SOBRE LOS MILAGROS…
Estoy sentada en la antesala
del consultorio, a mi lado hay una señora con su hija, ellas también esperan su
turno para pasar con el médico. Llegaron antes que yo, han esperado desde las
doce del día, y esta a punto de ser las dos de la tarde. Están fastidiadas por
la espera, yo también, a pesar de que
llegué a tan sólo hace media hora. Por salir de prisa olvidé llevar un libro
para leer, comienzo a revisar los mensajes de mi teléfono celular,después
simplemente me quedo sin nada por hacer, hasta este lugar no llega la señal de la internet, por lo que la espera se hace
más larga.
La señora a mi lado, me hace
la plática, las preguntas clásicas surgen, de dónde vengo, desde cuándo conozco
a éste médico. Respondo a medias, a pesar de que esta persona no me parece
fuera de lo común, prefiero hablar lo menos posible de mi. Desde que vivimos en
una situación de inseguridad y extorsión en el país, las preguntas relacionadas
a mi persona prefiero evitarlas. La conversación deriva hacia otros aspectos, no
le pongo mucha atención, pues se habla sobre temas irrelevantes.
De pronto, hablamos sobre
distintas formas de sanación, pues hoy en día se conocen miles de terapias
alternativas. Alguien comenta sobre las sanaciones espirituales, y es entonces cuando
la señora, me dice que esas cosas son diabólicas. No es la primera vez que
escucho algo así, personas católicas, cristianos y otras religiones se refieren
a este tipo de sanación, también de esa manera, están convencidas que este tipo
de curaciones se hacen con ayuda de espíritus malignos.
Le pregunto a la señora por
qué piensa así, me responde que los tiempos de los milagros se han terminado,
que eso ocurría solamente cuando Jesús vino a la tierra. Le pregunto entonces,
si dios nos ha condenado para siempre, si no podemos esperar ningún milagro, si
no hay nadie en este mundo que se merezca un milagro. No responde mi pregunta,
sólo repite lo que le han enseñado en su iglesia y me reitera que el tiempo de
los milagros se ha terminado. Pero yo, no puedo imaginarme un dios que no sea
capaz de volver a hacer un solo milagro para alguno de sus hijos. No puedo
imaginar un dios que nos haya condenado a una vida sin esperanza. Si el tiempo
de los milagros se acabó hace dos mil
años, entonces qué sentido tiene la vida de toda la humanidad, ¿sólo el
sufrimiento?
Cómo es ese dios que sólo ha
sido misericordioso hace dos mil años. Y todos los humanos nacidos después de
esa época, ¿somos un cero a la izquierda?, ¿no merecemos su bondad y su amor?,
entonces, ¿qué sentido tiene encontrarlo?, y con qué propósito fuimos creados, si
sólo hallaremos en él indiferencia. Entonces esta señora me dice que no puede
haber milagros porque somos pecadores. Y acaso, ¿ no ha habido pecadores
siempre? Si el propio Jesús lo dijo: “quién esté libre de pecado que arroje la
primera piedra”
Pero ¿qué es el pecado?
Algunos responden que es faltar al cumplimiento de los diez mandamientos.
“Honrarás a tu padre y a tu madre” este es uno de ellos, pero es el más
violado. Nuestra madre tierra, la que nos aloja, la que nos da alimento y
abrigo, diariamente es saqueada, violentada, explotada, destruida, denigrada.
Por supuesto, un ser humano con una visión reduccionista, no considera al planeta tierra como una madre. El término
en el sentido religioso se refiere sólo a las mujeres que tienen hijos.
Pero muchas tribus aborígenes
ancestrales, tienen una visión distinta de la vida y del ser humano. Para ellos
no hay separación, no hay supremacía del hombre. Hay una interrelación entre
todo lo que existe, un vínculo quizás indefinible y muchas veces invisible,
pero ahí está, algo que une a todo. Y lo que sucede en un lugar puede impactar
todo el planeta, todo el universo, pues todos somos lo mismo, por eso ellos
hablaban con las plantas, con las montañas, con el viento, con los árboles, con
el fuego, con el agua, como seres vivos, como seres con poder que podían
ofrecernos su bondad o su furia, que podían ayudarnos a crear, a alimentarnos,
a tener una mejor vida. Por eso el hombre en esos lugares se dirige con
respeto, y pide permiso a la madre tierra para tomar algo de ella, y se
preocupa de sólo tomar lo necesario y de conservar los bosques, las plantas,
los animales, todo cuanto hay en su entorno.
Todavía hoy día, en muchas
tribus, en muchos pueblos, de muchos países, se realizan ceremonias de petición
de lluvia, ceremonias del maíz, del fuego, se hacen ofrendas a los dioses que
de acuerdo a sus creencias los
representan. Se realizan ofrendas de agradecimiento por todas las bondades que
se reciben. El agradecimiento, algo que el hombre de la sociedad moderna ha
olvidado.
Por mucho tiempo, estas ideas
se consideraron absurdas, se ha creído y todavía se cree que el hombre es la
cima y la perfección de la creación, pero constantemente se descubren especies
de animales que tienen una mayor capacidad de adaptación o de regeneración de alguno
de sus órganos ante perdido en un accidente.
Hay especies extremófilas capaces de desarrollarse en medios muy ácidos
o a temperaturas muy elevadas, o que en medios muy fríos y secos pueden
hibernar y parecer muertos hasta que las condiciones de vida son apropiadas, y
entonces, la vida se reinicia en sus cuerpos como si nada hubiera sucedido.
Hoy algunos estudios
científicos, demuestran que las ideas de éstas tribus no están equivocadas, es
verdad, lo que se hace en un lugar puede afectar a todo el planeta, los
fenómenos climáticos son la prueba más contundente de esto. El calentamiento
global por contaminación, ha elevado la temperatura del planeta, lo cual ha
ocasionado en parte el deshielo de los casquetes polares, la desalinización del
agua del mar por el aumento de agua dulce, el aumento del nivel del mar, el
hundimiento de algunas poblaciones y zonas costeras, la formación de corrientes
de aire que ocasionan huracanes de categoría cinco que son capaces de destruir
una enorme ciudad con vientos y lluvias que inundan enormes territorios
causando muerte y enfermedades por contaminación de aguas estancadas que en
poco tiempo se vuelven putrefactas por las altas temperaturas y los restos de
animales ahogados.
Pero no existen más los
milagros, me dice la señora que está a mi lado. Y yo simplemente no me imagino
que clase de vida puede vivirse sin creer que los milagros pueden existir, que
clase de persona puede no ver los milagros que cada día se suceden para nuestra
propia existencia. El hecho mismo de levantarme cada día ya es un milagro, que
pueda caminar, ver, oler, oír, sentir, comer, que mi corazón y todos mis órganos funcionen perfectamente, son todos milagros que pasan desapercibidos a
nuestros ojos. Solamente hay que ver todo lo que tiene que hacer para vivir una
persona con insuficiencia renal, par comprender esto, algunos tienen que
dializarse cada tres, dos, días o cuatro veces en un mismo día.
Muchas cosas que damos por
hecho, podrían simplemente no estar o dejar de ser en un instante. ¿Cómo
podemos ignorar el milagro de nuestra vida y de la naturaleza? Parece ser que
olvidamos agradecer por todas las cosas que damos por hecho, sin tomar en
cuenta que tenerlas es un regalo y que podríamos no tenerlas de un momento a
otro.
Porque somos pecadores, ya no
hay milagros me dice la señora. Pecado, pecado, pecado, esa palabra tan usada
en las religiones, que se refiere principalmente a desobedecer los mandatos que
las rigen, encaminadas a gobernar a los hombres con cierta ideología, sin la
posibilidad de concederle su capacidad de pensar, de escuchar su sabiduría de
elegir por sí mismo. Y dicen que dios otorgó al hombre el libre albedrío,
entonces, las religiones están por encima de la voluntad de dios, pues exigen
del hombre una obediencia incondicional, usurpan el derecho al libre albedrío
otorgado por dios mismo. Pretenden todas, ser la religión verdadera y tener la
verdad absoluta. El dios que se han inventado, es un dios muy manipulador e
intolerante.
Pero no voy a discutir con
esta persona, no tengo interés de convencerla de nada, ella sólo repite el
discurso aprendido a través de los años en su religión. Es incapaz de mirar
ninguna de las miles de incongruencias en su propio discurso, es incapaz de
mirar con sus propios ojos ni de consultar su propia sabiduría interna.
Probablemente nunca sabrá todo lo que hay dentro de ella misma.Por fin le toca
su turno de pasar con el médico, es un buen momento para dejar esta plática que
no conduce a ningún lado.
Yo prefiero mi propia versión
de dios, como hija amada de mi creador que todos los días me da tantas
bendiciones, que me da su amor incondicional, merecedora de tantos milagros,
custodiada por sus ángeles y que en los momentos más difíciles me envía toda la
ayuda que necesito. Ese dios que encuentro en todos lados y en todas las
personas, al que no necesito venerar en ninguna iglesia, porque él es parte de
mi. Como parte de su creación divina recibí una parte de él al encarnar esta
vida. Él me hizo eterna, soy un espíritu en un cuerpo físico que un día
desaparecerá, pero lo que realmente soy, permanecerá para siempre.
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