LOS HERNANDEZ
Cuentan que en tiempos
postrevolucionarios, a lo largo y ancho del país prevalecía un gran caos. Había
grupos guerrilleros que ocultos en la sierra, de vez en cuando realizaban
incursiones a las ciudades para aprovisionarse de armas. De igual manera
existían maleantes, quienes aprovechándose de la incapacidad del gobierno para
restablecer el orden realizaban sus fechorías en los indefensos pueblos.
Robaban y mataban a la gente
inmisericordemente.
Fue en esta época que existió una banda
de maleantes muy conocidos como Los Hernández. Así los llamaban pues ese era su
apellido, ya que todos eran hermanos. Estos hombres sembraban el terror,
dejando a su paso una estela de muerte.
Fue en una ocasión en que en uno de los
pueblos se celebraba el carnaval, que Los Hernández hicieron una de sus tantas
fechorías. Los pobladores muy contentos
estaban en su festejo, recorriendo las calles con el tradicional brinco del
chinelo. Hombres, mujeres y niños se habían puesto su disfraz y cubierto la
cara con la máscara y el sombrero. Había pasado ya mucho tiempo, desde que
empezaran el recorrido de las calles, sin que nada extraordinario ocurriera.
Cuando de pronto, de entre los disfrazados aparecieron Los Hernández, quienes
de entre sus trajes sacaron sus armas y comenzaron a matar a mucha gente, que
ellos sabían que no los querían. Fueron muchos los muertos, incluidos mujeres y
niños.
Mucha gente les temía a estos maleantes,
porque solían tomar venganza de quien se atreviera a denunciarlos ante las
autoridades. En cuanto ellos se enteraban de que habían sido denunciados,
buscaban a la persona, aún en su propia casa y la mataban.
En uno de los pueblos, la gente se
dedicaba a la extracción de cal, la cual comercializaban en poblaciones
aledañas. Para ello, tenían que mantener encendido el fuego durante tres días y
dos noches en el horno en donde ponían a cocer las piedras. Los hombres
cortaban leña y la traían durante el día, y por la noche, dormían cerca del
horno, para cuidar de avivar el fuego. Fueron varias veces que los Hernández
emboscaron a los hombres y los mataron mientras realizaban su trabajo.
Fue en este lugar que los hombres se
organizaron para defenderse, y en grupos realizaban rondas en el pueblo. Hubo
varios enfrentamientos con los maleantes, en los que algunos pobladores
perdieron la vida, pero poco a poco, lograron que Los Hernández no entraran más
al pueblo. Había un vigilante que se apostaba en lo alto de un cerro, desde
donde podía mirarse hacia todos lados y cuando veía que se acercaban los
maleantes, daba la señal de alarma y todos los hombres salían armados para
enfrentarlos.
Ante la organización de los pueblos para
defenderse, los ataques de los maleantes fueron haciéndose menos continuos.
Aunque fue el gobierno, quien finalmente mandó a perseguirlos hasta acabar con
ellos.
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