sábado, 23 de junio de 2012

LA INVENCIÓN DEL GARROTE



LA INVENCION DEL GARROTE.
                                                                                                      
Hace miles años, cuando el hombre aún no sabía que era hombre, se comportaba como todos los seres salvajes del planeta. Su vida consistía en hacer solamente lo que hacen todos los animales: comer, dormir, sobrevivir y reproducirse. No era consciente de su existencia, no se preguntaba por el sentido de la vida, ni por su origen. Todas sus acciones estaban guiadas por el instinto. La meta de cada día, era solamente: llegar vivo al siguiente día.

Y esto hoy parecería algo ridículo y hasta de risa, pero en aquél tiempo, la tierra estaba habitada por enormes depredadores salvajes, y el hombre  era uno de sus platillos  favoritos. Y él no tenía ningún medio para enfrentarlos o defenderse de ellos. Así que, cuando el anochecer se acercaba, los hombres se apresuraban a buscar refugio en las cuevas de la montaña y en las más altas ramas de los árboles. Y en uno de esos días en que el hombre estaba encaramado sobre un árbol muy alto, debajo de él pasó una manada de grandes felinos dientes de sable. Justo en ese momento, una rama del árbol se desprendió para caer sobre la cabeza de uno de ellos. Al instante el animal cayó muerto sobre el suelo, con la cabeza sangrante. La manada se detuvo, lo olfateo, y cuando comprobó que no se levantaría más, se fue.

El hombre asustado miraba al enorme tigre, temiendo que aún pudiera pararse. Después de algunas horas de esperar cautelosamente, decidió bajar. Con gran detenimiento  observó al felino derribado, miró su cabeza rota, y sobre ella la rama. De súbito comprendió que la rama era un objeto que podía matar con un certero golpe. Comprendió el alcance de su descubrimiento. Tomó la rama y volvió a azotarla sobre la cabeza del tigre comprobando que nuevamente se le rompía. Saltó de gusto, al tiempo que comenzaba a golpear con la rama el tronco del árbol y comprobaba su resistencia.

Más tarde, se escondió detrás de unas rocas, acechando el paso de un ciervo que vio venir a lo lejos. Cuando  pasó a su lado, descargó sobre él, un fuerte golpe con la rama del árbol. Al momento cayó el ciervo muerto a sus pies.


Y así, fue la historia del primer cazador, que inventó el uso del garrote como primer arma.  

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