LOS SAQUEADORES
El oro es un símbolo de riqueza y ostentación desde hace muchos siglos en
distintas culturas. El oro y el territorio de américa latina fue la razón
principal de su invasión hace cinco siglos. Por el oro fueron impuestos a los
pueblos nativos terribles tributos. Hombres y mujeres eran obligados a extraer
y lavar oro para los señores. Más allá del mar, desde África, esclavos negros
fueron traídos a américa para trabajar hasta morir dentro de las minas.
En este milenio, el oro sigue siendo la razón principal de expropiar o
arrebatar territorios a los pueblos indígenas. Con la complicidad de codiciosos
y corruptos gobernantes se concede la explotación de los metales preciosos a
empresas extranjeras, quienes aprovechando la mano de obra barata, las
legislaciones laborales permisivas, sin obligaciones tributarias, ni
restricciones medioambientales, usan las formas de extracción menos costosas,
pero más contaminantes y destructivas para el ambiente, la flora, la fauna y
los seres humanos.
De acuerdo a lo que muestra el documental “El Oro o La Vida” realizado por
Caracol Producciones (Guatemala, 2017) el oro ha sido y aún es, una maldición
para los indígenas que han nacido en territorios en donde se encuentra este
metal.
En el caso de Guatemala, la empresa canadiense Gold Corp, inició la
explotación de la mina Marlin, en el año 2006. La extracción se realizó al aire
libre, para lo que se requirió una gran cantidad de agua, doscientos cincuenta
mil litros por hora. Mismos litros que después del proceso de lixiviación
terminaron altamente contaminados con metales pesados, como el plomo y las
cuarenta mil toneladas de cianuro. Toda el agua residual, fue vertida en el río,
del cual la comunidad más cercana tomaba agua desde tiempos ancestrales para
beber, lavar y bañarse.
En poco tiempo los habitantes de las comunidades de San Miguel Ixtahuacan y
Aldea Siete Platos se vieron severamente afectadas con problemas de la piel,
que van desde irritaciones que causan prurito
y mayor vulnerabilidad para el crecimiento de hongos y bacterias que en
condiciones normales no prosperarían. Además de la leucodermia, que es la despigmentación
de la piel, todo ocasionado por la contaminación del agua.
Pero los problemas de la piel no son los únicos, el tomar el agua contaminada ocasiona dolor de estómago, el ganado y otros animales también mueren. Las mujeres embarazadas han tenido abortos espontáneos frecuentes, y algunos niños que han nacido presentan deformidades en los pies y problemas en las articulaciones, lo cual les impide caminar, además de que se presentan problemas de cáncer.
Pero los problemas de la piel no son los únicos, el tomar el agua contaminada ocasiona dolor de estómago, el ganado y otros animales también mueren. Las mujeres embarazadas han tenido abortos espontáneos frecuentes, y algunos niños que han nacido presentan deformidades en los pies y problemas en las articulaciones, lo cual les impide caminar, además de que se presentan problemas de cáncer.
En sólo cuatro años, la empresa minera con los costos de producción más
bajos del mercado se enriqueció tanto, que se convirtió en una de las más
grandes del mundo, sus activos superaron el producto interno bruto de Guatemala
en seis millones de dólares americanos. De la riqueza obtenida Guatemala sólo
recibió el 1% en regalías.
La explotación tradicional del túneles subterránea ha sido reemplazada por
la minería a cielo abierto y cada vez los yacimientos de oro son más escasos.
El muchos lugares el oro se encuentra disperso a lo largo y ancho de grandes
montañas, por lo que la extracción es todavía más agresiva y violenta. Obtener
el oro implica destruir el paisaje, dinamitar las montañas, contaminar los ríos
y bosques cercanos por la exposición de residuos tóxicos que se diseminan a
través del aire una vez que se han convertido en polvo. La mina Marlin que
inició su proceso de cierre después de una dura batalla por parte de las
comunidades indígenas, dejó treinta millones de toneladas de desechos tóxicos
al aire libre, mismos que contaminarán el ambiente por millones de años.
Todo esto ha sucedido en Guatemala,
Salvador, Honduras, México y otros países. América Latina sigue siendo saqueado
por los poderosos empresarios extranjeros. Los pobladores de comunidades
cercanas a las minas de extracción, pagan el precio del enriquecimiento de
otros, con la vida, las enfermedades, la pérdida de sus casas, que terminan
cayéndose despues de sufrir cuarteaduras por las ondas de choque de las
explosiones. La destrucción de los ríos, bosques, montañas, la muerte de flora
y fauna, hacen de la vida humana en esos sitios miserable, y en muchos casos, imposible.
Las empresas mineras niegan rotundamente las consecuencias del proceso de
extracción del oro, niegan la contaminación del agua a pesar de la muerte de
animales y las enfermedades evidentes en los humanos. El estado no les exige
indemnizar a los afectados. Las comunidades se organizan, realizan marchas y
protestan en defensa de la vida, de sus territorios, de sus montañas y ríos que
son destruidos. Protestan porque el valor de la persona, de la vida humana está
por debajo del valor del dinero, del lucro, de la ganancia.
Hombres y mujeres enfrentan valientemente a los gobiernos, a las empresas y
en algunos casos al ejército que es utilizado para custodiar las minas, para
proteger los intereses privados de las empresas. Sufren amenazas, tortura y
muerte. Sobrevivientes que han sido baleados en sus propias casas por atreverse
a hablar y protestar tampoco han sido indemnizados por los daños y lesiones
sufridas, no se responsabiliza a nadie de los ataques a su persona.
Los empresarios hablan de la falta de entendimiento de las comunidades
sobre los beneficios de la minería. Beneficios, ¿para quién? Para producir un
anillo de oro de diez gramos se requiere dinamitar veinte toneladas de roca, destruir
las montañas con todo lo que hay en ella. Los empresarios se llevan el metal
precioso, dejan destrucción, enfermedad, miseria y muerte.
América Latina sigue siendo saqueada de metales preciosos, a más de
quinientos años de la invasión, los pueblos indígenas siguen sufriendo por
habitar territorios llenos de riquezas. La colusión de los gobiernos es
descarada, se valen de varias tácticas dilatorias para no cumplir con las
recomendaciones de la Comisión Interaméricana de Derechos Humanos, aprueban reformas
y modificaciones a la Constitución política de los países que permitan todas
las ventajas a las empresas mineras, niegan a los pueblos indígenas su derecho
a recibir información fidedigna y dar o negar el consentimiento sobre los
proyectos que afecten sus territorios.
El único derecho aceptable para los gobiernos es el que permite el dinero, siguen haciendo concesiones mineras en varios
países, a cambio de sobornos, a cambio de aumentar sus cuentas personales. Los
pueblos siguen luchando ante el abuso de un estado racista y colonial. Desde el
año 2000 cientos de hombres y mujeres han muerto en los distintos países,
siendo Guatemala el país con mayor número de muertos por esta causa.
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