LA
NOCHE EN EL LAGO
Dicen
que en un lago situado al pie de la montaña habitan seres de otras dimensiones.
Durante el día la gente puede asombrarse de su belleza, rodeado de dos altos
murallones de roca y de verde y abundante vegetación. Cuando está a punto de
anochecer se escucha el croar de las ranas como un concierto cuyo eco rebota en
los bordes del agua. El lago se encuentra en la parte baja del pueblo, es por
eso que toda el agua que corre por lo barrancos y los cerros se acumula ahí.
Con gran rapidez un campo de tierra
completamente seco y agrietado se inunda con las lluvias del temporal, el lugar
se transforma en pocos días y la vida de muchos animales se manifiesta en todo
su esplendor. Miles de insectos surgen, las mariposas de todos tamaños y las
libélulas con sus intensos y brillantes colores. Vienen las garzas y los patos a pescar los
pececillos que hay en las orillas. Las ranas y las tortugas aparecen como por
arte de magia, un día simplemente están.
Sobre
la superficie del agua quieta se mira una réplica exacta de los cerros y las
rocas. Transcurre el día tranquilo y poco a poco con el atardecer los animales
se van a sus guaridas. Ahí sobre la orilla del lago sólo quedan las ranas y
tortugas, de vez en cuando se escucha algún croar que junto con el canto de los
grillos forman una sinfonía. Aparentemente ha cesado toda actividad humana. La
noche es oscura y fresca con aroma de yerba fresca y tierra mojada. Las
luciérnagas iluminan con sus pequeños destellos el paisaje, son tantas que,
vistas a la distancia parecen como una ciudad iluminada en miniatura. A lo lejos se escucha el aullar
de los coyotes, tal vez no sean varios sino sólo uno, los campesinos dicen que
saben aullar como si fueran varios. Sobre las ramas de los árboles se escuchan
cantar a los búhos y las lechuzas, pero no se dejan ver, le temen al hombre y
el hombre a ellos. Un dicho se ha hecho popular desde hace muchas generaciones
“cuando el tecolote canta, el indio muere”. El hombre no quiere morir, los
búhos tampoco, ambos guardan su distancia.
Todo
parece muy tranquilo, la mayoría de la gente en el pueblo duerme, pero sin
saber de donde ni cómo, unas luces brillantes hacen su aparición iluminando el
cielo. No se oye ningún ruido que pudiera emitir algún avión o artefacto
construido por el hombre. Es una luz brillante que se filtra a través de las
ramas de los árboles e ilumina claramente el suelo. No es una, son tres o
cuatro luces, vistas con mayor detenimiento parecen esferas flotando sobre el
lago, se acercan cada vez más a la superficie y después desaparecen dentro del
agua. ¿A dónde fueron?, ¿qué eran? No se escuchó ningún ruido al hacer contacto
con el agua. Tampoco salió vapor que indicara que la luz fuera caliente y
vaporizara el agua. Pero una cosa es cierta todas las luces esféricas entraron
al lago y desaparecieron.
Estás
luces redondas aparecen con frecuencia, no hay nada que indique cuando será el
momento, puede ser cualquier día, siempre y cuando la laguna tenga agua. Muchos
hombres han vivido cerca del lago por miles de años, se le considera un lugar
sagrado, un lugar de los dioses, no hay ningún templo, pero cada año se pone
una ofrenda a lo seres que ahí habitan. Haciendo sonar un silbato de barro con
figura de animalito se les llama, se les agradece por sus bendiciones y se les
pide su favor para el año venidero. Ellos suelen conceder las peticiones, así
que el hombre debe pensar bien qué es lo que quiere pedir.
El
hombre que ha nacido en el campo y que tiene contacto frecuente con la
naturaleza aprende todos los ciclos de la vida. Adivina el lenguaje de los
animales y muchas veces se comunica con ellos. Del mismo modo establece una
relación con estos seres invisibles para
la mayoría, los mira y les habla en sus sueños, recibe regalos y peticiones que
debe cumplir. Así cada año el hombre a través de sus sueños sabe lo que debe
llevar en la ofrenda, no duda en agradecer a la madre tierra y a los seres
invisibles de quienes recibe ayuda. Es un conocimiento que aprendió de sus
ancestros que le recuerda su conexión con la naturaleza y con
la vida de todo el planeta.
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