domingo, 1 de septiembre de 2019

CARTA A MI CREADOR




CARTA A MI CREADOR

Amado padre que estas en todos lados siempre, me miras desde las estrellas, me abrazas con las ramas de los árboles, me acaricias y consuelas con un tibio rayo de sol en la mañana, con la suave caricia del viento, con el aroma de las flores y plantas.

Tú estás ahí, en cada cosa que existe, a veces, tus ángeles me dan tus mensajes, hacen caer plumas blancas desde el cielo para mí, me acompañan, me protegen y siento su amorosa energía, su calor sanador. Tantas milagrosas manifestaciones he tenido de ti, que la duda de tu existencia es absolutamente imposible.

Me acompañas yo lo sé con total certeza, y sin embargo, hay momentos en que las cosas se ponen complicadas en mi vida y  si yo no hubiera tenido tantas pruebas de tu existencia, pensaría que no existes o que me has abandonado, tal como antes lo creí por mucho tiempo. Pero no es así, yo lo sé, aunque mi naturaleza humana me hace desesperarme y quisiera que las cosas no fueran tan complicadas, pero lo son.

Y ya me lo has dicho más de una vez a través de diferentes mensajeros y de diferentes maneras: yo lo elegí. Sí, lo creo, pero no lo comprendo y desde mi limitada visión humana yo muchas veces me pregunto, ¿por qué elegí una vida tan dura? Me respondo, que seguramente estaba borracha. Puedo decirlo así, desde que sé que tu amor es incondicional e infinito.

Me pregunto si puedes reírte conmigo de mis ocurrencias, en realidad, no puedo imaginar la respuesta, pues tu has visto de todo, en todos los tiempos, en todos los mundos, en todas las creaciones que hiciste, que no sé si todavía hay algo que puede sorprenderte. No sé si eres un poco como yo, con un poco de falta de memoria. Que he escrito varios textos y pasa mucho tiempo sin que los lea, pero ayer, entré a mi página y estuve leyendo mucho de lo que he ido creando con tu ayuda, en verdad algunas cosas las había olvidado, no del todo, pero pequeñas partes sí. Y entonces entré a esa página como una espectadora más, no como la escritora, sino la lectora, y es muy intenso, a veces demasiado.

Hay cosas que duelen mucho, muy profundamente, aunque gracias a la escritura y su poder sanador y reparador,  duelen mucho menos tiempo, puedo leerlas sin sufrir, sólo sintiendo la emoción intensa. Eso lo descubrí hace mucho tiempo, escribir lo que duele, es una liberación en un nivel profundo. Por eso escribir ha sido tan importante y valioso para mí, no sólo por el impacto que tiene en las vidas de quienes leen mis textos, que eso es tema aparte.

Releer mis propias historias, refuerza en mi los aprendizajes que he tenido con ellas,  me hace reconocer mi propia fortaleza, mi valor, mi entereza, mi sensibilidad para construir esas historias. Llena mi alma de gozo el poder compartir un aprendizaje muy personal a otras personas desconocidas que requieren de él. Pues todos mis seguidores son personas altamente sensibles y con conciencia. Ellos son verdaderamente seres especiales, y muchos de ellos aún no lo saben, recién empiezan a descubrirse, de la misma forma en que yo me he ido descubriendo y reconstruyendo a través de la escritura.

Es casi el día de mi cumpleaños, me hace bien reconocer estos logros personales. Saber que en medio del dolor que he vivido, este ya no es el eje de mi vida, saber que puedo sobrepasarlo, dejarlo en segundo o en último plano cuando es  necesario. Saber que entrar a esa parte dolorosa de mi vida es como echarme un clavado en un pantano, entrar en una ciénega oscura, tocar fondo de inmediato, y salir, salir muy rápido, salir limpia, sabiendo que esa no es mi vida, que no tiene por qué serlo, que el dolor puede ser una elección, una elección que no necesito, que no me frena, que no me atrapa, que puedo darle un cuerpo, una forma, ponerlo al frente y decirle que él no está al mando, que soy yo quien elige. Y elijo las enseñanzas, los aprendizajes que el dolor me dio, no lo elijo a él, nunca más.

A veces, el dolor se intensifica, pero no, ya no puede doblegarme, sé que es una sensación pasajera, una sensación de mi cuerpo, este cuerpo que es mío, pero que no soy yo. Yo que soy mucho más, que estoy al mando de él, ordeno a mi cuerpo regenerarse todas las noches, siempre, y él obedece, tal como debe de ser. Tardé mucho en aprender, por años me identifique con mi cuerpo, creí que eso era yo, como muchos aún lo creen. Pero tú, me mostraste tantas cosas, hasta que comprendí que no hay nada que no pueda cambiarse, que no hay nada que no pueda obedecer a una hija de dios.

Comprendí que no es una blasfemia considerarme tu hija, tu hija amada, y recién ahora estoy descubriendo el poder que me diste, el poder de crear como tú, el poder de ordenar a mi cuerpo, a las cosas.

Es solo el principio, a veces la mente condicionada por las creencias religiosas, los miedos, se atraviesa y dice que esto no es posible, pero yo qué sé cuan tramposa es la mente, esa mente educada, domesticada, manipulada, estoy aprendiendo a cambiarla, a cambiar esos pensamientos limitantes. Entonces pongo especial atención en cómo quiere entramparme, ya no es tan fácil, pero reconozco que hay que estar siempre muy atenta a esos pensamientos y saber contrarrestarlos. En fin, es mucho el trabajo que aún tengo que hacer, para desaprender todo lo que no me sirve a mi evolución.

Pero necesito mucho de tu ayuda, demasiado, en verdad ahora creo que esta vida me ha mostrado que sin ti  no soy nada, y contigo todo es posible. Ahora mismo las cosas económicas no van nada bien. El cambio de gobierno que se esperaba sería benéfico para las mayorías más necesitadas en muchos aspectos no lo es. Hay demasiados cambios que tienen que hacerse, muchos ajustes y en el inter me he quedado sin algunas de mis fuentes de ingresos, por causas totalmente ajenas a mí. No es fácil, pero he sobrevivido. No sé cuánto tiempo dure esto, y para mí  ya es demasiado, no puedo evitar sentir la presión de todos los asuntos que se tienen que resolver, pero pongo mi situación en tus manos, porque de verdad desde donde yo estoy, no veo para donde. Aunque dentro de mí, sé que no me abandonas y que de alguna forma esto pasará y voy a estar bien, porque estoy tomada de tu mano.

En fin, esto no es una queja, ya sabes que entre otras cosas, la escritura es para aclararme  y ordenar mis propias ideas. Ayer tuve un sueño, creo que es algo que va a ocurrir, no tengo idea del cómo, pues siempre me sorprendes. A veces creo que te diviertes conmigo poniendo en mi vida las cosas que me son más inesperadas e imposibles. Pero todo ha sido, desde hace algunos años, para bien. Años de aprendizaje intenso y cuando creía que nada más podía sorprenderme, ¡guau!, otra vez tú. sí, otra vez, demostrándome la posibilidad de lo imposible. Sí, tal como lo dice Alicia, la del país de las maravillas.


Llenaste mi vida de milagros, de magia, de tantas sorpresas que nunca creí que existieran, que fueran posibles, y que yo, sí, ¡yo!, llegaría a tener. Espero que sigas dándome esa clase de sorpresas. No es fácil una vida con limitaciones, pero me has mostrado algunas vidas donde he tenido todo, incluso en el aspecto económico, así que esta vez, me tocaba algo diferente, al menos por un tiempo, espero.

En fin, dejare mi escritura aquí, el deber me llama, tu sabes todo lo que necesito, y sé que encuentras la manera de hacérmelo llegar, aún con cosas que sin ser imprescindibles, son valiosas para mí. Sí, como ese disco, edición especial, autografiado y dedicado para mí, por mi cantante favorita. Ahí lo tengo, como un gran tesoro, manifestación de que los deseos del corazón siempre se cumplen, aún, cuando parezcan imposibles. Gracias. Gracias. Gracias. Por todo lo que continuamente me haces llegar.

Atte. Atenea



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