viernes, 26 de julio de 2013

LOS HEREDEROS




LOS HEREDEROS

 La película de Eugenio Polgovsky muestra el lado de la cara que pocos vemos. La vida de los niños que por distintas situaciones quedan excluidos de ser parte del progreso y la civilización. La necesidad de su fuerza de trabajo para la sobrevivencia familiar, los incluye a muy temprana edad en un círculo de trabajo del que no podrán librarse durante toda su vida.

Cientos de poblaciones marginadas en donde la educación, el derecho a la salud, a la alimentación ni siquiera se escuchan como parte de un discurso. Miles de niños indígenas, nacen, crecen, viven y se alimentan entre los surcos. Jamás pisan una escuela, no miran televisión, no conocen los juegos de video, ni teléfonos celulares, muchos de ellos ni siquiera tienen una casa. Hijos de trabajadores con sueldos miserables, están condenados a una vida de trabajo de sol a sol en grandes cultivos de hortalizas.

Un mundo donde la niñez no se caracteriza por el juego. El trabajo para ayudar a subsistir a la familia empieza lo más pronto posible, apenas puedan cargar una cubeta llena de tomates, chiles o pepinos, que cortan directamente de la planta y pesan en una báscula, donde alguien en una libreta anota el trabajo que cada quien hace por día y que al terminar la jornada les será pagado.

En la sierra, lejos del llamado mundo civilizado, los niños ayudan a su familia a cortar leña, acarrear agua de los ríos y manantiales a su casa, a cultivar la tierra, a tejer la ropa en telares, a elaborar artesanías, herederos del conocimiento de sus padres desde muy pequeños tendrán que desarrollar las habilidades que les permitan sobrevivir en un medio donde el trabajo lo es todo.

Una película donde las imágenes hablan más que las palabras. Ahí donde los herederos no recibirán nunca dinero, ni propiedades, sólo…una forma de vida.


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