SUEÑO MUSICAL
Es un día entre semana de
abril de 2005, me subo al transporte público, rumbo a la ciudad más cercana, a
mi lado se sienta un señor que he visto con frecuencia en el lugar en donde
vivo, no sé su nombre, él tampoco el mío. Pero reconozco a la familia a la que
pertenece, me pregunta mi nombre, sé que es una persona confiable, sin problema
se lo digo, entonces me ubica dentro de mi familia. Le pregunto quién es él, me
dice su nombre, de inmediato sé de quién se trata.
Como a muchas personas
mayores, a mi padre, le gusta contarme la historia de vida de algunas personas
del pueblo, personas a las que no he conocido nunca, pero él me dice a qué
familia pertenece, de cuántos hijos formaban esa familia y cuál era su lugar en
la larga lista de hermanos. Alguna vez, mi padre me habló de este señor, sin
que yo lo conociera, me dijo que era un hombre muy talentoso en la música y que
formó parte de la banda del estado, por muchos años. Una de las personas que se
quedó a vivir en la ciudad y muy pocas veces visita a su familia en el pueblo.
Me corrobora la historia
contada por mi padre, que estudió música con muchos sacrificios, pues como
todas las familias de un par de generaciones antes, tenía muchos hermanos y sus
padres campesinos no estaban en posibilidad de pagar los estudios de todos sus
hijos. Pero él emigro a la ciudad muy joven a trabajar y estudiar lo que le
gustaba. Él quería ser un músico, pero no un músico lírico, sino un músico con
estudios y con esmero y entusiasmo lo consiguió. Logrando formar parte de la
banda del estado, hazaña que no era fácil de conseguir.
El haber conseguido su
propósito le enorgullecía y hacía sentir feliz, pero tenía un sueño más, ahora
que era un hombre mayor, cuando no tenía la responsabilidad de mantener a sus
hijos y tenía tiempo libre, quería volver al pueblo, para enseñar música a los
jóvenes que quisieran formar parte de una banda para el pueblo. Pues su otro
trabajo era maestro de música. Ciertamente el pueblo contaba con dos bandas de
músicos, las cuales eran muy necesarias para los muchos festejos de la
comunidad y porque en los velorios y entierros también es costumbre, todavía, que
se acompañe al difunto con música de banda.
Persiguiendo su sueño,
había visitado el pueblo varias veces en los últimos meses, tratando de
encontrar a los jóvenes que quisieran aprender música y formar parte de la
banda del pueblo, pero aún no encontraba quien se interesara en su proyecto. Él
quería compartir lo que mejor había aprendido a hacer en la vida, que los jóvenes
tuvieran una oportunidad con la música, y quería retribuir al pueblo donde
había nacido, para que tuviera una banda profesional. Y como muchas personas
sabias dicen, los deseos del corazón, siempre se cumplen.
Un día, por fin, logró
formar un grupo de varios jóvenes entusiastas que comenzaron a tomar clases de
música, dos horas por la tarde------ veces a la semana. Como es propio de la
juventud, algunos de ellos querían tocar los instrumentos de inmediato, pero
era necesario educar primero su oído, enseñarles, el ritmo, los tiempos,
lecciones que para algunos de ellos eran fastidiosas y como era de esperarse,
algunos dejaron las clases, no obstante, una cantidad suficiente continuó su
aprendizaje.
Después de varias
lecciones, y cuando el maestro lo consideró adecuado, comenzaron con los
instrumentos. Cada quien eligió el que le pareciera mejor y poco a poco fueron
confirmando su elección y en algunos casos, cambiaron de instrumentos. Hubo
quien aprendió a tocar más de un instrumento. Meses de ensayos fueron
necesarios hasta que lograron el dominio de su instrumento musical y mientras
tanto, el grupo se consolidaba, quedando al final, quienes formarían parte de
la banda. Siguió el ensayo de algunas piezas musicales, comenzando por las que
son más tradicionales en los festejos.
Eligieron el nombre de su
banda, el cual hace alusión al nombre del santo patrono del pueblo, y una pieza
musical que sería la apertura y cierre de su presentación en cada evento que
amenizaran. Y por fin, comenzaron a trabajar como una banda musical, dándose a
conocer en las localidades aledañas. Su maestro les recomendó que siguieran
reuniéndose para sus ensayos, pues llegó el día en que el maestro dejó de
impartirles clases, señalando que ya podían continuar solos, pues sabían todo
lo necesario. Pero los ensayos serían siempre necesarios y constantes para
actualizarse en las nuevas piezas musicales y coordinarse bien entre ellos.
No obstante, todas las
lecciones y recomendaciones que el maestro les había dado, hubo un tiempo en
que los integrantes de la banda, consideraron que no necesitaban más ensayos,
como resultado su calidad al momento de ejecutar alguna pieza, se vino abajo,
entraban a destiempo, produciéndose sonidos discordantes y nada armónicos. Por
cuestiones de trabajo o personales, algunos miembros dejaban la banda por
algunos meses y esto hacía que buscaran reemplazos con otros músicos, pero el
resultado no era muy bueno. El éxito de la banda comenzó a decaer.
Algunos de sus miembros
muy talentosos también comenzaron a tocar en bandas más reconocidas, hasta que
desertaron de su banda original, pues recibían mejores pagos económicos en
otras. El más joven de sus miembros, que comenzó desde el inicio siendo apenas
un niño de diez años, logró desarrollar su talento musical de una manera muy
profesional, siendo reconocido por managers de otras bandas, por lo que se le
presentó la oportunidad de formar parte de bandas reconocidas a nivel nacional.
Desde su inicio a la
actualidad, algunos miembros de la banda han salido y otros se han integrado
para ser parte de ella. Ahora han retomado sus ensayos, y la calidad de sus
presentaciones ha mejorado. Ellos realizan esta actividad de manera
complementaria a sus otras profesiones o actividades laborales, y esto les permite
tener un ingreso complementario, lo que constituye una gran ayuda, hoy día en
que en el país la mayoría de los sueldos, no cubren ni siquiera la canasta
básica.
El maestro de música logró
su sueño, formar una banda en su pueblo, su contribución personal al lugar que
lo vio nacer. Y que, contribuye al mejoramiento de toda la localidad, pues
ofreció a los jóvenes una posibilidad que hoy se traduce en una fuente de
ingreso adicional a su economía y con ello, a una mejor calidad de vida de sus
familias. De ella surgieron posibilidades nuevas para algunos de sus miembros,
las cuales, tal vez, no hubieran sido posible, sin la preparación que el
maestro ofreció a sus alumnos. Y así, esto es una muestra del impacto que
pueden causar nuestras acciones en la vida de los demás.
A los pocos años, el
maestro falleció de manera repentina, pero su legado permanecerá, por mucho
tiempo.