19 de septiembre de 1985, un gran terremoto sacude a la república mexicana,
el epicentro en las costas de Guerrero, la capital del país se ve devastada.
Miles de construcciones se vienen abajo matando al instante a miles de personas
y dejando atrapadas a otras tantas. La reacción del gobierno, es lenta, poco
eficente e incapaz de satisfacer las demandas de ayuda. La población civil
responde de inmediato, sin importar riesgos, hambre o cansancio, con sus
propias manos retiran escombros de
edificios, casas, escuelas en un intento desesperado por rescatar a los
sobrevivientes.
Los parques se llenaron de cadáveres desconocidos, algunos fueron
localizados por sus familiares, otros fueron a dar a fosas comunes. La cantidad
real de personas muertas, desaparecidas en los escombros que jamás fueron
rescatadas o recuperadas, es imposible de conocer. A los pocos días el olor a
putrefacción era insoportable y las ratas pululaban entre los escombros
alimentándose de los cuerpos muertos. Muchos años fueron necesarios para
recuperarse, las muestras de ayuda y solidadridad de muchas naciones no se hizo
esperar, y a pesar de su intención, mucha ayuda no llegó nunca a quienes
verdaderamente la necesitaban.
19 de septiembre de 2017, como todos los años posteriores a 1985, las
escuelas primarias realizaron un simulacro de terremoto, actividad
institucionalizada con el propósito de entrenar a los niños en cómo protegerse
durante un sismo. La posibilidad de que un terremoto de grandes proporciones
ocurriera en al misma fecha, en el mismo país era casi imposible, pero ocurrió.
La mayoría de los niños y maestros hicieron lo esperado ante tal evento y
sacaron rápidamente a los alumnos de los
salones, concentrándose en los puntos más seguros previamente identificados,
evitando pérdidas humanas. Pero no pudieron evitar el llanto y terror mientras
escuchaban a la tierra rugir y moverse bajo sus pies, al ruido de los edificios
derrumbándose, a los cristales rompiéndose. Los padres ansiosos y temerosos en
medio del caos, llegaron tan pronto como les fue posible.
Después del terremoto muchas escuelas han quedado inservibles, a punto de
derrumbarse, si bien la cultura de prevención dio sus frutos, pues las pérdidas
humanas son mínimas en relación a las ocurridas en el de 1985. En esta ocasión
los daños mayores ocurrieron fuera de la capital, en el estado de Morelos,
Puebla, Tlaxcala, estado de México, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, ultimos tres
estados que han sido devastados por el anterior temblor del 7 de septiembre. En
Morelos muchas iglesias completamente derrumbadas, otras a punto de hacerlo,
constituyendo un riesgo potencial para la población cercana.
La respuesta de la población de toda la república fue inmediata, siendo
como en el terremoto anterior, la principal fuente de ayuda. Los mexicanos han
aprendido muchas lecciones, entre ellas, que del gobierno y sus instituciones
no pueden esperar gran cosa. Con el conocimiento de que gobierno del estado y
DIF acaparan la ayuda y no la hacen llegar a quien lo necesita, una gran
mayoría los ha pasado por alto, llevando
por su propia cuenta y directamente lo que han conseguido acopiar, a las
comunidades afectadas. De tal modo, que muchas comunidades estan siendo
auxiliadas sufragando sus necesidades más inmediatas y recibiendo al ayuda para
retirar escombros.
Sin embargo esta tarea es enorme para la población civil, han unido
esfuerzos para instalar centros de acopio y se han organizado entre familiares,
amigos y conocidos, hombres y mujeres, principalmente jóvenes universitarios,
de preparatoria y secundaria que con casco, guantes y herramientas, sin hacer
caso a sus diferencias colaboran para una causa común, preparando alimentos,
formando brigadas de trabajo y haciendo llegar la ayuda. Mientras el gobierno
impasible a la tragedia llena sus bodegas con la ayuda que llega de otros
estados, víveres y ropa que empaqueta con el sello el gobierno del estado, para
después pretender que gastó millones de pesos en los damnificados. Pero hoy no
es facil engañar a toda la población del mundo, por las redes circulan ya
videos de sus irregularidades y fechorías.
El obispo de la ciudad de Cuernavaca denunció a través de un video que tres
trailers con víveres y ropa fueron desviados y acaparados por el DIF, siendo
que los esperan en las casetas y con la ayuda de las patrullas de la policía
del gobierno, los escoltan a sus bodegas, siendo que algunas están
completamente repletas. Choferes de trailers con ayuda proveniente el estado de
Michoacan denuncian igual situación, haciendo mención que la orden fue dada por
la esposa del gobernador Graco Ramírez y quien es presidenta del DIF Morelos.
Igual ocurre en el eropuerto del estado de Morelos, donde ayuda enviada por
avión ha sido retenida, a pesar de que personas de Veracruz y México esperaban
su llegada con camiones propios para trasladarla directamente, a las
comunidades afectadas. La población
civil se acerca a los centros de acopio del gobierno para alertar a quienes
traen su ayuda a estos lugares y evitar que sigan acaparando las miles de cosas
que continuamente llegan. Y enla ciudad de México sucede igual situación en las
instalaciones del DIF a donde un ciudadano ha tenido el valor y corage para
presentarse y exigir que le den la ayuda que ha sido donada del pueblo, para el
pueblo, que las donaciones no deben de ser reetiquetadas con el logo del
gobierno y que sus procedimentos burocráticos son ineficientes ante la
emergencia de las comunidades. Agregando que no debe politizarse las donaciones
y exhortando a los ciudadanos a exigir sus derechos, pues bien se sabe, que
estas donaciones se reetiquetan para ser utilizadas durante las próximas
campañas políticas, para condicionar los votos, y repartir migajas a sus
agremiados
Por las redes sociales circula la petición firmada por millones de personas
para que el presidente de la república destine a los daminificados los millones
de pesos que se otorgan a los partidos políticos para la simulación de
elecciones. Pues una gran mayoria es consciente del fraude electoral, con el
que incluso Enrique Peña Nieto asumió la presidencia del país, es consciente de
las falsas promesas y saqueo de los políticos que llegan al poder. Los mexicanos no desean gastar millones de
pesos del erario público en publicidad de partidos políticos que carecen de propuestas serias para el bienestar de los ciudadanos.
¿Será esta respuesta de la población civil y de los jóvenes ante el estado
de emergencia del país, la organización solidaria, la conciencia y evidencia de
la clase gobernante de diputados, senadores, gobierno y sus instituciones, que
sólo se enriquecen en sus puestos políticos, sin trabajar realmente para el
pueblo, con sueldos, prestaciones y bonos dignos de reyes, que reciben
pensiones vitalicias y que heredan sus puestos a sus familiares, y que recientemente
aprobaron una reforma constitucional para poder reelegirse y seguir
enriqueciéndose impunemente, el primer paso, para un proceso de liberación de
ésta clase de parásitos que ha hundido al país en la miseria durante décadas?
Un país con gente trabajadora, a la que denominan despectivamente como prole,
pues de ella abusan, pero que no tendría que vivir en la miseria en un país con
tantas riquezas naturales, que son mal explotadas, y para beneficio de unos
pocos. Sólo el tiempo dirá si México está listo para seguir organizado y exigir
lo que es su derecho propio.
En Tepoztlán Morelos, el diputado Francisco Navarrete, anterior presidente
municipal, se acercó a los jóvenes del centro de acopio y distribución, para
ofrecer una cuenta recién abierta para recaudar fondos para los damnificados,
ofrecimiento que fue rechazado pues es de sobra conocido la falta de calidad moral
de los políticos morelenses. Los jóvenes que en su mayoría provienen del
Distrito Federal se han mostrado eficientes en el acopio y clasificación de la
ayuda que reciben, y que de inmediato es trasladada sin la ayuda de ningún
intermediario a las comunidades más afectadas. Desde el centro de acopio de
Tepoztlán se ha enviado ayuda a Jonacatepec, comunidad campesina severamente
afectada a donde se requiere todavía mucha ayuda, y comunidades aledañas de
Ocuituco, y Tlayacapan. En la misma zona cercana al volcán Popocatepetl hay
comunidades más retiradas y de díficil acceso a donde la ayuda no ha llegado.
Pues cabe mencionar que la ayuda del gobierno estatal es ninguna, al contrario,
gracias a órdenes del mismo, la ayuda proveniente de otros estados y prometida
por el obispo de Cuernavaca a Jonacatepec no llegó.
Las televisoras no han hecho presencia en ninguna de estas comunidades y se
limitan a transmitir el rescate del conocido colegio Enrique Rebsamen derrumbado
en la ciudad Capital del país. Colegio que recientemente se supo pertenece al
cardenal primado de Mexico, Norberto Rivera Carrera, quien haciendo uso de su
poder, relaciones políticas y con la complicidad del Estado, y custodia de
soldados del ejército, dieron prioridad al rescate de sus cajas fuertes y
reliquías religiosas de su propiedad que
se encontraban en ese edificio. Razón por la que no permitieron qu el equipo de
rescatistas japonés interviniera en las maniobras.
El gobierno del estado tampoco hace presncia en las comunidades, pues su
principal ocupación es acaparar la ayuda proveniente de los demás estados de la
república mexicana. Sin embargo, una familia de millonarios empresarios
mexicanos, dueños de gasolinerías se presentaron en Jonacatepec con vehículos
todo terreno para prestar su ayuda, ellos también prefieren colaborar
directamente, y por su propia cuenta y fondos, colocaron de inmediato un dique
para evitar que el derrumbe del cerro llegue hasta las casas que se encuentran
al pie del mismo. Mientras que el ejército mexicano se presentó el viernes 22
solamente con un jeep con víveres. Lo que ha llegado hasta los pobladores ha
sido a través del centro de Acopio de Tepoztlán.
El reto para México es grande, muchas escuelas, iglesias, casas, edificios
públicos han quedado inservibles, se ha anunciado que hay fondos para el desastre, fondos de
los que la ciudadanía sabe, no todo se emplearan para lo que fueron destinados.
La corrupción y saqueo de la clase gobernante no tiene freno. En las
televisoras se transmite solamente el rescate de los alumnos atrapados en un
colegio y algunos edificios de la capital del país. Pero los estados más
afectados no han sido auxiliados por el gobierno del estado. La ayuda que ha
llegado ha sido de la población civil que a través de las redes sociales se
informa continuamente de cuáles son las comunidades que aún no han sido
auxiliadas. En la ciudad de Cuernavaca la comunidad universitaria de la UAEM
también ha instalado un centro de acopio y distribución confiable, desde donde
todo el día se envía ayuda a comunidades que aún no la han recibido. La
organización es eficiente y van realizando un censo diario, para saber que es
lo que aún se requiere y en dónde.
Algunas empresas particulares aprovechan para abrir cuentas bancarias
supuestamente para los damnificados. Pero mucho del dinero recaudado no llegará
a quien debería llegar, este evento se aprovecha para hacer donaciones a nombre
de ciertas instituciones, con cantidades de dinero que después les devolverá el
fisco, empresas que no aportan económicamente nada, sólo el nombre. Recaudan
fondos del bolsillo de la población civil, y
entregan parte en nombre de su empresa, como si fuera suyo, como si
hubiera salido de sus arcas, mientras las cuentas personales de los dueños, crecen.
Un gran reto, para un gran país, para verdaderos guerreros, para los
jóvenes que han respondido al llamado de urgencia con su trabajo voluntario. Y
la clase política, evidenciándose como lo que desde hace ya muchos años es. Una
verdad conocida por muchos mexicanos y olvidada por otros, por lo que la misma
población civil hace un llamado a todos los mexicanos, para que verifique que
la ayuda llega realmente a quienes la necesitan. México se sostiene gracias a
los ciudadanos, no gracias a la clase política gobernante, sino más bien, a
pesar de ella.
Todas las personas y naciones que deseen ayudar a los miles de damnificados
deberán de asegurarse de no hacerlo a través de las instituciones
gubernamentales ni bancarias. En tragedias anteriores ocurridas en otros
países, organizaciones internacionales y personas con poder económico han
prestado su ayuda sin intermediarios,construyendo casas, asegurándose de que
sus recursos sean utilizados para los verdaderamente más necesitados. Un
ejemplo que como ciudadanos y naciones debemos seguir si queremos construir un
mundo mejor, evitando que los fondos
lleguen a las manos de inmorales y codiciosos oportunistas que llenan
sus arcas personales y lucran con la tragedia humana.
Hoy México ha demostrado que es una nación guerrera y solidaria, que no
necesita ni merece la clase de gobernantes que tiene.