspectos no
lo es. Hay demasiados cambios que tienen que hacerse, muchos ajustes y en el
inter me he quedado sin algunas de mis fuentes de ingresos, por causas
totalmente ajenas a mí. No es fácil, pero he sobrevivido. No sé cuánto tiempo
dure esto, y para mí ya es demasiado, no
puedo evitar sentir la presión de todos los asuntos que se tienen que resolver,
pero pongo mi situación en tus manos, porque de verdad desde donde yo estoy, no
veo para donde. Aunque dentro de mí, sé que no me abandonas y que de alguna
forma esto pasará y voy a estar bien, porque estoy tomada de tu mano.
En fin, esto no es una queja, ya
sabes que entre otras cosas, la escritura es para aclararme y ordenar mis propias ideas. Ayer tuve un
sueño, creo que es algo que va a ocurrir, no tengo idea del cómo, pues siempre
me sorprendes. A veces creo que te diviertes conmigo poniendo en mi vida las
cosas que me son más inesperadas e imposibles. Pero todo ha sido, desde hace
algunos años, para bien. Años de aprendizaje intenso y cuando creía que nada
más podía sorprenderme, ¡guau!, otra vez tú. sí, otra vez, demostrándome la
posibilidad de lo imposible. Sí, tal como lo dice Alicia, la del país de las
maravillas.
Llenaste mi vida de milagros, de
magia, de tantas sorpresas que nunca creí que existieran, que fueran posibles,
y que yo, sí, ¡yo!, llegaría a tener. Espero que sigas dándome esa clase de
sorpresas. No es fácil una vida con limitaciones, pero me has mostrado algunas
vidas donde he tenido todo, incluso en el aspecto económico, así que esta vez,
me tocaba algo diferente, al menos por un tiempo, espero.
En fin, dejare mi escritura aquí, el
deber me llama, tu sabes todo lo que necesito, y sé que encuentras la manera de
hacérmelo llegar, aún con cosas que sin ser imprescindibles, son valiosas para
mí. Sí, como ese disco, edición especial, autografiado y dedicado para mí, por
mi cantante favorita. Ahí lo tengo, como un gran tesoro, manifestación de que
los deseos del corazón siempre se cumplen, aún, cuando parezcan imposibles.
Gracias. Gracias. Gracias. Por todo lo que continuamente me haces llegar.
Atte. Atenea
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