miércoles, 30 de julio de 2014

LA IGLESIA DEL CRISTO RENOVADO




LA IGLESIA DEL CRISTO RENOVADO


Desde tiempos inmemoriales, en distintos puntos del planeta ocurren fenómenos extraordinarios. A veces por ejemplo, llueven peces o ranas del cielo, crecen rosas en el desierto, o cae lluvia roja por varios días. Sucesos que sólo pueden ser explicados través de la mano de Dios, pues tiene infinitas maneras de llegar hasta el corazón del hombre, no solamente por medio de las religiones.

Hay situaciones inexplicables sobre personas que sobreviven a accidentes mortales o a enfermedades que se consideran incurables, que superan toda clase de situaciones mortales y adversas. Niños sanos que nacen en condiciones casi imposibles. Muchas veces, Dios manda seres de luz a curar enfermos, o envía seres mágicos para que guíen fuera de todo peligro a personas que requieren de su protección por tener una misión especial que realizar en su vida.

Desde hace miles de años existe en la zona centro sur de México un lugar en donde la gente, ha mantenido su fe en el creador por siempre.  En aquél lugar han vivido hombres y mujeres pacíficos y trabajadores, que con gran devoción y constancia han demostrado su gratitud al creador. Tradicionalmente, sin dejar de hacerlo una sola vez, han celebrado una gran fiesta anual, llenando de flores y veladoras el altar de la iglesia. Ningún hombre se negaba a participar, contribuyendo cada uno con lo que más podía en dinero para pagar todos los gastos.

Aparte del santo San Andrés que está ubicado en su iglesia principal tenían un enorme cristo de madera que una familia del pueblo había donado. Estaba en una habitación de troncos y tejas, y los mayordomos se dedicaban a su cuidado. Era la segunda mitad del S. XIX  cuando un día al estar haciendo la limpieza, uno de ellos notó que empezaba a salir polilla del cristo. De inmediato convocó a sus compañeros para darles aviso. Entre todos acordaron ir a la ciudad a buscar un restaurador para que viniera a repararlo lo antes posible. A dos hombres se les encomendó el trabajo.

Muy temprano al día siguiente, los dos hombres montados en su caballo se dirigieron a la ciudad, y cruzando el camino del texcal, llegaron antes del mediodía. Preguntando aquí y allá, encontraron a la persona que buscaban. Hablaron con él, explicando la situación, y convinieron que en una semana, el restaurador iría al pueblo a ver si podía reparar el cristo. Le dieron señas precisas para encontrar el camino al pueblo y se despidieron.

Una semana después llegó el restaurador al pueblo, y se dirigió a la casa de uno de los hombres que fueron a la ciudad. De inmediato fue recibido e invitado a compartir el almuerzo familiar, después fue  llevado a un costado de la iglesia que era el lugar en que se encontraba el cristo. El señor le dijo que revisara el cristo, en tanto él iba por sus compañeros, para que delante de todos dijera cuánto les iba a costar la compostura y entre todos se cooperaran para pagar los gastos.

Cuando el hombre llegó con sus compañeros, el restaurador los estaba esperando fuera de la habitación. De inmediato lo saludaron y le preguntaron si ya sabía cuánto les costaría la reparación. Entonces él les dijo que no podía repararlo. Los señores se sintieron tristes pensando que el cristo ya no tenía remedio. Pero entonces él aclaró que no iba a tocarlo, porque el cristo se estaba renovando a sí mismo. Les dijo que fueran con él a mirarlo con sus propios ojos. Entonces, ellos entraron a la habitación y miraron que una luz iluminaba todo el cristo.

Asombrados, contemplaron el milagro. Agradecieron al restaurador por haber ido a su pueblo, y entre todos cooperaron para pagarle por haber realizado el viaje.

Los habitantes de ese pueblo se sintieron agradecidos de la manifestación del poder de Dios, y fue entonces que decidieron construir una iglesia que fuera para ese cristo milagroso. Todos estuvieron dispuestos a colaborar con dinero y trabajo. Y comenzaron la construcción justo en frente de la iglesia que ya existía.

Y en ese pueblo, ahora se pueden mirar dos iglesias imponentes, la una frente de la otra. La más antigua pertenece al santo por el que lleva el nombre el pueblo. Y la más reciente, del S. XIX, es la que fue construida para el cristo que se renovó a sí mismo. Un cristo que jamás ha sido restaurado por ninguna mano humana y que a pesar del tiempo, se encuentra en tan perfectas condiciones, como si fuera nuevo. Para ambas iglesias se celebran grandes fiestas. Los pobladores hacen sus ofrendas y sus peticiones con la total convicción de que siempre serán escuchados por su creador.

Muchos visitantes vienen y van, ellos son testigos de la generosidad y devoción de los pobladores. Y la primer pregunta que se hacen al mirarse parados en medio las dos majestuosas construcciones es: ¿por qué dos iglesias? No todos reciben la respuesta,  porque muchos desconocen la historia. Disfrutan de la comida y de la fiesta sin saber que se encuentran ante uno de los cristos más milagrosos.  


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