CARTA
A MIS LECTORES VI
DICIEMBRE
DE 2017
Llegó diciembre, el mes de los recuentos, el
que para muchos es triste porque marca el fin de un ciclo, pero es también el
mes de las celebraciones. Como desde hace ya algunos años, ha sido un placer
escribir sabiendo que en varios puntos del planeta tantas personas esperan mis
letras.
Agradezco profundamente toda la información,
videos, fotos, canciones, conferencias, documentales, libros, revistas que me
hacen llegar tan oportunamente. Así como ustedes han disfrutado de mis
creaciones yo también he pasado momentos muy gratos revisando y viendo el
material que recibo de los distintos lugares, del arte que cada uno de ustedes
crea en los distintos espacios en que se mueve, música, naturaleza, pintura,
fotografía, poesía y escritura. Es asombroso descubrir tanto talento por todo
el mundo.
México vivió una sacudida violenta, la madre
tierra nos demostró lo vulnerable e indefensos que somos ante su poder, se
evidenció un México que parecía no existir, pero que en un momento de crisis
brillo intensamente en la oscuridad. Un pueblo solidario, que es capaz de
superar adversidades, un pueblo trabajador, que no se rinde. Como nación hay un
profundo orgullo por la juventud que demostró su valor, organización, eficacia
y solidaridad. Una lección valiosa nos dejó esa sacudida, más allá del miedo
inmediato, queda un sentimiento de solidaridad, de colaboración, un
recordatorio de lo que es más importante en nuestras vidas: nuestra familia,
nuestros seres queridos. Por un momento se borraron las diferencias, para
experimentar que todos somos seres humanos y que unidos podemos superar
cualquier situación.
La impresión general es que los temblores van a
continuar, una gran mayoría lo ha asimilado y aceptado tal cual. Asumiendo
nuestra incapacidad para hacer nada ante el poder de la naturaleza. Hay un
deseo de acercarse más a la familia a los amigos, de olvidarse de rencillas sin
sentido, de disfrutar intensamente de cada momento, sabiendo que nuestra
existencia no es eterna. Una minoría continúa aterrada ante el miedo de perder
la vida o quedar atrapado en los escombros de algún derrumbe, viendo en un
fenómeno natural el apocalipsis.
Agradezco a la mi creador el regalo de la vida
que me otorga, la salud y todas las bendiciones que he recibido a lo largo del
año. Muchas sorpresas agradables, entre ellas el continuar escribiendo y ser
leída por tan gratas personas que me hacen saber de las acciones que toman para
colaborar en crear un mejor mundo para todos. Es cierto que en algunos
aspectos, parece no haber un gran avance como humanidad, pues la guerra, discriminación,
explotación, segregación, abuso y persecución continúa en tantos lugares del
planeta, no obstante, pequeños cambios, pequeñas elecciones harán poco a poco la diferencia.
Cuando nuestros propósitos de inicio de año, no
sean sólo de beneficio personal, estaremos creando un mundo mejor. Hoy hay ya
una gran cantidad de personas que se preguntan: ¿cómo puedo contribuir a
mejorar este mundo?, ¿Cómo puedo ayudar a los demás? Las acciones son múltiples
por doquier. Fotógrafas que montan exposiciones de los verdaderos superhéroes
de nuestra sociedad: los inmigrantes que realizan los trabajos más pesados, los
periodistas que realizan su labor de información aún con riesgo de su propia
vida, los luchadores sociales, hombres y mujeres que altruistamente colaboran
en albergues para atender a personas marginadas, los que trabajan en proyectos
de limpieza de la contaminación del mar, todos desde sus lugares y con sus
talentos y recursos propios.
Si nos proponemos tan sólo una acción para
beneficio de la mayoría, los resultados serán asombrosos. Se producirá un
efecto dominó que definitivamente nos implicará a todos. Los invito a sumarse a
la cadena de acciones que mejoren nuestra vida en general. Todos tenemos algo
con lo cual contribuir.
Un saludo a todos los lectores de todo el mundo
que cada día son más, a todas las organizaciones y colectivos que trabajan
intensamente para el bien general, a todos los artistas que me comparten su
obra y me hacen pasar momentos verdaderamente gratos. A lo largo de estos años
hemos compartido tantas cosas, algún día fui cuestionada sobre mi decisión de
regalar mi producción literaria a través de este blog, pues una gran mayoría
elegiría no hacerlo. Muchos argumentan no tener dinero para hacer algo como
esto, en realidad yo tampoco lo tengo, y a pesar de ello, lo hago. Algunas
veces no he podido escribir por falta de computadora, pero aunque mis manos no
puedan escribirlas temporalmente, mi mente está siempre trabajando en las
nuevas ideas o en las formas de concretar las historias que quiero contar. Es
verdad, no recibo ninguna retribución económica por mi escritura, pero la
satisfacción de lo que muchos de mis lectores me comparten es tan valiosa, que
es un motivo más que suficiente para seguir escribiendo y compartiendo. Algunos
me llamarán idealista, poco práctica, es irrelevante. Lo cierto es que lo hago
porque puedo, porque quiero y porque es una experiencia maravillosa la forma
cómo ha ido evolucionando y las implicaciones que ha tenido.
Un saludo para todos los pequeños seguidores de
este blog, en verdad que he disfrutado tanto sus comentarios, cartas y dibujos.
Gracias por hacerme saber de la existencia del ratón Pérez y del dragón de los
dientes. Qué alegría que el hada de los dientes, haya motivado tantas
respuestas, incluso de las mantis sagradas. Me he reído tanto con sus cuentos
tan geniales y espero que cesen las disputas sobre quién de todos es el mejor.
Sí, aquí en México quien originalmente se hacía cargo de los dientes eran el
ratón, pero actualmente son muchos los niños que son visitados por el hada de
los dientes. Algunos niños me compartieron que ya pudieron cobrar su dinero
atrasado y espero que en este momento todos los niños hayan recibido el pago de
sus dientes, ya sea por el ratón, el hada o el dragón. Aunque he sabido de
algún ratón que no pudo entregar el pago debido al ataque de alguna mascota de
la casa en que vive un niño. En fin, espero que todo salga bien, y si algún
padre recibió el pago se lo haga llegar al niño que le corresponde. Pediré al
ángel de la guarda de los niños que ayuden a que quienes aún no tienen su
dinero, puedan recibirlo.
Los invito a perseguir sus sueños con
entusiasmo y esperanza. Deseo que puedan llenar de amor y alegría sus corazones
tanto que les sea imposible no compartirlo. Que su alma y su espíritu esté tan
llena que puedan sentir que no les hace falta nada, que se sientan tan
confiados y seguros y desaparezca la necesidad de comprar y acaparar cosas en
exceso.
Muchas gracias a todos, por compartir parte de
su vida, de su trabajo, de sus historias y de su tiempo para leer lo que
escribo.
Que el amor, la paz y la esperanza permanezca
por siempre con nosotros.
Gracias
Gracias
Gracias
Atenea del bosque