ELEUTERIO
Eleuterio es un hombre mayor, su
vida no ha sido nada fácil, de niño tuvo poliomielitis, sus piernas resultaron
afectadas, debido a ello camina usando dos bastones, una de sus piernas es más
corta que la otra y usa un aparato ortopédico en ellas para poder movilizarse. No es fácil desplazarse de un lugar a otro en
estas condiciones, pero él lo hace siempre con determinación. Va de su casa a
su trabajo y en general a todos lados, pues esto no ha sido un limitante en su
vida. Desde pequeño tuvo una gran fortaleza para sobreponerse a las
adversidades que la vida le iba presentando.
No tiene lástima de sí mismo y toma
su dificultad de locomoción como lo que es, una dificultad de locomoción. Y se
sobrepone a ella de la misma forma que se sobrepuso a las burlas de algunos
compañeros cuando fue niño y estuvo en la escuela, con coraje, un coraje que le
da fuerza, que lo sostiene y que en toda su vida le ha servido para salir
adelante. Su vida ha sido una batalla constante para ganar un lugar que en esta
sociedad no es fácil tener para personas con determinadas dificultades.
Su condición no le impidió tener una
pareja, contraer matrimonio y tener hijos. Hijos a los que ama y a los que
desea hacer fuertes, por lo que constantemente les dice lo que él considera es
su filosofía de vida, de manera dura y a veces despiadada. Que la vida no es
fácil para los débiles, que, la vida no es un cuento de hadas, que tienen que
luchar por sí mismos, sin esperar nada de nadie, ninguna ayuda, pues para él,
ni dios, ni la magia de la vida existen. Nunca existieron él lo dice siempre la
vida es cruel, por eso hay que ser fuerte y no dejarse engañar por las mentiras
de la religión y de la existencia de dios.
Para él dios no existe, es sólo una
invención del hombre débil, una invención de un ser superior que le ayude a
resolver los problemas que por sí mismo no puede resolver, una invención que le
ayude a enfrentar sus miedos y las religiones usan esta invención para
manipular a las masas. La religión es un medio para controlar a la gente, para
volverla sumisa, obediente por lo que hay que alejarse de las religiones, que
están basada en mentiras.
Desde que sus hijos eran muy
pequeños, decidió mostrarles, lo que él cree la realidad de la vida: dios no
existe, ni ninguno de los seres mágicos, ni los milagros, ni santa Claus, ni
las hadas, ni los duendes, para Eleuterio, todos son invenciones de gente
débil. Constantemente repite esto, pero en su voz no hay un convencimiento. En
su voz, que lucha por mantener fuerte para que no se quiebre, lo que se escucha
es mucho enojo, mucha frustración, porque en su vida dice todo ha sido muy
duro, no existió nada de magia. Lo que su voz esconde es mucho dolor. Un dolor
que no quiere reconocer, porque no quiere reconocer su vulnerabilidad. Y va por
la vida con una coraza de fortaleza que cuesta trabajo sostener.
Lo he escuchado muchas veces, al
igual que todas las personas que lo conocemos, porque a él le gusta mucho
hablar de sí mismo, de lo duro que es su vida, de la lástima que la gente le
tiene y que él no acepta. De la lástima que le tenía su propia madre, por la
que él aún está enojado. El habla, habla y habla pregonando su sabiduría que él
siente está por encima de los demás, pocos se atreven a debatirle algo, pues su
memoria es privilegiada y ha leído miles de libros, una persona muy ilustrada,
sus argumentos se acompañan siempre de alguna cita de algún filósofo o escritor
reconocido. Se solaza de cuanto ha leído y toma esos argumentos como propios,
apoyados en la lógica irrebatible de la ciencia y el conocimiento.
Lo escucho, entiendo su enojo, su
frustración, su dolor, su desilusión, no tengo nada que debatir con él. Es su
realidad, la que él ha conocido, la que le enseñó la vida. Tal vez, algún día
la vida le muestre algo más, como me lo mostró a mí. Llegará su tiempo, en que
él pueda descubrir que hay mucho más, de lo que el ser humano puede concebir,
pero este no es el momento todavía. Lo sé porque estuve ahí, en ese momento en
que no podía mirar más allá.
Es cuestión de tiempo, y aunque él
no pueda verlo, un ser superior vela por él, un ser superior lo acompaña cada
día de su vida, como a todos los humanos. Un ser que lo mira con infinito amor
y vela su sueño, un ser que tiene la paciencia de la eternidad para esperar que
él lo note y solicite su ayuda.
No hay prisa, es cuestión de tiempo.
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