LAS LUNAS
Es el penúltimo
mes del año. Se aproxima una reunión siempre esperada con mis amigas. Un grupo al que me incorporé hace cinco años. Tuve el honor de ser invitada a
compartir en él por su propia fundadora.
Si bien la invitación la recibí en el mes de marzo de 2010, sólo pude
coincidir en las fechas hasta el mes de diciembre para poder asistir.
Cuando
recibí la invitación, no imaginé la grata sorpresa que me esperaba ahí: las
amigas más maravillosas y queridas que he podido encontrar. Ellas se
autonombraron a sí mismas las lunas, porque la reunión se realizaba el sábado
más cercano a la luna llena.
Aquél
diciembre en que acudí por primera vez, conocía únicamente a la fundadora y a
dos de ellas las había saludado un par de veces. A las demás las fui conociendo
con el tiempo. Todas ellas mujeres profesionistas y por cierto, muy exitosas.
Una reunión sólo de mujeres, sin llevar hijos, ni esposos, esa era la única
condición.
Un grupo
en el que no se trataba sólo de
divertirse, sino también de compartir conocimientos, experiencias, ayudarnos en
nuestros problemas, realizar meditacion. Comenzábamos a las cinco de la tarde
con un ritual de apertura en el que nos integrábamos como grupo y como parte
del universo.
Reconociéndonos como seres únicos, especiales, espirítuales.
Después
de esto, se iniciaba una actividad que alguna de nosotros ofrecía a las demás.
Los temas de lo más diverso. Yoga
kundalini, lectura del I ching, risaterapia, clowns, el cuerpo físico, el
cuerpo mental, el cuerpo emocional, el cuerpo psicológico, el cuerpo
espiritual, lectura de cartas de ángeles, en fin muchos temas, los cuales todos
estaban enfocados a mejorar nuestra vida.
La
tercera parte de la reunión era para compartir aspectos de nuestra vida
personal. Cada una tenía un espacio de
más o menos siete minutos para contar lo que quisiera compartir. Enseguida las
que escuchábamos le hacíamos sugerencias, le dábamos nuestro apoyo o ayuda,
según se requiriera. Y la última parte
estaba enfocada a degustar los bocadillos, ensaladas, pasteles, vino, postres
que cada una una llevaba.
A lo largo de estos años hemos compartido
mucha alegría, pérdidas, triunfos, cambios, dolor, enfermedad, siempre con un
gran apoyo. Desde el año pasado las
reuniones han cambiado, sin que por ellos nuestro vínculo afectivo haya
disminuido. No siempre podemos coincidir todas, aunque lo intentamos. La
fundadora se ha mudado de la ciudad y no siempre nos acompaña, pero seguimos
compartiendo con ella con el mismo entusiasmo.
En este
grupo todas nos hemos sentido apoyadas y queridas. Cada una de nosotros ha crecido notablemente en distintos aspectos de
su vida. Algunas hemos hecho cosas que
antes eran impensables, por ejemplo, yo comencé a escribir y abrí un blog con
la intención de hacerme un hábito de escritura. Mis demás compañeras también han
hecho cosas muy distintas, siempre para bien.
En
noviembre pasado fue nuestra última reunión. Por primera vez, decidimos hacer
una fogata y cocinar en ella nuestros bocadillos. Como siempre todas llegamos
muy entusiasmadas. Notamos que faltaban
algunas cosas para cocinar. Mientras tres de nosotras encendimos la fogata,
dos de ellas fueron a la tienda.
Con el fuego
encendido nos sentamos alrededor. Una de nuestras compañeras trajo una
sorpresa. Un rebozo que desde la india comenzó a circular en un grupo de
mujeres, para hacer una oración por una petición personal, familiar y mundial. Dicho
rebozo lleva ya algunos años viajando por el mundo y llegó a nuestra ciudad en
un grupo de meditación de una amiga luna, quien lo pidió para honrarlo en
nuestro círculo.
El
propósito era que cada una de nosotras lo tuviera entre sus manos en tanto las
demás cantaban una oración, para hacer una petición personal, familiar y
mundial. Tres vueltas dio el rebozo en nuestro circulo, para que cada una
hiciera sus tres peticiones.
Las
palabras que entonamos fueron: govinde, mukande, udare, pare, hariang, kariang,
nirname, akame. Cuyos significados respectivos son sostenedor, liberador,
iluminador, infinito, destructor, creador, sin nombre, sin deseo. En este mes de diciembre, un lector de mi
propio país me escribe las mismas palabras diciéndome que este es un lenguaje
de hadas. Si esto es así, entonces me toca compartirlo con ustedes.
Así pues, en nuestra reunión de lunas,
después de hacer nuestras peticiones con el rebozo, compartimos algunas
experiencias personales, más tarde la comida y finalmente cantamos y bailamos
hasta que llegó la hora de irse.
El rebozo
que estuvo en nuestras manos es una muestra de que en diferentes lugares del
mundo hay grupos de mujeres creciendo. Así como el año pasado, que en España un
grupo celebró su reunión y cerró su circulo con la música del blog.
Prueba de
ello, es también un poema que escribió una lectora y que quiero compartir,
especialmente a los círculos de mujeres de todo el mundo y que particularmente
a mí, me remite al libro de Clarissa Pinkola, “Mujeres que corren con lobos”:
“ Soy la hija de un pasado de mujeres que encendieron el
fuego,
que regaron la tierra con su sangre,
que parieron con placer y nutrieron con sus pechos.
Soy hija de los hombres que honraban el vientre de mis
abuelas
Y nos sabían serpientes, lobas, hermosas
Soy hija de las mujeres-bosque
Que corrían desnudas por la tierra mojada y mojaban sus
vientres con ella
Soy hija de las mujeres-madre
Que amaban a los árboles como a sus hij@s
Y ofrecían su cuerpo como alimento
Soy la mujer que recuerda
Soy la mujer que corre desnuda por el bosque
La loba
La que se arranca la ropa
Y se da cuenta que también respira por el útero
Y por los brazos
Y por los pies
Y por el pecho
Y que la ropa es la red, la trampa
Soy la que sabe que la tierra cura
Y abre las piernas y se cura con ella
Ungüento sagrado
Mujer sagrada mujer de luz
Mujer de sombra
Diosa de la muerte y de la vida
Que lleva en su vientre el recuerdo
Recuerda en tu vientre, mujer
Recuerda en tu vientre
Recuerda en tu vientre
Y enciende la hoguera… “
Un año
más, que cierra la navidad con una hermosa luna llena, con algunas lobas que
dejan crecer y crear a su fuerza, a su pensamiento, a su imaginación, a los deseos del corazón y a los sueños. Como
el círculo de lunas que nació del sueño de la fundadora. Un sueño en donde
podía tener a sus mejores amigas juntas, un sueño al que yo llegué y del que
aún formo parte. Un sueño que se mezcló con el sueño de otras mujeres que
mandaron un rebozo al mundo para hacer oración.
Por eso
quien quiera que seas, escucha dentro de ti, los deseos de tu corazón y realiza
tus sueños, porque juntos haremos el más grande y hermoso sueño que pueda
haber. Ni siquiera… puedes imaginarlo.
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