EL DESCUBRIMIENTO
DEL AMOR
Hace
miles de años, hubo una ocasión en que el planeta atravesó por una larga era glaciar.
Los campos y enormes bosques se cubrieron de nieve. Grandes bloques de hielo se formaron en las
altas montañas y en el mar. Un viento
gélido azotaba cruelmente a cualquier ser vivo que se atreviera a caminar a la
intemperie. Muchos animales murieron y especies completas de ellos se extinguieron.
La sobrevivencia era extremadamente complicada.
En
ésa época el hombre ya había aprendido a cazar y cubría su cuerpo con las
pieles de sus presas, y a pesar de que encontró abrigo y protección en las
enormes cuevas de las montañas, los habitantes de la tierra comenzaron a
disminuir drásticamente ante el clima adverso y la dificultad para obtener alimentos.
Entonces comenzaron a organizarse en grandes grupos para aventurarse a salir en
la búsqueda de comida. Muchos de ellos no volvían nunca, víctimas del clima
helado y el hambre. Los que sobrevivieron se dieron cuenta de la necesidad unir
esfuerzos para el bien común.
Hicieron
lo que nunca antes habían hecho: decidieron compartir los pocos alimentos que
obtenían en sus expediciones. Comenzaron a acercarse los unos a los otros y a cuidarse entre sí. Dormían
los unos cerca de los otros para procurarse mayor calor en las largas horas de
la noche. El invierno era largo y la oportunidad de salir al exterior y
regresar con vida era casi nula. Se vieron forzados a convivir por mucho más
tiempo del que jamás habían estado. Ya no eran compañeros ocasionales que
permanecían juntos por una vez en algún refugio. Pronto comenzaron a conocerse
y a sentir la alegría de tener un compañero permanente, la tranquilidad de
sentirse protegido y el gozo de ser notable para alguien.
Y
así, cuando el hombre y la mujer notaron que la presencia de otro ser humano
hacía nacer un tibio fuego en su interior que le inundaba todo el cuerpo…se
descubrió el amor
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