HIJOS DE LAS ESTRELLAS
Hace muchos, muchos años, una muy evolucionada civilización
visitó este hermoso y exuberante planeta, ellos eran habitantes de una lejana
estrella, por miles de años habían estado observando al hombre primitivo, que
en aquélla época, apenas tenía los conocimientos más básicos para su
sobrevivencia.
Ese hombre no se cuestionaba por su existencia, pues no
tenía capacidad para hacerlo, su pensamiento era primitivo, limitado a las
cuestiones más inmediatas del entorno, pero en su mirada profunda, los
habitantes de la lejana estrella, miraron un gran potencial de evolución. Ellos
viajaban periódicamente a las distintas galaxias del universo, eran conocedores
de los planetas habitados y de los seres que en ellos vivían. Alguna vez, en un
lejano planeta, había descubierto la misma mirada, de los humanos, y con toda
la sabiduría y conocimiento que poseían sobre el origen y evolución de los
seres vivos, habían ayudado en aquéllos planetas para un desarrollo más
acelerado de aquéllos seres.
La tierra, no sería la excepción, cuando vieron que el
hombre tenía posibilidades de evolucionar, decidieron ampliar los límites de su
conciencia, entonces con su tecnología tan avanzada, hicieron en el ADN de los
humanos las modificaciones necesarias para que fuera capaz de aprendizajes más
complejos y de ser auto reflexivo. Algunas leyendas de tribus antiguas recogen
este momento metafóricamente, y en la biblia se habla del fruto del árbol del
conocimiento que probaron el hombre y la mujer. Millones de años después
algunas religiones, construidas por el hombre con intenciones de manipular al
ser humano, darían a esta historia un sentido perverso, culpando a la mujer de
desobediencia hacia al creador.
Pero la historia es muy distinta, una historia que por
miles de años ha permanecido en la oscuridad, con el propósito de subyugar a la
mujer e impedir el crecimiento de la humanidad. En aquél tiempo, el hombre
nuevo, aprendía directamente de grandes maestras, ellas eran las mujeres
sacerdotisas de su civilización y quienes decidieron permanecer en este planeta
para guiar a los humanos. Pero el conocimiento que ellas transmitían no se
refería a la tecnología, pues esto era algo que el hombre tendría que aprender
por sí mismo. Ellas enseñaban al hombre sobre su origen divino, sobre su
conexión con el universo y con todo lo que existe. Sobre la conciencia del
universo, del planeta, de la relación del hombre con ellos.
Muchas tribus antiguas fueron guiadas por las maestras de
aquella estrella y sus conocimientos fueron transmitidos a las mujeres de cada
tribu, pues ellas siempre han sido las más indicadas para recibirlos. Ellas,
por ser las creadoras de vida, por su natural capacidad de ser más intuitivas y
compasivas hacia los demás. Ellas fueron las mejores guías y maestras en sus
tribus, las cuales se regían por un gran respeto a la naturaleza y a la madre
tierra. Se enseñaba al hombre su lugar dentro de la creación, un ser
íntimamente relacionado con todo y parte de lo mismo. El hombre lo comprendía,
sabía que algunos animales y plantas fueron creados para su propia
alimentación, pero no se ufanaba de ello, ni se sentía superior. No, aquél
hombre consciente, respetaba y agradecía a estas plantas y animales que
estuvieran ahí para alimentarlo.
Cada vez que el hombre requería de ellos para su
sobrevivencia, los tomaba con respeto y ellos lo sabían y colaboraban. Así, el
hombre sabía que si requería de la carne de un búfalo, conejo, ave, jabalí o
venado, tenía que hacérselo saber. Entonces acudía con las chámanas de la
tribu, quienes tenían una relación y comunicación con todos los seres y les
preguntaban en dónde debían ir a buscar al animal, y ellas se los decían. Ellas
hablaban con el alma del animal, para que acudiera al llamado y ofrendar su
vida para la alimentación de la tribu. Los hombres, antes de salir de cacería,
hacían un ritual, para pedir la ayuda y protección del gran creador, que ellos
llamaban el gran espíritu. Cantaban y danzaban al ritmo de los tambores, para
entrar en armonía con los elementos de la naturaleza y dar su agradecimiento.
Ellos salían en busca de su alimento, el cual siempre
encontraban en el lugar indicado, tomaban su vida y le agradecían al espíritu
del animal. Antes de alimentarse tomaban una porción del animal y la ofrendaban
a los espíritus de la naturaleza, pues ellos sabían que las plantas, los
árboles, las montañas, el agua, el viento, todos eran elementos conscientes a
quienes debía respetar y estar en armonía con ellos. Así, nunca tomaba más de
lo estrictamente necesario, consciente del equilibrio que debía mantener, ocupaban
absolutamente todo lo que era el animal, no sólo su carne comestible, sino
también su piel, para abrigo y calzado, los tendones y huesos para herramientas
de trabajo o de caza. Algunas tribus aisladas en este planeta, hoy en día,
todavía siguen estas costumbres, lo que les ha permitido sobrevivir en entornos
hostiles con éxito, además de preservar sus recursos naturales, sin causar la
devastación.
Las maestras de la lejana estrella, brindaron sus
conocimientos y las primeras mujeres conscientes lo recibieron, pero algunos
hombres, quisieron tener el poder y el control de las cosas e inventaron el
mal, el mal a quien pusieron un nombre y acusaron a las mujeres de dejarse
guiar por ese mal. Y empezaron a hacer cosas que creaban desarmonía, que
rompían la conexión con la naturaleza y la madre tierra y entonces, cuando
consultaban a las mujeres chamanas para que les dijera a donde ir de cacería,
ellos rompían el equilibrio, y el animal no se presentaba, el viento enfurecía,
se creaban tormentas y ellos, culpaban a la chamana del mal clima. Algunas
chamanas fueron expulsadas de sus tribus, o quemadas.
Y así, los hombres condenaron a las mujeres de todo mal, y
fueron condenadas a la exclusión, persecución y muerte. Poco a poco ellos
fueron tomando el control de todo y las mujeres perdieron todo su poder.
Algunas tribus recordaron su conexión con todo lo que existe, el respeto que le
deben a la naturaleza, que es la fuente de vida, para todos los seres vivos,
pero la mayoría de los hombres lo olvidaron, se sintieron superiores a todos y
a todo lo que existe y su violencia y su codicia no tuvo límite, destruyeron
civilizaciones enteras, sólo para tener el control de los recursos naturales
que poseían, comenzaron a tomar mucho más de lo que se necesitaba para vivir,
olvidaron el respeto, el agradecimiento, olvidaron incluso los rituales y su
conexión con el creador.
Las sociedades dirigidas completamente por hombres se
volvieron codiciosas y formaron ejércitos para sojuzgar otros pueblos y
naciones, para apoderarse de sus riquezas, y por miles de años su forma de vida
se basó en el poder sobre otros. Olvidaron la sabiduría, la compasión, el amor,
todas las enseñanzas que sus padres originales y maestras de las estrellas
habían dado a las mujeres para que se gobernaran con ellas y pudieran mantener
el equilibrio con el planeta.
Los padres de las estrellas, miraron al hombre hacer, lo
que hombres de civilizaciones ancestrales ya habían hecho alguna vez y que los
llevó a la extinción. Algunas tribus de la presente civilización, recogen ese
conocimiento, como parte de sus mitos,
así, los mayas, los hopis y otros, hablan de las extintas civilizaciones, que
la historia oficial se niega a considerar a pesar de tantas evidencias, que
demuestran que hubo anteriormente, civilizaciones que tuvieron tecnología más
avanzada que la actual.
Parecía que esta civilización se auto-exterminaría como las anteriores, pero algunos cambios, abrieron
la posibilidad de una evolución mayor y entonces, los padres de las estrellas
comenzaron a hacer cambios en la energía de la tierra para incrementar la
posibilidad del humano actual del crear una sociedad más evolucionada, como ya
la hay en otros planetas habitados. Los humanos que tienen conocimiento de
esto, trabajan difundiendo el mensaje,
dando a conocer la información que reciben de aquéllos seres altamente
evolucionados, pero los humanos que se benefician de vieja forma de energía y
de vida, que tienen el control y poder de las sociedades, tratan de evitar el
cambio, creando el caos a través de la desinformación y la manipulación, pues
quieren que el hombre común siga ignorando su verdadero origen y su poder, su
capacidad de crear algo mejor para
todos.
Pero hoy, la energía planetaria esta lista para recuperar y
reintegrar el poder de la naturaleza femenina que fue excluido de todo lo que
gobierna el planeta. Algunos humanos están contactando con su poder interno a
través de su intuición, hombres y mujeres que empiezan a guiarse y tomar
decisiones importantes, basadas en la sabiduría, la compasión y el amor. El
reto es enorme, pues la energía dominante quiere perpetuarse y seguir teniendo
el control.
Si alguna vez, escuchaste una voz, que no supiste de dónde
provenía pero que era la respuesta que necesitabas, no lo dudes, esa voz
provenía de tu interior, de tu conexión con los maestros superiores que se
comunican contigo para tu mejor bien. Esa voz llena de sabiduría, contiene todas
las respuestas que necesitas, pero tienes que aprender a escucharla mejor, a
estar en paz y quietud para oírla
claramente. Los que tienen el poder y control no quieren que la escuches, te
dirán que estás loco, que estás poseído por una entidad maligna, te
desacreditarán de cualquier modo, porque no quieren que la escuches, pues saben
el poder que tiene, saben que cuando el ser humano se guíe por el amor, la
compasión y la sabiduría que hay dentro de cada uno, ellos no tendrán más
poder.
Ahora han creado el mayor caos, para que tu no escuches
dentro de ti, para que te distraigas con el caos y ruido externo, ellos harán
todo lo posible porque todo continúe como está, te llenarán de pánico si lo
permites, no quieren que uses el poder superior que tienes. Y tienen la manera
de hacerlo, porque el mal se difunde en un segundo, pero el bien la mayoría de
las veces pasa desapercibido. Te harán creer que tus buenas acciones son
irrelevantes, y algunas veces te harán sentir un tonto, porque eliges hacer el
bien, cuando otros, a todas luces hacen el mal y se enriquecen a sí mismos a
costa de los demás. Pero debes saber que no eres el único que siente compasión
y amor por los demás, una gran cantidad de seres humanos han comprendido y se
mantienen firmes realizando acciones de beneficio común.
Los habitantes de las estrellas vinieron hace miles de
años, hicieron las modificaciones en el adn de los humanos para permitirle una
mayor evolución y aprendizaje, ahora volvieron para elevar la energía del
planeta y crear las condiciones necesarias para la evolución de la humanidad,
para una civilización más avanzada. Ellos están dispuestos a ayudar al humano,
dispuestos a guiarlos, como lo hicieron alguna vez, en los comienzos de la
civilización, sólo esperan que el humano escuche, esa voz y actúe. Ellos son
los padres de esta humanidad, de estos hijos de las estrellas que recién
comienzan a descubrir su verdadero origen y poder.
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