jueves, 28 de julio de 2016

LA PRIMER CANCIÓN



La  primer canción


En el principio era el silencio, nada más que el silencio. Ni espacio ni tiempo existían.

Y entonces, Él decidió crear la primer canción.

De su propio aliento sopló con un suave movimiento, apenas una vibración débil, como el aleteo de una mariposa.

Un sonido lento que fue haciéndose rítmico y acompasado. Formando la primer nota…un breve silencio y después la segunda…y después otra y otra.

Muchas notas. Se crearon tantas, ordenadas de diversas formas, y cuando se hicieron fuertes y consistentes, entonces fueron suficientes para crear al primer ser vivo.

Se enlazaron entre sí, se tejieron para adquirir forma, textura y color.

Surgieron hermosos y vibrantes seres. Ellos no lo saben, pero su vida esta sostenida por una canción.

Sopló una, mil e incontables veces, creando millones de notas.

Sopló muy fuerte para hacer las enormes estrellas y planetas.

Cada nota, cada vibración, sostenidos sobre dos ejes: tiempo y espacio.

La duración del tiempo, y el espacio entre las notas, crea la forma, la consistencia, cada una de las características que lo hacen únicos y diferentes a los seres.

La vida se mueve al ritmo de la música con que en su inicio se escribió.

Cada latido del corazón, es un recordatorio de la primera nota vibrante, del primer sonido que lo creo.

Cada movimiento del cuerpo se hace de acuerdo al primer ritmo creador.

A la primer canción se siguieron miles y miles. Tantas como seres y cosas hay en el universo.

Todo creado del aliento de dios, salido de su propio corazón.
Cada ser vivo fue obsequiado con una parte del mismo dios: el alma.

En ese pequeño fragmento, escrito en el mismo lenguaje musical, se guardo la primer canción y la historia de su propia evolución.

Una canción que pocos escuchan, escondida tras el silencio profundo y la quietud.


Como un latido suave, la canción espera a ser cantada, espera a hacer vibrar el corazón del hombre. Recordándole su origen: Dios.

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