UNA
LABORIOSA HADA
Como
todos los días la pequeña y hermosa hada de los dientes hacía su trabajo. A
pesar de los miles de dientes que recibía a diario, siempre atendía las cartas
y peticiones que los pequeños niños le escribían. Ese era una de sus labores
más importantes, ella lo sabía muy bien, sobre todo en estos tiempos en que los
niños y más aún los adultos habían perdido la magia de la vida. Si así como lo
oyen, millones de adultos en el mundo ignoraban que la magia era posible en la
vida de todos los seres humanos.
Todo
empezó con el malévolo plan de hacer creer al hombre que había nacido por pura
casualidad y de manera espontánea en este planeta o que provenía de los simios
y puesto que el hombre inventó algo llamado ciencia que pretende explicar todo
con un método llamado científico que sigue rigurosos pasos y demostraciones
para decir que algo es posible o real, la mayoría de los humanos comenzaron a
dudar y a olvidar su propia sabiduría interna para concentrarse y dar crédito
sólo a lo que era comprobable ante sus ojos.
Pero
volvamos al punto, la pequeña hada sabía de la importancia de su labor, había
visitado millones de niños en su larga vida, pues había vivido tantos años, que
ya había olvidado su edad. En realidad eso no tenía la menor importancia, porque ella se mantenía
por siempre joven y sobre todo alegre. ¿Qué cómo había logrado esto? Bueno, ese
es un misterio que tal vez, algún día nos revelará. Pero la hermosa hada ponía
especial cuidado en hacer presente la magia en la vida de los niños y también
de los adultos. Sólo necesitaba que ellos se lo pidieran y abrieran su corazón,
puesto que las hadas son seres tan sutiles, sólo pueden ser vistas con los ojos
del amor. Así que se apresuró a responder las cartitas de los pequeños niños,
porque siempre respondía a todas las cartas.
Dado
que ella era un ser mágico tenía tiempo de sobra, o mejor dicho, no tenía
límite de tiempo, justo porque podía viajar a través del tiempo y la distancia
en un segundo. Lo que en el tiempo de los humanos era un minuto, ella podía
convertirlo en una eternidad, de esa manera podía visitar distintos y lejanos
lugares en un sólo minuto.
Había
recibido la carta de una niña, que le decía que las hadas no existían en su
país, y por supuesto, eso no podía ser verdad. Las hadas existen en todos los
países, pero habitan en la naturaleza, donde hay flores, plantas, ríos, lagos
de agua limpia. Ellas se encuentran sobre todo en donde la vegetación es
exuberante, aunque también se pueden hallar en los jardines de las casas que
tienen hermosas plantas, pues les gusta mecerse en las ramas o en las hojas y
sentarse en los pétalos de las coloridas flores. Así que le dijo a esa niña, que por cierto era deportista y
hacía mucho ejercicio todos los días y que parecía incansable como las mismas
hadas, que se acercara más a los lugares en donde la naturaleza estaba en todo
su esplendor. A las hadas les agradan los caramelos y se ponen muy felices cuando
algún niño o un adulto les llevan algunos. Sólo tienen que encontrar un lugar
limpio y dibujar un círculo dentro del que deben ponerlos sobre un papel de
color intenso, tal y como suelen hacerlo desde hace mucho tiempo las personas
de las comunidades indígenas de muchos
pueblos de américa. Después de poner los dulces deben decirles, que es un
regalo para ellas y para los seres que habitan y custodian ese lugar.
Era
importante para el hada decir esto a la niña, porque muchos adultos en el mundo
lo desconocían y no había manera de que enseñaran a sus hijos, lo que ellos
mismos ignoraban. A veces las hadas y demás seres de la naturaleza se comunican
con ciertas personas a través de los sueños para pedir lo que les apetece más,
y esto lo hacen en los lugares en donde la gente acostumbra a ofrecerles regalos.
Y por supuesto, a veces también, en sueños llevan a los niños a visitar su
mundo u otros mundos mágicos, aunque pocas veces los niños puedan recordar esos
viajes al momento de despertar.
Cuando
una persona está triste y llega buscando consuelo al lugar donde habitan las
hadas, ellas lo rodean haciéndole sentir un tibio calor en su corazón, le
lanzan polvos dorados de la cabeza a los pies
y entonces surge una sensación de bienestar tal, que la persona puede
quedarse dormida profundamente por un breve momento, pero al despertar se
siente muy bien y con renovada esperanza en el corazón.
Por
eso el hada recomienda a los niños que con frecuencia visiten la naturaleza,
que caminen sobre el pasto, que miren los lagos y cascadas, que abracen un
árbol, que contemplen la belleza de las flores y escuchen el canto de los
pájaros. Pues ellas habitan en esos hermosos lugares desde millones de años
antes de que el hombre habitara la tierra y se alegran de que los seres humanos
disfruten también de los lugares que ellas custodian. Así el hada termino de responder las cartas
antes de irse a tomar un merecido descanso, recostada sobre los suaves pétalos
de una olorosa flor, antes de que llegara el nuevo cargamento de dientes de
todo el mundo.
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