jueves, 31 de diciembre de 2015

LAS LUNAS



LAS LUNAS


Es el penúltimo mes del año. Se aproxima una reunión siempre esperada con mis amigas.  Un grupo al que me incorporé hace cinco  años. Tuve el honor de ser invitada a compartir en él por su propia fundadora.  Si bien la invitación la recibí en el mes de marzo de 2010, sólo pude coincidir en las fechas hasta el mes de diciembre para poder asistir.


Cuando recibí la invitación, no imaginé la grata sorpresa que me esperaba ahí: las amigas más maravillosas y queridas que he podido encontrar. Ellas se autonombraron a sí mismas las lunas, porque la reunión se realizaba el sábado más cercano a la luna llena.





Aquél diciembre en que acudí por primera vez, conocía únicamente a la fundadora y a dos de ellas las había saludado un par de veces. A las demás las fui conociendo con el tiempo. Todas ellas mujeres profesionistas y por cierto, muy exitosas. Una reunión sólo de mujeres, sin llevar hijos, ni esposos, esa era la única condición.


Un grupo en el que  no se trataba sólo de divertirse, sino también de compartir conocimientos, experiencias, ayudarnos en nuestros problemas, realizar meditacion. Comenzábamos a las cinco de la tarde con un ritual de apertura en el que nos integrábamos como grupo y como parte del universo. 


Reconociéndonos como seres únicos, especiales, espirítuales.


Después de esto, se iniciaba una actividad que alguna de nosotros ofrecía a las demás. Los temas  de lo más diverso. Yoga kundalini, lectura del I ching, risaterapia, clowns, el cuerpo físico, el cuerpo mental, el cuerpo emocional, el cuerpo psicológico, el cuerpo espiritual, lectura de cartas de ángeles, en fin muchos temas, los cuales todos estaban enfocados a mejorar nuestra vida.


La tercera parte de la reunión era para compartir aspectos de nuestra vida personal.  Cada una tenía un espacio de más o menos siete minutos para contar lo que quisiera compartir. Enseguida las que escuchábamos le hacíamos sugerencias, le dábamos nuestro apoyo o ayuda, según se requiriera.  Y la última parte estaba enfocada a degustar los bocadillos, ensaladas, pasteles, vino, postres que cada una una llevaba.


A lo largo de estos años hemos compartido mucha alegría, pérdidas, triunfos, cambios, dolor, enfermedad, siempre con un gran apoyo. Desde el año  pasado las reuniones han cambiado, sin que por ellos nuestro vínculo afectivo haya disminuido. No siempre podemos coincidir todas, aunque lo intentamos. La fundadora se ha mudado de la ciudad y no siempre nos acompaña, pero seguimos compartiendo con ella con el mismo entusiasmo.


En este grupo todas nos hemos sentido apoyadas y queridas. Cada una de nosotros ha  crecido notablemente en distintos aspectos de su vida. Algunas hemos hecho  cosas que antes eran impensables, por ejemplo, yo comencé a escribir y abrí un blog con la intención de hacerme un hábito de escritura. Mis demás compañeras también han hecho cosas muy distintas, siempre para bien.


En noviembre pasado fue nuestra última reunión. Por primera vez, decidimos hacer una fogata y cocinar en ella nuestros bocadillos. Como siempre todas llegamos muy entusiasmadas.  Notamos que faltaban algunas cosas para cocinar. Mientras tres de nosotras encendimos la fogata, dos de ellas fueron a la tienda.


Con el fuego encendido nos sentamos alrededor. Una de nuestras compañeras trajo una sorpresa. Un rebozo que desde la india comenzó a circular en un grupo de mujeres, para hacer una oración por una petición personal, familiar y mundial. Dicho rebozo lleva ya algunos años viajando por el mundo y llegó a nuestra ciudad en un grupo de meditación de una amiga luna, quien lo pidió para honrarlo en nuestro círculo.


El propósito era que cada una de nosotras lo tuviera entre sus manos en tanto las demás cantaban una oración, para hacer una petición personal, familiar y mundial. Tres vueltas dio el rebozo en nuestro circulo, para que cada una hiciera sus tres peticiones.


Las palabras que entonamos fueron: govinde, mukande, udare, pare, hariang, kariang, nirname, akame. Cuyos significados respectivos son sostenedor, liberador, iluminador, infinito, destructor, creador, sin nombre, sin deseo.  En este mes de diciembre, un lector de mi propio país me escribe las mismas palabras diciéndome que este es un lenguaje de hadas. Si esto es así, entonces me toca compartirlo con ustedes.


Así pues,  en nuestra reunión de lunas, después de hacer nuestras peticiones con el rebozo, compartimos algunas experiencias personales, más tarde la comida y finalmente cantamos y bailamos hasta que llegó la hora de irse.
El rebozo que estuvo en nuestras manos es una muestra de que en diferentes lugares del mundo hay grupos de mujeres creciendo. Así como el año pasado, que en España un grupo celebró su reunión y cerró su circulo con la música del blog.


Prueba de ello, es también un poema que escribió una lectora y que quiero compartir, especialmente a los círculos de mujeres de todo el mundo y que particularmente a mí, me remite al libro de Clarissa Pinkola, “Mujeres que corren con lobos”:


“ Soy la hija de un pasado de mujeres que encendieron el fuego,
que regaron la tierra con su sangre,
que parieron con placer y nutrieron con sus pechos.
Soy hija de los hombres que honraban el vientre de mis abuelas
Y nos sabían serpientes, lobas, hermosas
Soy hija de las mujeres-bosque
Que corrían desnudas por la tierra mojada y mojaban sus vientres con ella
Soy hija de las mujeres-madre
Que amaban a los árboles como a sus hij@s
Y ofrecían su cuerpo como alimento
Soy la mujer que recuerda
Soy la mujer que corre desnuda por el bosque
La loba
La que se arranca la ropa
Y se da cuenta que también respira por el útero
Y por los brazos
Y por los pies
Y por el pecho
Y que la ropa es la red, la trampa
Soy la que sabe que la tierra cura
Y abre las piernas y se cura con ella
Ungüento sagrado
Mujer sagrada mujer de luz
Mujer de sombra
Diosa de la muerte y de la vida
Que lleva en su vientre el recuerdo
Recuerda en tu vientre, mujer
Recuerda en tu vientre
Recuerda en tu vientre
Y enciende la hoguera… “


Un año más, que cierra la navidad con una hermosa luna llena, con algunas lobas que dejan crecer y crear a su fuerza, a su pensamiento, a su imaginación,  a los deseos del corazón y a los sueños. Como el círculo de lunas que nació del sueño de la fundadora. Un sueño en donde podía tener a sus mejores amigas juntas, un sueño al que yo llegué y del que aún formo parte. Un sueño que se mezcló con el sueño de otras mujeres que mandaron un rebozo al mundo para hacer oración.



Por eso quien quiera que seas, escucha dentro de ti, los deseos de tu corazón y realiza tus sueños, porque juntos haremos el más grande y hermoso sueño que pueda haber. Ni siquiera… puedes imaginarlo.

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