lunes, 31 de diciembre de 2018

LOS PRIMEROS NACIDOS




LOS PRIMEROS NACIDOS




En un lejano planeta, más allá de las estrellas visibles al ojo humano, se desarrolla la más avanzada de las civilizaciones de todas cuantas existen en el universo. Los humanos son incapaces de llegar a ella por sus propios medios, pues su tecnología es tan primitiva en relación a la de los primeros nacidos, tal como ellos se nombran a sí mismos. Seres tan evolucionados, cuyo desarrollo tecnológico es impensable para la mente humana. Conocedores de la evolución del universo, de la existencia de los distintos planetas y de los habitantes que hay en algunos de ellos, conocedores de las leyes que gobiernan la materia y el espacio, se desplazan hacia cualquier punto del universo sin ningún problema.



Ellos son nuestros hermanos mayores, fueron nacidos hace millones de años, mucho antes de que este planeta Gaia existiera, respetuosos de la evolución que cada ser vivo debe alcanzar como especie y como individuo, observan el desarrollo de los distintos seres habitantes de varios planetas. Los humanos de este planeta considerado como una civilización joven, todavía en estado primitivo, pues su forma de vida y tecnología se basa en la depredación de los animales y naturaleza, cuya forma de energía depende de la materia fósil, como el petróleo y de la cual no se tiene control alguno.


Como hermanos mayores sabios observan el desarrollo de los humanos. Tienen un registro de cada una de las acciones que cada individuo realiza y a veces, cuando lo consideran prudente, se comunican con los que tienen la capacidad de entender que la vida no es privativa de este planeta. Su propósito es hallar a los seres más evolucionados de cada planeta y confirmarles que la grandeza de dios y del universo, no tiene fronteras, guiarlos a emprender acciones que permitan una evolución más rápida y favorable para todo el planeta.



Como observadores del universo, han visto florecer y extinguirse muchas civilizaciones. Civilizaciones creadas por seres que nunca comprendieron su lugar en el cosmos y la creación, que nunca descubrieron el poder que les otorgó su creador. El poder de crear lo impensable. Han visto a varias civilizaciones destruirse a sí mismas, cegadas por el poder y la avaricia de los habitantes que tenían el control del planeta. Una y otra vez, destruirse hasta la extinción total. Y volvieron a sembrar vida en los planetas habitables, una y otra vez, esperando que la semilla de amor, sembrada en el corazón de cada ser, brotara y guiara la evolución. Pero no siempre ha terminado así.


Dicen que hace millones de años, mucho antes de la existencia del hombre, este planeta había sido habitado ya por otros seres, los cuales dejaron constancia de su existencia en construcciones monumentales que han sido descubiertas recientemente, y que muestran el uso de una tecnología muy superior a la que el hombre más avanzado de la civilización actual, no ha podido alcanzar. Vestigios que no encajan con la historia oficial y que evidencian que la realidad es mucho más amplia de lo que la mente humana es capaz de concebir.


Algunos seres humanos han comenzado a darse cuenta de que la historia humana sobre la creación de la vida en este planeta no es lo que parece. Y algunos de ellos, que han sido contactados por los primeros nacidos, han sido invitados a visitar los planetas que habitan.  A bordo de sus naves cruzan enormes distancias en pocas horas, se les muestran sus bellas e impecables construcciones, con materiales desconocidos en la tierra. Formas de energía y tecnología que los genios de este planeta, aún no pueden concebir. Incluso algunos de ellos han sido obsequiados con algún regalo que prueba la veracidad de su viaje, pues les dan algún material que no existe en el planeta tierra y a pesar de ello, la mayoría de los humanos permanecen incrédulos.




Actualmente, algunos humanos se han dejado guiar por seres de planetas lejanos, pues existen seres en distintas y lejanas galaxias, muchas de las cuáles se han desarrollado más que la nuestra, siendo posible que incursionen en este planeta, sin ningún problema y dejando ver sus naves cada vez con mayor frecuencia. Desde hace tiempo comenzaron su contacto con algunos seres humanos en distintos lugares del planeta para ayudarle a comprender su propia grandeza y lugar en el cosmos. Y para favorecer un desarrollo positivo de la humanidad han dado ciertos conocimientos que permitan crear mejores condiciones de vida. Sin embargo, muchos de estos conocimientos han sido ignorados y hasta ocultados por no ser convenientes a las clases sociales en el poder.


Pero cada vez, su presencia es más difícil de esconder. Con frecuencia surcan los cielos muy cerca de la tierra y algunos de ellos, incluso se han mezclado entre los humanos, sin que nadie pueda notar diferencia alguna, logrando interactuar con un mayor número de personas, para transmitirles conocimientos en distintas áreas, otorgándoles dones para sanar a otros seres humanos o enseñándoles a desarrollar habilidades que nuestra civilización considera sobrehumanas, pero que en planetas más avanzados son de lo más natural.   


Los primeros nacidos, quienes llegaron a un estado de evolución superior a través de miles de millones de años, alguna vez también experimentaron la codicia, el odio, el miedo, la envidia, todas las emociones negativas que alberga el ser humano, hasta que comprendieron el dolor y el daño que causaba en su realidad. Cuando finalmente lo comprendieron y dejaron estas emociones y sentimientos negativos, fueron capaces de crear un mundo armónico, lleno de amor y abundancia, el cual quieren compartir con todos los seres del universo, por lo que desde hace millones de años, cuando este planeta aún no estaba habitado, ellos ya viajaban a lugares distantes, dispuestos a ayudar, a guiar a lo que ellos llaman sus hermanos menores. Su avanzada civilización, tiene como uno de sus principios fundamentales, el ayudar a sus hermanos menores, que es como ellos nos consideran a nosotros y a los habitantes de otros planetas menos desarrollados que el suyo.




Sus naves surcan los cielos a cualquier hora del día, y a pesar de ello, no son visibles para todos los humanos, pues la mayoría, aún no está listo para verlos. Su frecuencia vibratoria es mucho mayor que la de los habitantes de este planeta, de ahí la dificultad para ser visibles para todos. Sólo siendo capaz de controlar las emociones negativas humanas, que son las que han creado el mundo caótico, violento, donde una gran mayoría vive en la pobreza, los seres humanos pueden aspirar a crear un mundo de abundancia y amor para todos. Ellos lo saben, porque han podido hacerlo desde hace millones de años.


Los primeros nacidos, libres del egoísmo, codicia, odio, envidia, conscientes de su naturaleza espiritual, dispuestos a ayudar a este planeta, mismo que ha aumentado su frecuencia vibratoria, se hacen cada vez más presentes. Muchas de sus enormes naves suspendidas en el cielo, en las noches oscuras, camuflados con las estrellas del universo, pasan desapercibidas para la mayoría de los humanos, pero no para quienes han aprendido a observar con cuidado la cúpula celeste.



Ellos están ahí, esperando a que el humano mire de verdad el inmenso cielo, esperando que el humano, abra su corazón y descubra la grandeza que lleva dentro, que es la misma que existe en el cosmos. Han ofrecido pruebas reales de su existencia, pero el humano manipulado no ha podido creerlas. Porque el humano teme por naturaleza lo desconocido, aun cuando no hay nada que temer. No son invasores ni pretenden controlar o destruir la humanidad, pues eso podrían haberlo hecho desde hace mucho y en cualquier momento de nuestra existencia, porque tecnológicamente son muy superiores.  Ellos están en el cielo atentos, esperando que levantes la vista y los descubras.



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